Castillo de Alcalá del Júcar — Attraction in Alcalá del Júcar

The fort is located on the top and has amazing views. There is an entry ticket but it’s worth it. You can get a 360 degree view of the town. The medieval fortress closes a small space in the rocky ridge, through a series of buildings and an artificial moat. In the fortress as a whole, the keep stands out, as the axis of defense of the enclosure and a symbol of stately power. It is a pentagonal tower, with two turrets at its rear ends, the result of the reforms carried out by D. Juan Pacheco, II Marquis of Villena, in the 15th century. The place has rich history. A must visit if you are in...

En el año 1211, una expedición relámpago del rey Alfonso VIIIconsigue arrebatar a los musulmanes, para la Corona de Castilla, las plazas fuertes de Garadén, Jorquera y Alcalá, quedando su dominación efectiva garantizada dos años después, cuando la victoria sobre los almohades en las Navas de Tolosa (1212) y Alcaraz (1213) rompen toda la defensa árabe y dejan libre a la repoblación todas las tierras de La Mancha y la actual provincia de Albacete. Tras su conquista definitiva se asentaron colonos procedentes de Alarcón.

Inicialmente, Alcalá fue una aldea de Jorquera, hasta que el 18 de abril de 1364, el rey de Castilla Pedro I el Cruel, firmó un documento en el Grao de Valencia, concediendo a Alcalá del Júcar el villazgo y la segregación con respecto a Jorquera, con asignación del Fuero de las Leyes, ordenamiento concejil y otros derechos.

Como todas las poblaciones cercanas perteneció al marquesado de Villena y padeció las vicisitudes de este peculiar señorío, que tanta importancia tuvo en la Edad Mediay en la gestación de la moderna monarquía castellana, hasta su disolución a raíz de la Guerra de Sucesión Castellana en 1475.

Perteneció al Reino de Murcia, dentro de la Corona de Castillahasta la nueva configuración territorial de España del ministro Javier de Burgos en 1833, cuando se crea la provincia de Albacete. Asimismo su pertenencia a la demarcación episcopal correspondería a la diócesis de Cartagena hasta la creación de la de...

Fui un día completo y fue uno de esos recorridos que te atrapan por su mezcla de historia, naturaleza y aventura. Empezando por las Cuevas del Diablo, caminé junto al río hasta las entradas excavadas en la roca y exploré varias cavidades con linterna mientras el eco y el frescor natural creaban un ambiente casi mágico. Después, enlacé con las Cuevas de Masagó y del Duende, donde el sendero asciende al interior de la colina: tuve que agacharme algunas veces, caminar con cuidado y descubrir formaciones naturales que parecían hechas para cuentos fantásticos. Fueron unos 45 minutos de exploración, con saltos sobre charcos y espacios angostos, pero la sensación de estar “fuera del mundo” lo compensó totalmente.

Más tarde subí al Castillo de Alcalá del Júcar, encaramado en lo alto de la roca: al recobrar el aliento tras las cuestas, disfruté de los muros y las torres mientras lo recorría con calma unos 40 minutos, empapándome de su aire medieval. Lo mejor llegó al llegar a las vistas panorámicas desde los miradores: toda la curva del río abrazando el pueblo, casas colgando de la roca y campos alrededor brillando al sol. Ese momento fue de los que se quedan grabados.

En conjunto, el plan fue redondo: cuevas misteriosas, castillo antiguo y panorámicas que quitan el hipo. Si te gusta combinar aventura, historia y paisajes reales, Alcalá del Júcar es un tesoro...