Formatgeria Can Quim

Sensación agridulce la vivida en el Restaurante Can Quim. Estuvimos en el periodo vacacional el año anterior, y la verdad que nos gustó el sitio, y esta vez hemos decidido volver de nuevo este año, aprovechando que estábamos por la zona, somos amantes de los quesos. El local es bonito, y está bien ubicado. Como principal pega nada más llegar, fue que no disponían de trona para niños, la verdad que nos sorprendió mucho, hoy en día no hay restaurante en qué no exista este “servicio”. Pedimos una tabla de Cecina de Buey con queso Teté Moine (espectacular) y una Fondue Caquelon de Setas, y no nos acabo de convencer, no es que estuviera mal, pero quizá nos equivocamos escogiéndola, habiendo otras de otros quesos y variedades. El acompañamiento para esta Fondue fue variado, a destacar en negativo, que tanto los frankfurt como la patatas, estaban congeladas, como recién sacado de la nevera…. Y por último, y no menos importante, recomendar al propietario y su personal de sala, que el cliente no está obligado a entender ni hablar el catalán, no tengo nada en contra, ni mucho menos. Pero trabajo de cara al público, y cuando un cliente responde en un idioma, se debe, en la medida de lo posible responder en el mismo, y pese a la insistencia, y aún habiéndoselos comentado a la camarera en este caso, continúo dirigiéndose a nosotros en catalán (sinceramente no lo puedo llegar a entender) Una lástima, ya que el concepto de restaurante nos convenció (por eso repetimos y decidimos ir) pero no puedo recomendarlo después de lo mencionado.