La Plaza de Toros de Acho, Coso taurino ubicado en el distrito limeño del Rímac, Perú, . En ella se realiza anualmente la Feria del Señor de los Milagros, que reúne a las principales figuras del toreo. Además es la única plaza del continente americano que ha recibido la visita del Rey Juan Carlos I de España.
Calificada como monumento histórico y ubicada junto al centro histórico de Lima, constituye además un atractivo histórico de la capital peruana. En su recinto se realizan actualmente actos culturales de la más diversa índole, taurinos y no taurinos, durante los meses en que no se realiza la feria. Historia En 1765, Agustín de Landaburu y Ribera, alcalde de Lima, solicitó permiso para construir lo que llamó "una plaza fija para las corridas de toros" que se llevaría a cabo en Lima durante la celebración del Carnaval en la ciudad. Así, la plaza fue construida en los terrenos del Convento de Madres de Las Nazarenas,4 en un sitio que había sido utilizado para varios edificios de toros temporales desde 1754, y cuyas propiedades pasaron luego al reconocido médico y prócer José Hipólito Unanue y Pavón. La construcción duró ocho meses.
La plaza fue fundada el 30 de enero de 1766, durante el gobierno del virrey Manuel de Amat y Juniet, antecediéndola en antigüedad la plaza de toros de Béjar y Zaragoza, en España. La plaza española de Sevilla inició su construcción en 1749, pero concluyó formalmente después de la de Acho.
El cartel de la corrida inaugural lo integraron Pisí, Gallipavo y Maestro de España. El primer toro lidiado fue Albañil Blanco, con divisa caña y rosado, de la hacienda Gómez de Cañete, propiedad de Landaburu y Ribera. A esta primera corrida de toros asistió el virrey Amat.
A lo largo de su existencia, los ingresos de la Plaza de Acho han sido designados para los organizadores de diferentes corridas. Una excepción a esto fue durante la guerra por la independencia de España: entre los años de 1821 y 1826, todos los ingresos de la plaza se dirigieron al ejército liberatador.
En 1849 torearon los primeros españoles en Acho, encabezados por el torero Carlos Rodríguez, quienes implantaron la moda de los trajes de luces y las cuadrillas. En 1916 el mexicano Radolfo Gaona fue el primer matador famoso en participar en una corrida en la plaza de Acho.
En 1944 fue remodelada debido al deterioro sufrido por lo años,8 ampliándose su capacidad de 7 000 a 14 000 espectadores, pero en desmedro de las dimensiones del ruedo, que dejó de ser el de mayor tamaño del mundo. La remodelación estuvo a cargo del ingeniero Francisco Graña Garland. Aunque el trabajo en general se consideró exitoso en retener las características amadas de la plaza, al menos un escritor lamentó la "caída" de la antigua plaza: «Solemne, silenciosa y decrépita, como esas viejas actrices cargadas con años —Florías y fama antiguas— la antigua Plaza de Toros de Lima ha caído». Con la remodelación se cambia la habitual fecha de corridas, diciembre, pasando a octubre, mes del Señor de los Milagros en el Perú.
Un punto importante en la historia taurina del Perú fue el 18 de octubre de 1962, fecha en la que el Museo Taurino de Acho abrió sus puertas al público, en el que se muestran objetos taurinos de gran importancia para la historia taurina nacional. Un año antes se crea el primer Patronato del Museo Taurino para que éste se encargue de la búsqueda de objetos taurinos, los que luego de ser catalogados se exponen a la afición.
En 1971 la Plaza de Acho fue declarada Patrimonio Cultural de la Nación y, en 1991, Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Unesco.
Es costumbre que durante las corridas de toros que componen la Feria del Señor de los Milagros, entre el quinto y sexto toro que la banda de música toque una marinera, una costumbre que tiene su origen en el Día de la Canción Criolla...
Read moreLa plaza de toros de Acho, coso taurino ubicado en el distrito limeño del Rímac.[1] En ella se realiza anualmente la Feria del Señor de los Milagros, que reúne a las principales figuras del toreo. Además es la única plaza del continente americano que ha recibido la visita del rey Juan Carlos I de España.
En 1765, Agustín de Landaburu y Ribera, alcalde de Lima, solicitó permiso para construir lo que llamó "una plaza fija para las corridas de toros" que se llevaría a cabo en Lima durante la celebración del Carnaval en la ciudad. Así, la plaza fue construida en los terrenos del Convento de Madres de Las Nazarenas,[7] en un sitio que había sido utilizado para varios edificios de toros temporales desde 1754, y cuyas propiedades pasaron luego al reconocido médico y prócer José Hipólito Unanue y Pavón. La construcción duró ocho meses exactos.[7]
La plaza fue fundada el 30 de enero de 1766,[8] durante el gobierno del virrey Manuel de Amat y Juniet, antecediéndola en antigüedad la plaza de toros de Béjar y Zaragoza, en España. La plaza española de Sevilla inició su construcción en 1749, pero concluyó formalmente después de la de Acho.
El cartel de la corrida inaugural lo integraron Pisí, Gallipavo y Maestro de España. El primer toro lidiado fue Albañil Blanco, con divisa caña y rosado, de la hacienda Gómez de Cañete, propiedad de Landaburu y Ribera. A esta primera corrida de toros asistió el virrey Amat.[9]
A lo largo de su existencia, los ingresos de la Plaza de Acho han sido designados para los organizadores de diferentes corridas. Una excepción a esto fue durante la guerra por la independencia de España: entre los años de 1821 y 1826, todos los ingresos de la plaza se dirigieron al ejército libertador.[10]
En 1849 torearon los primeros españoles en Acho, encabezados por el torero Carlos Rodríguez, quienes implantaron la moda de los trajes de luces y las cuadrillas.[7] En 1916 el mexicano Rodolfo Gaona fue el primer matador famoso en participar en una corrida en la...
Read moreLa Plaza Firme de Toros de Acho, declarada monumento histórico nacional, está aún en uso en nuestros días, y se encuentra en el viejo barrio del Rímac, en la margen derecha del río. Es una de las plazas más prestigiosas y antiguas del mundo y en su albero de seda, sangre, arena y sol, durante siglos se ha mantenido vivo el espíritu tradicional de la fiesta brava.
Construida en estilo mudéjar, es muy notoria su arquitectura exterior con gruesos contrafuertes de adobe. Tiene un aforo para 13,300 espectadores, un perímetro de 245 metros y diámetro de 78 metros. El lugar escogido para su construcción era el antiguo quemadero de la Inquisición; se precisa que donde se encontraba el famoso templador a burladero, en el centro del ruedo, se encendía la hoguera, y era además el mismo donde se construían las plazas de madera, es decir "El Hacho" o "El Acho". Recibía este nombre aquel punto desde donde era posible contemplar el mar en días de neblina.
"Haacho" es una palabra quechua que significa desde donde se ve el mar y según el historiador y conocedor de la tauromaquia peruana, don José Emilio Calmell, el nombre de Acho le fue atribuido al ruedo limeño debido a que este término significa "monte alto y escarpado en las inmediaciones de la costa, desde el cual se descubre...
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