Cero recomendable. Estoy convencida que se come de fábula, la pena que no pudimos ni probarlo por el trato tan absolutamente pésimo que recibimos por parte del servicio. Llegamos a las 10:30 para desayunar, la terraza estaba vacía, cero unidades de persona. Éramos tres personas, había dos mesas juntas separadas por una sombrilla del tamaño de los picos de Europa, así que movimos un poquito la mesa para poder mirarnos a la cara mientras desayunábamos. Cuando llegó el camarero, amablemente le dije que habíamos movido la mesa por ese motivo, y que al terminar la dejaríamos como estaba, a lo recibimos una respuesta absolutamente maleducada, indicándonos que no, que la dejásemos en su sitio, con un tono completamente fuera de lugar. Después de haber sucedido esto, igualmente decidimos darle una oportunidad porque tenía buena pinta. Le solicité reserva para comer, me dio hora a las 15:00, me dijo que en el momento en el que nos sentáramos a comer la perrita que habíamos traído se tenía que ir, a lo que respondimos que sin problema. A las 14:00 (recordemos que llegamos a las 10:30 a desayunar, a lo que le siguió, vinos, cervezas, sidra, unos bígaros y porque no nos dejaron pedir más) nos dijo de muy mala formas que nos llevásemos a la perra, no entendimos nada pues no era lo que nos había dicho previamente, esperamos para pedir la cuenta y ya salió de muy mala forma otra vez diciendo que nos llevásemos a la perra, así que ya le dijimos que nos llevábamos a la perra y a nosotras también y que no nos quedaríamos a comer, a lo que nos respondió “genial pues adiós”. O sea, una situación (teniendo en cuenta que veníamos de vacaciones) muy desagrable. Por cierto, por si esto lo lee el dueño, era mi cumpleaños, íbamos a darnos un buen homenaje, sin ir más lejos íbamos con antojo de percebes y marisco, una pena perder una cuenta así por el trato tan deleznable del servicio, y por si sirve, soy del sector, así que se de lo que hablo. Como única parte buena, los camareros que hay jovencitos, una chica y un chico, son...
Read moreSi vas con tu perro, este no es tu sitio. No permiten comer ni en la terraza con él. Respuesta al propietario: En primer lugar, efectivamente, debido al contexto actual todo el mundo queremos disfrutar en un ámbito seguro y disfrutar después de tanto tiempo sin ocio. En primer lugar decir que en tiendas de alimentación se restrinja el acceso a perros es lícito y lo avala sanidad aunque hay fruterías y tiendas de barrio que ya dejan. Las farmacias la mayoría no impiden la entrada, y todas las tiendas de ropa, bazar, Zara, el corte inglés puedes ir con tu mascota sin restricción. En segundo lugar, estamos hablando de que su restricción es en la vía pública, incluso en un anexo de terraza en medio de la calzada, y cumpliendo la distancia de seguridad entre mesas, si el SARS no llega a la mesa de al lado que es altamente contagioso por el aire, los ácaros o el pelo de mi perro no van a llegar (en este caso está más limpio que muchas personas). Supongo que ese argumento, tomando algo, que en ese caso si permite Perros, también habría alergias o miedo de otros clientes y no es coherente con su ‘norma’. En tercer lugar, soy libre a poner una estrella, la forma de vetar su derecho de admisión fue tosca y seca, incluso rozando las malas maneras, y para mí eso vale cero estrellas. Cuarto y último lugar, he comido en restaurantes de alto postín, incluso de estrella michelin con mi perro en su interior y sin níngun tipo de traba, todo lo contrario. Cuando estás de vacaciones, viaje o excursión la gente que tenemos mascota nos gusta llevarla con nosotros porque es un miembro de la familia y estando fuera tampoco tienes la elección de dejarlo en casa. Conclusión: usted es libre de no dejar comer en la terraza con un perro de 7kg con correa, yo soy libre de realizar mi reseña. Con ello no le deseo ningún mal, es mi opinión y le deseo todo lo mejor, soy un gran defensor de...
Read moreAcababa de llegar de Limés y entré a preguntar si tenían opciones sin gluten, ya que soy celiaca, y me moría de hambre. El chico que estaba tras la barra del bar, amablemente, me pidió que esperase para preguntarle a alguien de la cocina. Salió entonces un hombre, supongo que sería el cocinero, que con muy mal talante y sin siquiera saludar, me preguntó que qué era lo que quería. Le contesté que alguna comida sin gluten y que tuviera la seguridad de que no hubiese habido contaminación cruzada. Su respuesta fue "que me fuera a otro lado". Dio media vuelta y desapareció. Me dejó tan perpleja que apenas pude reaccionar. El chico que me había atendido con antelación me pidió disculpas cuando comenté, sin creerme lo que había pasado, que esa no eran maneras de tratar a nadie. Salí de allí sintiéndome casi culpable de ser celiaca, como si fuera algo que yo hubiese elegido. Posteriormente, gente con la que coincidí y que vive en este bonito pueblo, me confesó que jamás había entrado a este restaurante, por muy bien que se pueda comer allí, dado que eran sabedores de la mala educación y el trato tan poco correcto de este "señor". En fin, que no puedo hablar de la comida pero sí de que nadie merece ser tratado de esa manera, y menos por sufrir de una "enfermedad autoinmune", incurable, cuya única medicina es "no tomar gluten de por vida". En respuesta a su contestación, solo decir que es evidente que o me confundió con otra persona o se inventó cosas como que yo fui la que pregunté, de mal talante, que me dieron la carta, que me preguntó si quería menú, que le intenté dar una clase de preparación de contaminación cruzada... No señores, la única conversación que hubo entre ambos, fue la que ya expliqué. Nada de lo que cuenta sucedió, al menos conmigo. Y, para terminar, que le quede claro que la celiaquía es una enfermedad autoinmune, NO una...
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