Fui a cenar allí el lunes con mi familia y mi chica y la verdad que bien y mal, aunque me gustaría extenderme un poco.
Mal porque, pese a tener reservado, no había ninguna mesa preparada y se nos tardó bastante en atender entre platos.
Sin embargo, es la tercera vez que voy a este restaurante. Las otras dos no hubo problema ninguno y nos comentó el camarero que tenía bastante lío, estaba él solo con varios chavales que entraron nuevos, por lo que es entendible.
A nivel de precios esta bastante bien, son muy generosos con las porciones. Si que yo reduciría algo el tamaño de la guarnición, por ejemplo, la cantidad de patatas con el entrecot o la ensalada con la sepia, pero oye, mejor que sobre a que falte. Sientes que estas pagando por algo decente. La comida esta muy buena. Personalmente, las croquetas de rabo de toro me parecen un abuso, están tremendas y por 10,5€ te ponen 10. Está de lujo. Que vas a cualquier otro lado y te clavan 15€ por 4-5 croquetas guarras.
El camarero que lleva ya tiempo trabajando ahí, un chico así delgado con gafas es un cacho de pan. Un tío súper simpático y agradable que, cuando le comentamos un poco la situación, no nos cobró una tanda de croquetas un poco a modo de compensación. Se agradece el gesto.
En general, es buen sitio para ir. Que esta última vez haya habido detallitos a mejorar no me parece motivo para no ser justo, cebarme y ser aquí mala persona. Me gusta contar la realidad tal cual es. ¿Que podría estar aun mejor todo? Si, siempre se puede mejorar, pero comes bien, a buen precio, por norma general suelen atenderte correctamente y el sitio es bastante bonito. Yo probablemente vuelva una cuarta vez en un futuro, por lo tanto,...
Read moreHubiera puesto 5 estrellas si no hubiera sido por el encontronazo con uno de sus camareros. Llegamos a comer y preguntamos si el patio estaba abierto para entrar. Nos dice que imposible, que estaba llenito y además todo al sol. Vaya, que no había sitio. Nos extrañó al ser un día laborable y decidimos comprobar lo que nos había dicho el "simpático" camarero. Al ver que sólo estaban ocupadas dos mesas, le dijimos que no era lo que nos había dicho y nos dijo que cogiésemos nuestras cosas (mantelito, bebida y cubierto) que nos había servido en la terraza de fuera. Vaya, que no nos limpió ni la mesa. Una VERGÜENZA DE ACTITUD para un "profesional". Así es que, comimos y no esperamos ni a que nos trajeran la cuenta, pagamos en barra directamente pues es muy incómoda la situación que provocan este tipo de personas que no miran por el buen hacer de su trabajo. Además, no recibimos ni una mísera disculpa aunque hubiera sido por educación. Volveremos porque nos gusta todo: su situación, el resto de camareros de 10 (chica joven morena que estaba con el susodicho, chica rubia extranjera, chico moreno con acento andaluz), su atención, sus platos...pero, es por seguro, que si el que nos va a atender va a ser el mismo de hoy, ME LEVANTO Y ME...
Read moreSi pudiera darle cero estrellas, lo haría. Entré con hambre y salí con trauma. Desde el momento en que crucé la puerta, supe que había cometido un error: el ambiente olía a desesperanza y aceite quemado. El menú parecía escrito por alguien con una venganza personal contra el idioma y la gastronomía. Pedí algo simple para no arriesgar —grave error. Lo que llegó a mi mesa era un intento fallido de comida, como si alguien hubiera leído la receta una sola vez y en otro idioma.
El servicio fue una mezcla entre olvido absoluto y pasivo-agresividad con sonrisa forzada. Mi camarero desapareció por tanto tiempo que pensé que se había unido a un culto. El agua sabía raro, el pan estaba duro como piedra prehistórica, y mi plato principal tenía la textura de un zapato mojado con el sabor de una promesa rota.
En resumen: si estás considerando venir aquí… no. Hazle un favor a tu estómago, a tu cartera y a tu dignidad. Come en casa. O en la calle. O no comas. Cualquier cosa es...
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