Restaurante La Maruquesa — Restaurant in Valladolid

La presentación de los platos bien, pero 72€ por un Rodaballo para dos personas con media lechuga y 5 tomates cherries una barbaridad de precio, hubiera preferido poner a la plancha una lubina en casa. Me esperaba más del lugar, y por cierto el mesero no fue tan amable cuando habíamos hecho reserva y pedido una trona para mi bebé, cuando se la pedí me miró mal y me contestó feo. También la comida es bastante salada. Hay que preguntar cuando les ofrezcan platos como el Rodaballo que no estaba en la carta, les pueden salir con sorpresa de precio, dice que el entrante de pulpo el agua y el Rodaballo costaban 72€ el pulpo lo cobraron aparte y el agua también total la cuenta 103€. 🤨😤

En respuesta del restaurante a mi reseña, entiendo la altivez del propietario del restaurante, se nota que no acepta críticas, mi reseña no es la única que habla del precio desorbitado del pescado, y que no se incluye en la carta. No lo recomiendo porque es exagerado el precio, seguramente si estaré acostumbrada a otro tipo de restaurantes mucho mejores, en calidad de comida, precio y calidad del trato del personal, entiendo que los que sirven mesas son meseros y sea cual sea el status del restaurante, bar o como sea todos son meseros y profesionales en su labor. Llamar mesero no es ningún insulto. Además no lo escribo en resentimiento a que no tuvieran algo para celebrar si no, sencillamente hubiera desistido desde el momento en que en la llamada me dijo que no tenían nada para celebraciones. Pero si acepto que fue una experiencia desagradable una mala decisión y más conociendo el tipo de respuesta a los clientes que hacen una crítica...

Un quiero y no puedo. La carta escasa es normal en sitios donde las calidades de las especialidades son excepcionales pero no es el caso de este restaurante. Pedimos rodaballo (80€ para dos, precio de lonja, nos dijeron), un pescado muy delicado, que estaba pasado de punto. La guarnición era patatas grandes cortadas muy bastamente y muy insipidas con lechuga a la parrilla. La lechuga no eran cogollos era una grande que vino sin cortar y tuvimos que armar un show para cortarla. Pedimos que nos la contasen y nos dieron un cuchillo de carne para apañarnos. Nos dijeron que que también vendrían pimientos a la parrilla que nunca llegaron. Los entrantes, sólo pedimos croquetas de jamon para compartir porque fueron un antojo y la persona que las pidió no las comió porque le supieron grasa. La carta de vinos escasa también y sólo 3 los venden por copa así que la elección se queda entre blanco o tinto. El pan estaba muy bueno. Postres sólo dos personas pidieron y no puedo opinar. El servicio, por lo menos el qúe nos atendió a nosotros, no estaba bien entrenado. Se metía entre los comensales para servir al de enfrente, apachurandolos entre otros gazapos. Trato, pues, muy cómodos no nos sentimos. A la hora de reservar se nos ordenó, no se nos pidió, ser puntuales. Imaginamos que era que estaban a tope por ser San José y durante la comida el sentido de urgencia fué patente, como si se necesitase la mesa pero ni había mucha gente porque un 30% de las mesas estaban vacias, ni mucho menos estaban doblando servicio. Ninguno de los cuatro quedó contento. No creo que repitamos o que lo...

Un desastre. Estuvimos en comida familiar. Nada más llegar, nos hicieron esperar un rato hasta que nos dijeron cuál era la mesa que nos habían reservado (son 12 mesas). Hicimos tapón a la entrada por la falta de organización. Ya en la mesa los entrantes básicos, los calamares salados para disimular que no sabían a nada más ni mejor que el delicioso bocadillo de tablas de la mejillonera pero 5 veces más caro. La ensalada sin más aporte. Una hora de relojes esperando por los segundos. Se lo dijimos a la camarera y se limitó a decirnos que estábamos todos a la vez y solo tenían dos planchas. Eso demuestra la falta de profesionalidad del servicio, lo normal es pedir disculpas y no contestar de esas formas. (los de las mesas de al lado quejandose, uno el pescado quemado y otro el postre malo con cambio incluido). Para los segundos íbamos advertidos de que el pescado malísimo y las carnes mejor. Arriesgamos y unos pedimos el pescado del día (que no te dicen el precio por adelantado) y otros entrecot o presa. El pescado confirmamos que mal, la lubina de salvaje no tenía nada, seca y sin sabor. La presa que pone que venía con manzana, venía sin ella y no nos avisaron. El entrecot mejor. El brownie casi lo mejor y eso que era un bizcocho burdo de mantequilla.

Resumiendo: restaurante caro calidad precio. Servicio poco profesional. Cocina de tercera. Calidad de los productos básica. Una desilusión.

A este ritmo no...