Un lugar tremendamente histórico, prácticamente caminas sobre construcciones de finales de 1700, históricamente es invaluable, sobre todo el estar en persona y ver como vivían esas pobres personas que por la religión condenaban toda sus vidas a una existencia mínima y sin salida, prácticamente una cárcel religiosa. Fuimos en la visita nocturna, al principio uno se pierde ya que la entrada está pésimamente indicada, lo que uno cree que es la entrada principal, es la iglesia y no la puerta del convento, por supuesto que no hay ningún cartel ni nada, y si tienen la suerte de que alguna persona del lugar les explique, entonces te enteras que la puerta de entrada es sobre una callecita cuya vereda es de 1 metro a lo sumo, te pasan los autos peligrosamente y cuándo abren la puerta, los que cobran la entrada están pésimamente organizados, es como si para ellos no existiera la computadora, es triste porque uno ve que están desbordados y hacen lo que pueden, muy desorganizado, uno no sabe dónde comprar, donde hacer fila o que hacer ... Luego tienes que ir x esa vereda minúscula y peligrosa a otra puerta y recién ahí te reciben, entrando finalmente al tour del convento. No sé porque no cierran ese tramo de esa calle (calle Baptista) realmente es peligroso, deberían indicar mejor. Dejando de lado estos puntos, el tour nocturno es increíble, lo iluminan como era antes, con velas y los guías están muy preparados, muy atentos, educados y muy buena onda. Lo recomiendo 💯 %