BIG SERVINGS THAT TASTE OF NOTHING.
I felt scammed by all the reviews and ratings of this restaurant. I was looking SO forward to my meal here, and sadly, I was left with such disappointment and regret.
Let's start with the place. I was already quite skeptical of the location as I crossed dirty streets, casinos, and bars. I kept thinking, "how can a restaurant of this caliber be located in such a dirty area of a really beautiful city?" But I didn't let that stop me from dining. I entered the restaurant and it felt like I was inside a tent that was just made to look nice because of the draping of cheap cloth curtains. Not the prettiest place as compared to the other highly rated restaurants in Zaragoza. Not gonna lie, it was so pretentious. The open kitchen though was a nice tough, but I find that kitchen style normal and it doesn't really amaze me anymore.
The service. No comments on the service, they served everything on time. Bare minimum, I can get the same level of service in a gourmet burger or pizza restaurant anywhere too. But I have been to enough fine dining restaurants, michelin-rated, michelin starred restaurants to know that the quality of service at Quema was not deserving of its title. Servers just explained the food like it was a caption written off of an instagram caption of the food's picture. No passion, no art, just a description. I expected the servers to be more proud of their food -- because that's what you should ALWAYS expect from a fine dining restaurant.
The food. Ah, horrible. Nasty. Wasteful. Looks pretty, sounds nice on paper, but taste wise I wanted to cut my meal short the moment we had the third course. The dishes had 0 variation from each other -- too much cream. too much of everything.
It was not a TASTING menu. I think this restaurant needs to redefine its meaning of "TASTING"...it's not a big meal for each course. It should be small bites --- hence tasting. It's like I ordered 7 a la carte dishes for myself that's why by the third course I wanted to just leave and not even get my money back. It was just horrible.
I hope Quema can revamp their service and menu. Add more crunch. Decrease the cream. Train your staff to actually look like they love and are passionate about the food they serve. Change the curtains and make the...
Read moreENGAÑAN CON LOS PRECIOS EN DÍAS ESPECIALES, me explico por el caso que me acaba de ocurrir con este restaurante:
Reservamos con unas 3 semanas de antelación con toda nuestra ilusión para cenar el menú degustación en la noche de San Valentín el cual era de 45€ porque era el menú que aparecía en la web del restaurante que era el menú degustación para las noches y festivos , luego pasaron los días, el 9 de febrero me dio por mirar en la web para confirmar el menú que seguía siendo aunque pasaba a llamarse "Menú San Valentín" pero la sorpresa fue que aun cuando el restaurante nos llamó el mismo 14 de febrero a la mañana para que le confirmemos la asistencia, pues a la noche al dirigirnos al restaurante nos dio por mirar de nuevo el menú en la web y nos encontramos que para sorpresa nuestra que ese mismo menú de San Valentín había subido de precio a 50€ por persona que ya no incluía la bebida (agua, vino y lo típico de los menús) pero “te daban una copa de cava” lo cual eso hace que por pareja tengas que pagar 10€ mas el agua o lo que uno quiera beber (que antes estaba incluido en el menú) que para colmo no se nos informó de esa modificación al llamarnos esa misma mañana ni en su correo de confirmación.
Me decido a llamar al restaurante para que me dé explicaciones de ese cambio repentino del precio y contenido del menú así sin avisar a nadie que reservó mesa allí (quedaba menos de una hora para cenar) y el señor medio riéndose porque el pobre no podía evitarlo me decía que lo había mirado mal y le estaba hablando del menú de 30€ que es el que tienen de diario dándome a entender que el de 45€ de San Valentín del que yo le hablaba nunca estuvo puesto en su página web, al final por no insultarle le di la razón y terminé la llamada. Como es de esperar y que conste que odiamos no asistir a una reserva porque es una faena pero en este caso lo hicimos bien a gusto porque lo que no puede ser es que engañe a los clientes anunciando un menú a un precio para luego a última hora poner uno más caro y peor (no sé si ese día se cambió o poco antes pero el 9 de febrero tenía el menú anterior) para que en el poco probable caso de que el cliente le pille la jugada pues no tenga tiempo suficiente para buscar otro restaurante similar porque casi todos estarán llenos por ser San Valentín y así terminen aceptando ese precio porque no le queda otra (suponiendo que el restaurante avisara allí antes de comer o igual dejan la sorpresa a la hora de dar la factura, no lo sé porque no fuimos).
Sobre el menú en sí a parte de lo que no incluía bebida y la subida de precio mi pareja dice que cree que también cambió algún plato por otro pero como yo no me fijo tanto en esas cosas pues lo dejo en duda pero vamos, todo el mundo se acuerda al menos del precio por el que reserva en un restaurante.
Nosotros al final decidimos ir a buscar el primer restaurante bueno de la ciudad que hay muchos y por suerte encontramos uno que nos resultó un poco más caro pero comimos bien tranquilos porque sabíamos que allí no nos estaban engañando con los precios de los menús porque si uno reserva según un menú establecido (que para colmo era especial de San Valentín porque se llamaba así) es porque el contenido y precio de ese menú es el que le interesa y no puede ser que a última hora hagan esta jugarreta para que no te dé tiempo a reaccionar. Al menos a esta pareja que escribe esta reseña no le gusta que se rían de ella intentándola estafar porque comer en un sitio sabiendo que se la han colado pues como que no se disfruta de la cena.
Esto es lo que nos pasó y ahora esta es mi opinión personal: No creo que vayamos a ir nunca a este restaurante porque si es tan poco honrado como para estar engañando a los clientes con los menús en las reservas para rascar unos pocos euros extras arriesgándose a que les pillen pues no me quiero imaginar lo que harán en la cocina a espaldas de...
Read moreRead moreUn claro, caluroso y poco ventoso sábado de principio de primavera, el primero del 2019 para ser más exactos, nos animamos a disfrutar de la celebración maternocumpleañera (día especial donde los haya) en este restaurante. Previamente hicimos la reserva, vía telefónica, y con la buena educación que es menester en estos lugares nos comunicaron que aunque casi estaba lleno, con gusto nos harían un hueco, y así fue resuelto con generosa amplitud. Después de haber pasado un rato de jolgorio: musicado por un duo local, recomendado por el propio restaurante, con la contemplación de unas buenas vistas zaragozanas, desde la terraza del museo Pablo Serrano y refrescado el gaznate con el burbujeante frescor de una rubia bien tirada; pasamos pues a la sala del comedor, cinco personas adultas, si a mí se me puede considerar como tal (como persona quiero decir), y una criaturilla de primavera y media que hace las delicias de la familia y que, dicho sea de paso, se porto mejor que yo. Fuimos recibidos con sonriente cortesía por el joven que se presentó como nuestro camarero y que nos "acompañó" durante el servicio con excelente profesionalidad. Habíamos elegido, ya con la reserva, el menú degustación, el cual apreciamos en todo el explendor de su significación. 8 deleites diferentes con sus 8 literaturas y sus 8 actos (hasta el cocinero salió a actuar). Sobre gustos, aromas, texturas y demás características culinarias prefiero no comentar más para no explayarme mucho y no romper con el misterio, ni hacer spoiler; sin duda es mucho mejor que la descubran futuros comensales, puesto que hay sensaciones y sentimientos que son difíciles de explicar con la "cárcel" de las palabras que limitan su definición, su comprensión y en definitiva su libertad. Elegimos maridaje, porque a todos nos gusta vivir bien y porque un día es un día y valganme los clichés, el cual nos proporciono una estupenda salivación para empezar la digestión del bolo alimenticio de la mejor manera posible (según el criterio de un profesional para mí bastante acertado) y mantenernos así antagónicamente alejados de su escatológico final. Después de 7 u 8 vinos bien "empapados", alegrías, regocijos e incluso regocileos; todos nos queríamos más (si cabe). . Cálida despedida. Resumiendo y vale ya de pedantería y cursilería: comimos, bebimos y lo...