Restaurante San Cristóbal — Restaurant in Toledo

RESEÑA EL DÍA 20/10/2023

He comido varias veces en este Restaurante San Cristóbal y he salido muy contento, motivo por el cual he repetido. Tienen una amplia carta con numerosos primeros y segundos a un precio económico. Comida casera, jugosa y sabrosa. La atención depende del camarero que te toque, ya que he tenido tratos mejores y peores. Sirven rápidamente incluso cuando tienen el establecimiento lleno. Muy recomendables los crepes rellenos de jamón y queso y las albóndigas de ternera. Por poner una pega abusan mucho de servir las patatas chips como acompañamiento. Si estás por la zona y te apetece comer comida casera este es un buen sitio para ello.

MODIFICACIÓN DE LA RESEÑA A DÍA 26/10/2023:

Quinta vez que he comido en este restaurante y esta vez la experiencia no ha podido ser peor.

En el día de ayer acudí a comer y el restaurante tenía dos reservas de mesas para 15 personas, por lo que más de la mitad del aforo estaba cubierto. Habían 5 mesas individuales más las que tenían en terraza. En cuanto se llenaron esas mesas había mucha gente esperando y, por supuesto, no querían perder esa clientela. El caso, acudí al restaurante el primero, incluso esperando alrededor de 20 minutos a que me empezaran a servir, aspecto al que no le di importancia. La comida bien, el servicio hasta ese momento normal, tardé alrededor de 25 minutos en comerme el primer plato, el segundo y el postre, ya que iba con cierta prisa.

El problema vino a continuación: nada más acabar el último bocado de la tarta de queso se acercó el dueño y comenzó a retirarme el mantel sin preguntarme si había terminado. Le comenté que no me parecía elegante el trato que me estaban dando y que qué pasaba si quería tomarme un café o simplemente mirar al techo durante 5 minutos, el dueño me remitió a que fuera a la barra si quería contar con ese servicio debido a que la mesa la necesitaban. Para mi sorpresa la respuesta del dueño del establecimiento a mi mosqueo fue el siguiente: "hijo, qué quieres que haga si no es mi culpa, entiéndeme..." Cierto, la culpa es mía por querer comer en vuestro establecimiento y aspirar a recibir un trato cordial. También le comenté que si indican en carta que "en cuanto termines de comer debes abandonar la mesa" yo habría sido el primero en no quedarme a comer en ese restaurante. Pero claro, eso no les interesa...

Por no liarla con el restaurante lleno y por la educación que me corresponde me fui, y de tener algo menos de prisa les habría pedido la hoja de reclamaciones y la habría presentado en Sanidad para que les dieran un toque de atención. Sorprendentemente al leer las reseñas negativas de este sitio veo que no he sido el primero al que le ha sucedido esto y, muy probablemente, no seré el último.

No volveré ni lo recomendaré a ninguna persona de mi entorno más cercano. Nefasto el...

Atención rápida en la terraza, incluso en hora punta. La variedad de platos, tanto los primeros como los segundos, excelente, para ser un menú del día. Por cierto, 12 € muy, muy bien rentabilizados... Hablaré de las tres cosas que probé: arroz negro con chipirones, carrillera en salsa y pudin casero... BUENÍSIMOS los tres y raciones generosas (bueno, los postres siempre saben a poco...). Por poner un pero: las sillas de la terraza (como en el 95 % de todas las terrazas en las que he estado) no están diseñadas para resultar cómodas a las personas de volumen generoso (incómodas pa' los gordos, vamos...) Aún así, sin duda, repetiré.

EDITO: Fuimos a comer de nuevo (dos años después de la primera reseña) y lamento decir que la calidad de los platos ha bajado bastante... Especialmente el arroz negro fue ESPANTOSO. No parecía el mismo cocinero ni de lejos. De hecho, no parecía ni el mismo plato. Los precios han subido mucho y, hoy por hoy, no están proporcionados en absoluto, la calidad y la cantidad con lo que se cobra. Es posible que tenga que ver con que la primera vez fuimos entre semana, y en esta ocasión, era un domingo. Una...

Comimos el menu de fin de semana por 22 euros. Muy variado, muy abundante y sabroso, bien cocinado. Íbamos dos intolerantes a gluten y lactosa y hay platos suficientes para poder elegir como un riquísimo arroz negro con chipirones, ensaladilla rusa, pescados a la plancha, carrilleras en salsa, entrecot...Es más, uno de los responsables es alérgico a la lactosa y si comunicas tus necesidades te va orientando. No tienen pan sin gluten, pero están pegados a la Pastelería Santo Tomé que es entera sin gluten y sin lactosa y te puedes comprar allí un buen pan y ricos dulces, los mismos responsables del restaurante son los que te avisan y permiten que los consumas en su establecimiento. Un sitio de 10. Nos comentan nuestros acompañantes que a diario tienen menú por menos de 15 euros de la...