Note: As it would seem that the host is not always present in the museum, I recommend calling the number displayed at the entrance and he will rush within the next minute to welcome you!
Anybody interested in the history and culture of the village as well as spending a casual, friendly and learning time, this little Gassho house is a MUST-VISIT!!
The host, Mr. Toshiki, invites you to sit down and watch two video documentaries with him (dubbed in English and subtitled in multiple languages) and freely look around the museum afterwards. It's a great experience because Mr. Toshiki shows a radiant passion for his village and its sericulture, digging deeper into what the videos show while building a very relaxed, humorous atmosphere. He has so much to teach you and he really puts every effort into making your visit worthwhile, bringing you knowledge, good laughs and a really human experience (as well as some delicious hot tea!). It gave me a feeling of friends gathering to have a constructive and learning conversation, and Mr. Toshiki's enthusiasm about the topics he teaches touched me. He doesn't only stop at the surface-level history of the village and sericulture, but goes as far as to depict the whole context of the events over the centuries that led to what made Shirakawago what it is today, so expect some lessons about the history of Japan itself, among other interesting topics!
So please, if you have 1.5 to 2 hours to spare to this little museum, it will give you back your time's worth tenfold in knowledge, wisdom and positive social interactions with the best teacher in Shirakawago! Thank you for your humanity and hard work,...
Read moreUn día entre semana cualquiera, un jovencito español vislumbró un pequeño caminito de piedra que se desviaba de la amplia carretera y se animó a explorarlo. En los cuentos, estos recónditos lugares están habitados por troles o goblins que protegen un cofre de oro, pero aquí no halló intenciones hostiles, sino a un maestro, un mentor, un padre, un amigo: Tajima-sama.
Tajima-sama, al ver una sombra pasear por su ventana, abrió raudo y veloz la puerta corredera y animó a aquel jovencito a entrar, pues su casa ers un museo donde mostraba su conocimiento al mundo.
El jovencito vaciló entre el miedo y la curiosidad, pero finalmente eligió guiarse por la segunda en un afán de buscar el crecimiento personal.
Tajima-sama le ofreció su mejor cojin y le puso uno de sus mejores VHS de 40 minutos ahora pasados a DVD para su conservación.
A Tajima-sama no le gustaba las cosas apresuradas, el aprendiz debía estar listo para enfrentarse a la lección. Por ello, debía primero afrontar esos 40 minutos allí sólo, en esa casa donde solo debía temer a su maestro y a los kami de la naturaleza que les rodeaba.
Tajima-sama le trajo, para ganarse su confianza, un té de unas hierbas relajantes que había cultivado él mismo. Cuando el jovencito consumió el néctar, que cargaba con una sabiduría japonesa milenaria, su actitud cambió totalmente, y su miedo se convirtió en apertura.
Aún así, Tajima-sama no dejaba de atender a su pupilo y se cercioraba si en todo momento estaba atento o si le resultaba interesante, como no debía ser de otra forma.
Cuando el vídeo finalizó, el jovencito le dió las gracias a Tajima-sama y le ofreció un pago por sus servicios para irse, pues debía volver con un amigo que, sin duda, estaría preocupado por él.
Tajima-sama le corrigió, pues estos 40 minutos solo habían significado la introducción a la metamorfosis que el jovencito iba a experimentar, como los gusanos de seda que allí se criaron durante siglos. También preguntó por su amigo, pero se decepcionó al saber que este no estaba localizable y no podría unirse a ellos. Para equilibrar esta decepción, Tajima-sama mostró al jovencito unas fotos. Le preguntó si le gustaba. El jovencito asintió. Tajima-sama se ofreció a llevar al jovencito en su coche a la montaña donde podría mostrarle más fotos como esas.
No obstante, mientras el jovencito ponía excusas que no le privaran volver con su amigo durante tantas horas, si bien no podía negar la curiosidad que le suscitaba esa experiencia con Tsjima-sama, un grupo de jóvenes pasaron por la puerta. Tajima-sama repitió el ritual, animándolos a entrar. Los jóvenes mostraron más resistencia que el jovencito, quizás por esa fortaleza que ir en grupo siempre ha suscitado en nuestra especie, pero finalmente, la insistencia de Tajima-sama se impuso.
El jovencito estaba triste. Hasta ahora, pensaba que este momento había sido especial. Que Tajima-sama había visto algo en él, pero ahora eran muchos. Comenzó a mostrar un video más corto, de sólo 5 minutos, pero que se alargaría a otros 40, pues Tajima-sama iba mostrando su sabiduría y experiencia comentándolo, añadiendo incluso algunas referencias actuales, pues es ampliamente conocida su pasión por el fútbol femenino.
Pero entonces lo entendió. Estos jóvenes no habían recibido la formación o ingerido la bebida secreta. No estaban viviendo la misma experiencia que él, ni desde los ojos que Tajima-sama había transformado.
Cuando Tajima-sama les mostró su casa y el ático, ellos sólo veían ruinas, él veía historia, el veía pasión, él veía la herencia de Tajima-sama.
Finalmente, el jovencito tendría que volver a su vida material fuera de esa casa, pero eso no ocurrió, porque de allí sólo salió un grupo de jóvenes...
Read moreWhat a surprising experience to go to this small museum and have Tashiki show me around. Watched 2 videos. An excellent one in English and a 2nd one in Japanese but with explanation by him in English. I learned new things and appreciated his one on one attention, kindness and very good stories. You should go here. Its definitely worth the 500y, especially as he drove me around looking for an open coffee shop and then dropped me at the bus...
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