LATASKA — Restaurant in Sopela

Acudimos aquí basándonos en las publicaciones y su puntuación y nos encontramos realmente con una taska. Pagamos 35€ por un menú degustación, por llamarlo de alguna manera, y fue como tirar el dinero. Platos sin sabor, fríos, sin ningún interés o atractivo gastronómico y escaso. Por un menú como este, con hambre, se podrían pagar los 12€ típicos de un menú del día. Como referencia, Eneko Atxa, en del hotel Radisson de Bilbao, tiene un menú degustación por 38€ espectacular. Por favor, puntúen cómo es debido. Lo contrario es engañar a los clientes. Editado para responder al propietario: Muchas gracias por su respuesta, pero no soy ningún crítico gastronómico. Simplemente me gusta la buena comida y el disfrute de todo lo que le rodea. Y, como sé que hay mucha gente como yo, procuro ser objetivo en mis opiniones y valoraciones para guiarles, como ellos hacen conmigo en infinidad de ocasiones. En ningún momento trato de despreciar las buenas opiniones que otros han remitido. Es posible que ese día, las cuatro personas que comimos allí,...

Las condiciones de trabajo que ofrecen a los musicos son tercermundistas. Quieren tres conciertos por semana a taquilla inversa. Te ofrecen 90 pavos y la limosna del publico. Eso si, si el publico te paga los 90, ellos no te pagan nada. Encima con el recochineo de la inscripcion del cubo en el que te tiran el dinero que reza "los musicos tambien tienen que pagar el taller". Unos sinverguenzas. PD: tras la respuesta del local tengo que añadir que no he ido ni ire a tocar por esas condiciones miserables en ningun momento. Y no es cosa mia como valoran el resto de musicos su trabajo pero si lo es valorar el mio y ya de paso el suyo. Por que eso es lo que es, un trabajo y no una...

Los domingos son días especiales, y cuando me mudé a esta zona lo primero que pregunté fue - ¿Dónde se comen las mejores RABAS?... En Bizkaia un domingo sin rabas no es domingo. Me dijeron que en LATASKA servían la mejores, así que allí me fui. No son rabas como tal, pero no nos pongamos estrechos, porque esos calamarcitos que te sacan ahí, siempre en su punto, acompañado con un alioli negro, no tienen parangón. Y ni hablar de las zamburiñas a la plancha que nos sacaron un día, que me hicieron sentir en Galicia. La atención está siempre acompañada de amabilidad (incluso en momentos difícíles de barra a tope de gente). Sin dudar, incluso en domingos resacosos, es el...