El Zoquito — Restaurant in Torrejón de Ardoz

El Zoquito es el hermano pequeño de la Terraza del Zoco, pero en nada es menor. Aquí es donde empezó todo y donde se evocan los orígenes de estos restaurantes, manteniendo la esencia de los primeros días. Es un local acogedor. Una barra y quizás unas 8 mesas en el interior. La decoración agradable, aunque no lujosa. Pero crea un buen ambiente. No es el restaurante para deslumbrar a tu pareja recién iniciada la relación. Pero llévala pasados 6 meses, cuando queráis comer bien y tranquilos. Porque en este restaurante no hay bullicio. Te acompañará una suave música de bosa nova o de jazz que te permitirá conversar y sacar el gusto de cada bocado y de cada sorbo de buen vino. La cerveza, ha de ser Victoria, toda una declaración de intenciones. Como reza en la botella "Malagueña y exquisita". No le quitaré yo la razón. La carta no es extensa, pero suficiente, tiene de todo. Exquisita, como la Victoria. Ah, y como detalle de buen gusto, toda la carta sin gluten. Bastante variedad de picoteo. Las croquetas, la ensalada de langostinos, la tortilla vaga con chipirones...todo bonísimo. Tres variedades de ensalada, diez platos principales que incluyen carnes, pescados y un arroz meloso que te transportan y te hacen flotar tres metros sobre el suelo. Cinco postres completan la carta para cerrar la velada con un dulce recuerdo. Y te vas a casa renovado y sin haberte dejado uno de tus riñones en prenda. Carta ajustada y precio justo. La atención del personal, sobresaliente. Buenas maneras y educación que hacen sacar lo mejor de ti cada vez que te preguntan si te gustó ese o aquel bocado, si está todo a tu gusto. La que no irá ajustada sino bien holgada será tu satisfacción por haber ganado tiempo a tu vida en una cena que, a buen seguro,...

Vamos habitualmente a La Terraza del Zoco, la comida está muy rica. Aquí la verdad que también hemos comido muy bien, exceptuando los chipirones que nos han parecido muy escasos, caros e insulsos. Pedimos una ensaladilla de langostinos muy sabrosa (aunque le faltaba frío), croqueta de jamón que para ser sin gluten están muy muy ricas y las tiras de pollo, con un crujiente muy limpito y rico y la mayonesa kimchi que le da un toque genial. La relación calidad precio está muy bien, teniendo en cuenta que además tienes descuentos a través de The Fork. La atención de la camarera que nos atendió fue muy buena, eficiente y amable. Pero el motivo de mi puntuación es por el ambiente desagradable del local. En cuanto entras te invade un olor a cañería horroroso, muy desagradable. Al entrar, valoramos la posibilidad de pedir comer fuera, aunque por la temperatura era inviable. Marcharnos nos parecía una falta de respeto, ya que habíamos reservado la mesa y no nos gusta dejar tirados a nadie. Pero la verdad, no hemos comido a gusto, la comida no se saborea sólo con el paladar, con el olfato también comemos. Para mí esto es motivo más que suficiente para no volver, muy a mi...

Experiencia bastante mala, fuimos porque tienen todo sin gluten pero, la verdad es que, no volveremos. El baño de mujeres estaba sucísimo, tanto la zona del váter como la zona del lavabo, daba mucho asco. La comida escasa e insípida, pedimos dos raciones de patatas bravas (la salsa no sabía a NADA y la patata tampoco, traía también salsa alioli y tampoco sabía demasiado), chipirones, literalmente venían dos chipirones enanos sobre una cama de arroz salvaje (18€, eso no te lo piden ni en los restaurantes de al lado de la lonja en Galicia 😅), cazón que es lo único que merecía la pena, huevos rotos (sin más), y croquetas que también dejaban bastante que desear. En fin, sintiéndolo mucho para los celíacos, no merece la pena...