Saona Actur — Restaurant in Zaragoza

Reservé por internet y en la confirmación de la reserva indican que se dan 15 minutos de cortesía. Llegamos más tarde de la hora reservada, pero dentro de esos 15 minutos de cortesía. No se puede llamar por teléfono para avisar del retraso porque el restaurante no tiene un teléfono directo, sino una centralita para todos los restaurantes del grupo Saona. Cuando llegamos nos indicaron que la mesa había sido ya "vendida" (esa fue la expresión usada por el camarero), es decir, ocupada por otros clientes. Explicamos lo que acabo de exponer (los 15 minutos de cortesía, la falta de un teléfono de contacto) y nos buscaron amablemente, eso sí, otra mesa. Sobre las 14:10 tomábamos asiento en nuestra mesa y no llegaron los entrantes hasta las 14:50. En ese intervalo nos atendieron primero para tomar nota de las bebidas y muchos minutos más tarde para tomarnos nota del menú. Cuando nos toman nota nos comunican que varios platos de los que habíamos pensado tomar ya no tenían. Podrían haber informado antes, porque la toma de nota del menú se alargó. Cuando llegaron los entrantes, las berenjenas en tempura del humus estaban más bien frías. Y la tempura un tanto aceitosa. Casi 25 minutos más tarde llegaron los platos principales. Nos trajeron un arroz que no habíamos pedido, sin avisarnos. No nos aclararon si es porque ya no quedaba el que queríamos o se habían confundido. Aceptamos comérnoslo o aquello se habría alargado todavía más. Era un arroz a banda en llanda. También estaba ya tibio y los trozos de calamares o chipirones estaban medio fríos y duros (claramente fueron cocinados directamente congelados). Amablemente la camarera se ofreció a invitarnos a los cafés por la equivocación con el arroz. Y nos los sirvieron antes de que llegara el postre. Otro rato esperando. Se habían olvidado de hacer y servirnos el postre. Cuando llegaron, el granizado que acompañaba a la panna cotta estaba, ya no granizado, sino todavía helado. Acababan de montar el postre deprisa y nos lo sirvieron. A la hora de pagar nos habían contado un suplemento de 3 euros por persona por el arroz que no habíamos pedido. Al advertirlo nos lo quitaron de la cuenta. Francamente, por ese arroz no valía la pena pagar ningún suplemento. El lugar es muy agradable, con una decoración y una luz que crean un espacio acogedor. La música también es agradable. Los camareros amables, al menos resuelven los problemas y los errores. Pero creo que es un espacio demasiado grande con muchas mesas y, o bien en cocina no dan abasto, o falta una buena organización. La comida no es de buena calidad. El precio del menú (fin de semana y festivos) es de 16,95. Tampoco es caro, pero la calidad y el servicio no se ajustan a él. Y aunque ese es el precio del menú, muchos platos tienen suplemento. Explico nuestra experiencia, no tiene por qué pasarle a todos los clientes, aunque algunas de las cosas que nos ocurrieron, se repiten en reseñas de...

La verdad que me fastidia mucho hacer está crítica pero de verdad que estamos muy decepcionadas. Comida de celebración de familia ( 64 años / 40 años) , íbamos con muchas ganas y muy felices pero todo ha sido un chasco desde el principio. Habíamos reservado una mesa en concreto y bueno podemos entender, si se nos explica previamente, que quizá el día del evento no vamos a poder disfrutar de esa mesa ya que dependerá de las otras reservas... Llega el día y no tenemos la mesa que habíamos escogido. Ok , vale... Seguimos. Pedimos menú para todos, en el cual no entra la bebida. Es pronto, pero ya no hay alguno de los platos del menú. Nos hacen elegir otros y escogemos. Elegimos platos con suplemento como el arroz con bogavante 🦞, está tan salado que se deja todo, elegimos también la opción por la que substituyen la fideuá, el arroz del señoret, y cuando llega a la mesa no es esa la opción que nos traen, el chico que nos ha atendido se ha equivocado... Pero el encargado no asume la responsabilidad. No queremos ese arroz y pedimos que nos hagan la opción que hemos pedido. Al final comemos cada uno a un tiempo y sin que nadie se haya disculpado de nada. Alfredo, es el encargado de turno. De repente desaparece. El camarero pide disculpas y sigue dando la cara cuando al pedir los postres la torrijas, que las queremos todos , han desaparecido de carta y no dan ninguna otra opción... Alfredo ya no da cara... Todos sus aires de encargado se desvanecen cuando realmente tiene que ejercer su cargo y pedir disculpas por la mala experiencia que estamos viviendo... Enfin, ni un lo siento, ni un chupito, ni un nada... Desencantadas y casi 200€ sin goce ni disfrute. Nada profesional. Lo mejor, los postres, eso...

Ayer fuimos a comer mis amigas y yo, cuando llegamos nos atendieron y en principio todo bien, la calidad de la comida no era nada del otro mundo pero aceptable. Las tres pedimos el pollo con salsa camembert, el pollo estaba muy muy seco y muy tieso, pero aún así decidimos seguir comiendo, cuando una de mis amigas vio que uno de sus solomillos estaba totalmente crudo (tenía sangre), el pollo no es una carne que se pueda servir crudo por la cantidad de bacterias que tiene, se lo dijimos al camarero y se llevó los platos para hacerlo más. Tuvimos que esperar 20 min para los nuevos platos, cuando los volvieron a traer el pollo seguía estando muy seco y poco hecho pero al menos ya no tenía sangre, y las patatas estaban frías (como si las hubieran cambiado de un plato a otro). No quisimos quejarnos más lo comimos y pedimos el postre. Cuando nos trajeron la tarta de queso estaba completamente congelada. Al terminar hablé con la camarera la que al principio me dijo que se lo teníamos que haber dicho y nos lo cambiaba, yo le dije que no me parece normal que cada plato que pidiese tuviese que pedir que me lo cambiase. Aún así le dije que ya que habían metido la pata de esa manera sirviendo un pollo crudo que el siguiente plato que nos sirviesen estuviese congelado me parecía ya una falta de respeto. La camarera me dijo que ella no había visto el pollo y no podía decir nada pero que por la tarta si nos pedía perdon y que si queríamos nos invitaba a un café, obviamente le dijimos que no. Entiendo que todo el mundo comete errores, pero me parece de un desinterés absoluto hacia el cuidado del cliente el servir dos platos seguidos...