Restaurante Azabache — Restaurant in Santa Cruz de Bezana

Por una de esas circunstancias de la vida (triste en este caso) nos encontramos un grupo numeroso en Santander de repente y sin un sitio para comer todos juntos. Alguien localizó este restaurante y nos consiguieron ubicar a todos en dos grupos para comer con un aviso de solo 2 horas (éramos más de 20). El local está en las afueras de Santander y desde fuera no llama especialmente la atención. Tienen una terraza modesta fuera con sillas y mesas y un par de barricas para tomar algo antes de pasar al interior. Sin embargo dentro el establecimiento es moderno y acogedor. Lo mejor estaba por llegar. Para no complicarlo más decidimos comer todos de menú en lugar de carta que habría hecho todo más difícil. El menú de fin de semana por 25 euros incluía un primero (a elegir entre 4 opciones), un segundo a elegir entre otras 4 opción, pan y bebidas (agua, cerveza, vino, refrescos) y postre o café. Nosotros todos pedimos postre y quien quiso café lo pagamos a mayores. La presentación de los platos estupenda, pero en mi caso el arroz negro con verduras y el entrecot con guarnición al punto (a la hora de tomar las comandas fue muy divertido el tomar la nota de quienes lo querían pasado, al punto más o al punto), estaban francamente buenos, los dos y mi postre, que me advirtieron pese a que no soy de merengue, una tarde merengue con una base de bizcocho con limón increible con un helado de chocolate que hacía tiempo que no me sorprendía tanto un postre y encima comiendo de menú (la carta de postres de menú está francamente lograda). Algunos otros platos que recuerdo en los primeros una ensalada variada, un guiso completo de caricos (nombre precioso en Cantabria para las alubias pintas), plato de cecina con virutas de foie, lomo de merluza en salsa... los postres además del espectacular, de verdad que un acierto, merengue con limón, tarta de la abuela, torrija, helado de mascarpone, coulant... y bastantes más que me dejo en el tintero. Gracias a Cyntia y a todos sus compeñer@s por un servicio amable, eficaz y súper profesional y agradables. De verdad que solo tenemos palabras de agradecimiento. UN VERDADERO ACIERTO. Para...

Hemos estado hoy mi pareja y yo,sobre las 2,15,hemos entrado pedido dos cervezas y preguntamos si tenían alguna mesa para comer 2,la camarera muy prepotente le dice a mi pareja que sin reserva imposible,pero todo esto sin siquiera preguntar,nos dice que si queremos picar algo tiene que ser en barra,no nos ofrece ni carta para pedir picoteo... Nos sirve las consumiciones,y otros clientes piden y les sirve una tapa ,a nosotros nada... Pagamos las consumiciones y mi pareja decide salir a la terraza y vemos que están sacando raciones,nos sentamos con bastantes desgana pero viendo la hora ,decidimos que en terraza lo mismo eran más amables que en el interior,la pedimos 2cervezas y una carta para picar algo,nos dice que si,después de un ratito esperando a las bebidas ,la mesa de al lado pidiendo raciones y todo ok Llega la camarera con las 2 cervezas la insisto que por favor nos trae la carta,su contestación es que tiene que preguntar a en cocina,por qué no sabe si nos va a poder atender,eran 2,37,las mesa de a lado seguían pidiendo raciones sin problema, nosotros seguimos esperando la confirmación... A las 2,47 no trae la carta,durante esos 10min, llamamos a otro restaurante y sin ningún problema nos dieron mesa,la camarera ni se sorprendió,viendo las críticas ,supongo que sea costumbre,una pena por qué otras veces había acudido y me había parecido buen sitio, pero lo de hoy ,el trato recibido desde luego no es el más adecuado. Sitio para no volver, lógicamente mucho menos...

Era la segunda vez que veníamos y hemos ratificado la primera impresión: se come muuuyy bien! El sitio es precioso, coqueto, amplio, acogedor y moderno, con todas las medidas de protección en esta situación que vivimos. Elegimos el menú de fin de semana por 26€ por persona, que no resulta caro pues hay tal variedad de platos a escoger entre doce entrantes, cuatro platos de pescado y otros cuatro de carnes, más los cinco postres, media botella de vino y una de agua, que parece de carta. Empezamos con tres entradas: cecina con virutas de foie, muy buena; timbal de tomate y berenjena con salmorejo perfecto y fresquísimo y zamburiñas con una salsa de yuzu muy sabrosas y distintas. De segundos un bifé de Angus riquísimo, en su punto, y unas manitas de cerdo deshuesadas espectaculares; de postre un helado de queso cremoso y riquísimo. Nos han ofrecido llevarnos el otro postre. El personal es muy amable y atento, especialmente Cyntia, que nos ha atendido con una simpatía y cordialidad en su justo equilibrio, difíciles de encontrar hoy en día. Felicidades por el esfuerzo en estos momentos que vivimos. Ánimo! ...