Restaurante Posada Del Mar — Restaurant in Santander

Fantastic experience in Santander. I really don't know about the other restaurants here. I mean, I visited La Bombi about 15 years ago and I liked it but I don't think I can compare.

But lunch today at La Posada del Mar has been a fish-eating experience that could probably be placed close to Elkano's (Getaria) level. At least in the fish quality, maybe not so much in preparation, but not bad at all at that in any case.

Of course the atmosphere is quite the "Santander thing". So, at one table close to us we have two fiftysomething women commenting on whatsapp messages they've sent to each other, on "how much they like to be invited", or on where they have stored their savings. On other table, what I understand are two Basque Magefesa ex-executives are paying lunch for a couple that seems linked to De Longhi and talk In a very excited way about frying pans and coffee makers. So it is not a romantic scene, if you catch my meaning.

But all inconvenience linked to this "seventies business" atmosphere is forgotten when they bring the fish. I'm lucky enough today (I wasn't at Elkano two days ago) because they do offer salmonete a la plancha here. It is perfectly cooked and with a traditional garlic & cayenne dressing that works quite right. My partner orders merluza (she's kind of an addict) and says it is also wonderful. Merluza is also the option for kids (battered & fried for them, and accompanied by chips as orthodox Anglophile children like). Everything is delicious.

We previously have some rabas (calamares I would say, because batter is simple, flour-based, beautiful anyway), gambas gabardina (good but rather scarce and expensive, not as special as the other dishes) and berenjenas fritas (lovely!).

This comes at about €50 / head so it's not cheap but at this (unforgettable) quality levels, you happily accept.

Summer in this beautiful city may be getting too old and conservative (the fact that my mother in law likes to come here on holidays does not really help). But today's experience at La Posada del Mar has really convinced me: you can eat...

Y hubo que cenar 🍽️

🌊 Frente a la bahía de Santander (Cantabria), en la emblemática calle Castelar, se alza la Posada del Mar, un restaurante con más de seis décadas de historia que ha sabido evolucionar sin perder su alma. Su propuesta actual lleva la firma del chef Francisco Helguera “Chisco”, quien ha insuflado nueva energía a este clásico santanderino, sin renunciar a la esencia del recetario cántabro.

🔝 El comedor, elegante y luminoso, ofrece vistas privilegiadas al puerto deportivo y a la bahía. Un espacio tranquilo, sobrio y con detalles de buen gusto que dialogan con la identidad del lugar. Ideal tanto para una comida reposada como para una celebración especial, que se complementa con una terraza exterior aclimatada y acristalada en un entorno único.

👨‍🍳 La cocina de Chisco apuesta por una tradición refinada, basada en producto de cercanía, frescura y técnica. Platos como las Gildas con el primer bonito de temporada o el matrimonio de espárragos frescos son ejemplos de una cocina honesta, sabrosa y sin artificios. En pescados, destaca el tratamiento del mero o el rodaballo, siempre impecables. La carta de postres, de corte clásico y casero, redondea la experiencia.

🍷 En sala, el servicio corre a cargo de un equipo atento y profesional, liderado por un maître con clase: Javier Undabarrena, recientemente galardonado en los Premios de Hostelería de Santander con el reconocimiento “Trabajador de Hostelería”, distinción que avala su dedicación y saber hacer. El trato es cercano, eficaz y sereno, a la altura de la cocina que se sirve.

🎯 La Posada del Mar es un ejemplo de cómo los clásicos pueden reinventarse sin perder el norte. Una cocina de raíz cántabra, reinterpretada con madurez y respeto, en un entorno privilegiado y con un equipo que cuida cada detalle.

La Posada del Mar 🗺️ Castelar, 19 39004 Santander, Cantabria ☎️ 942 21 30 23 🌐 www.laposadadelmar.es 📸 @posadadelmar_santander

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Muy bien, todo muy bien. Comimos en la terraza con vistas a Puerto Chico, lo que hace que la comida siente mejor, ya que el intetior no es tan bonito... Comenzamos con la atención del dueño, que nos conquistó nada más llegar aconsejando una chuletita fileteada para las niñas, que resultó riquísima. Pedimos de entrantes berenjenas fritas, gambas plancha, ensaladilla de bogavante, salpicón (no lo hubiera pedido nunca si no nos lo hubiese recomendado el dueño), no defraudó nada... De segundo cada uno varió, desde una merluza con chipirones tinta, otra merluza clásica con patatas panadera, un rape con gambas, sopa de marisco y verduras en tempura con 3 salsas (para la vegana del grupo), hasta un changurro al horno que se me saltaban las lágrimas que yo me zampé... (he de reconocer que piqué de todos los platos como buen zampabollos que soy). Todo, absolutamente todo, estaba impresionante, bien presentado y con una atención que se lleva la palma en Santander. Los postres no desentonaron nada tampoco, llenos como estábamos solo pudimos con una tarta de queso y una torrija para compartir, ambas caseras, acompañadas de unos cafés. El toque perfecto de dulce. Como tardaron un pelín mas de la cuenta con los segundos (tampoco para ponerse nerviosos) nos invitaron a unas copas, que nos sentaron de maravilla, la verdad. La relación calidad/precio, que tanto gusta a los entendidos fue de 320 entre 8 personas, así que 40€ por barba, que me pareció hasta poco, viendo como nos pusimos y como nos trataron....