Restaurante Botarri — Restaurant in Tolosa

Celebrabamos una despedida y el organizador reservó sitio en el restaurante Botarri, situado en los bajos del hotel Oria. El lugar es muy centrico, aunque en la misma calle no hay mucho sitio para estacionar el coche, cerca hay un aparcamiento grande y el trasporte público está muy cerca también. El local es amplio y tiene anexo una sala diafana en la que se pueden hacer bailes. La decoración del local es tipo sidrería, a la que le han añadido multiples dibujos. El personal muy profesional, con experiencia, aunque un tanto sobrios y serios, aunque una paciencia infinita, ya que la comida se alargó un poco y tuvieron toda la paciencia del mundo. En cuanto a la comida, comimos un menú, en el que de primer plato, sacaron para compartir los cuatro platos que había, ibericos, ensalada de tomate con atún y anchoa, revuelto de hongos y un risoto. De segundo pudimos elegir entre otros cuatro platos: lagartijo con pimientos rojos, carrilleras en salsa de vino tinto, lomo de merluza y marmitaco. De postre otras cuatro opciones, pantxineta con helado, torrija con helado de vainilla, granizado de lima con menta y ron y un último postre que ni recuerdo y nadie pidió. Acabamos con...

Viendo alguna de las fotos y comentarios respecto al restaurante parece que he comido en otro lugar pero no, debe ser que he tenido muy mala suerte con mi “menú de fin de semana” o simplemente muchos de los que han tenido la desgracia degustar sus platos no han puesto su sincera opinión. La ensalada de pato un popurrí sin sentido y sin sabor de trozos de paté, lechugas y vinagre balsámico, el arroz parecía de bolsa congelada pero con algún filete troceado encima. Ni la carne ni el pescado valían nada, y los postres sin sabor (mira que es complicado). Y todo por el módico precio de 36€ por persona, léase con ironía. Lo único que valía era la atención del personal, eso se merece un 10, pero...

Llevo 9 meses viviendo en Tolosaldea, al menos una vez por semana vengo a comer al templo. El local, una bodega preciosa ubicada en mal sitio para llegar si no lo conoces, la única pega. Desde el primer momento te sientes como en casa, el trato tanto de Carlos, el camarero como del chef, Txemari es exquisito, humildad y profesionalidad por todos los costados. La comida exquisita, lo único que les puedo echar en cara es que me voy de esta villa con 10 kg más por su culpa. Calidad/precio indiscutible, barato si comparamos con los restaurantes con renombre de la zona. Volveré siempre que...