Interesante museo arqueológico en Almería, probablemente el que merece más la pena, y es gratuito. Tiene 3 plantas, la primera para los Millares, la segunda de el Argar, la tercera para la etapas romana e islámica. Tiene bastantes maquetas y muestras de restos, muchos son pequeños trozos de objetos, la mayoría procedentes de los yacimientos descubiertos por el arqueólogo belga Luis Siret en el siglo XIX. Los textos descriptivos están bien, aunque algunas pantallas interactivas no funcionaban. El museo tiene un cierto aspecto artístico moderno. Trataron de hacerlo ameno al público general, pero quizás han ido demasiado lejos en las interpretaciones de como era la vida en los poblados, por ejemplo una de las instalaciones principales recrea un parto con esculturas humanas abstractas, con una parturienta rodeada de personas y hasta un perro grande. O la instalación más importante es un espacio en pendiente con gran cantidad de piezas y restos humanos, que más bien pretende repetir las duras condiciones de vida de los esclavos en la muy clasista sociedad argárica, sucediéndose los esqueletos de niños esclavos en contraste con las armas, objetos de metal y joyas de los privilegiados, convenciendo al asistente de que fue una sociedad fallida, quizás corregida en las que se sucedieron a continuación como las más conocidas por los españoles de los íberos o celtíberos o después con los romanos. Tampoco faltan atrevidas frases en grandes caracteres que más bien parecen una interpretación personal de los símbolos asociados a las creencias de estos pueblos.
Entre lo que se echa en falta está que no se menciona por ninguna parte el expolio y destrozos en los restos arqueológicos, por ejemplo en los yacimientos de la edad de los metales en el siglo XIX se emplearon piedras para la construcción, o hasta hace poco fueron expoliados porque no se vigilaron los restos hasta que empezó a haber una mínima preocupación, como con la inauguración de este museo. Los destrozos en otros lugares continuaron en años recientes, destruyeron una necrópolis en el Barranquete por los cultivos, o recientemente restos de los Millares fueron destruidos para construir una rotonda. También son habituales en otros restos de otras épocas, como unos romanos que dejaron en mitad de una rotonda en el Poniente, y sobre todo son habituales los daños en los musulmanes, comenzando en el siglo XIX cuando destruyeron la mayor parte de las murallas y las Atarazanas Califales, o en años recientes un particular colocó una puerta con llave en una de las torres de la muralla, o varias veces han hecho agujeros durante obras, o incluso los han utilizado como paso de aguas negras.
La época romana y la islámica se dividen la tercera planta aunque la romana apenas tuvo importancia. Esta planta del museo está un poco fuera de lugar con respecto a las primeras dos etapas. De la romana destaca una estatua de tamaño mediano del dios Baco y varias lápidas de mármol, sin embargo no aparece mencionada una lápida de mármol que es la primera prueba conocida de una niña judía nacida en la península, Annia Salomonula del siglo II ó III, al parecer pobre o nacida esclava, sobre todo esto es evidente si se compara su sencilla lápida con las lápidas del museo. Se trataba de una lápida que encontró en una ermita del pueblo de Adra un conocido historiador del siglo XVIII especializado en el hebreo, Francisco Pérez Bayer, y que al parecer desapareció tras su traslado a Toledo. Al menos de la lápida queda un dibujo, y la niña judía sí tiene mucha importancia en Israel o para todos los judíos sefardíes.
La parte dedicada al Islam es muy escasa y más teniendo en cuenta su gran relevancia y la fundación de Almería, por ejemplo no se menciona la importancia que tuvieron los judíos en el comercio, en lo que destacó especialmente la Almería musulmana según pruebas encontradas hace unas décadas en la Genizá de El Cairo.
El resto de épocas poco más que son mencionadas por algún texto. En cualquier caso, el museo es más para los Millares y el Argar y solo por estos...
Read moreSon múltiples los aspectos positivos de la visita a este museo, la experiencia va más allá de la visualización de las piezas ya que también se exponen maquetas, una columna estratigráfica o videos en algunas salas, esto hace mucho más dinámica la visita y nos ayuda a interiorizar algunos conceptos sobre las etapas expuestas y el trabajo arqueológico. Obviamente el museo se centra en la exposición de piezas de la prehistoria. Por otra parte hay ciertos aspectos del museo que a un historiador no se le puede pasar por alto. Aunque las piezas expuestas son lo suficientemente relevantes como para hacernos entender los aspectos sociales más importantes de las etapas expuestas, el discurso no nos da una visión de la historia como una serie de procesos paulatinos que hacen cambiar los procesos materiales de la realidad, por el contrario, nos encontramos con distintas salas dedicadas a diferentes etapas, sin ningún tipo de nexo sobre la realidad histórica anterior o posterior, dando una gran sensación de artificialidad que se traducen en vacíos dentro del discurso. Es así hasta tal punto que en los mismos carteles se datan las salas y podemos observar, por ejemplo, que en la tercera planta el cartel nos dice que la primera sala es “Sociedad romana y comercio en el Sureste (206 aC-409 dC)” y la sala posterior es la de “Sociedad Islámica: Al-Mariyya” y data del 711 al Por lo cual, entre ambas salas se da un vacío de dos siglos de historia, dando una sensación al espectador, de que los cambios culturales son repentinos y sin ningún tipo de transición. La exposición sigue un orden cronológico lo cual es positivo para el asimilamiento del discurso por parte del espectador, sin embargo, esto de poco nos sirve si no existe ningún tipo de nexo entre salas. Otro tema cuanto menos polémico respecto al discurso que nos propone el museo es el transcurso cronológico escogido, la última de las salas es la que nos expone el mundo islámico. Sin embargo no hay ni una sola pieza expuesta en el museo de épocas moderna o contemporánea, no conozco la razón de esta decisión, sin embargo, si el motivo de esto es la ausencia o escasez de piezas arqueológicas de estas épocas entre sus colecciones, pueden existir soluciones a esto, ya que como hemos comprobado se puede transmitir un discurso a través de videos, maquetas u otros materiales. También se puede entender o justificar por la poca tradición arqueológica respecto a estas etapas, sobretodo la arqueología de historia moderna, que no es hasta hace poco cuando ha tomado algo de impulso. Sin embargo, esta teoría no llega a cuajar porque otros museos arqueológicos, tienen grandes colecciones datadas de etapa moderna. Sea cual sea la razón por la que el museo no recoge estas etapas de la historia de Almería me parece un error, ya que estas son tan ricas y relevantes como las expuestas en el recorrido y solo sería entendible en el caso de que la institución estuviese especializada en una etapa concreta, lo cual no es así, porque a pesar de que la colección prehistórica es la más amplia y relevante, no es la única expuesta. Respecto a la cuestión de género, de las figuras que se muestran en las ilustraciones que nos acompañan en el recorrido, solo el 33 % representan a mujeres. Es decir: de 299 figuras, 265 son reconocibles y de ellas 177 representan a hombres y 88 a mujeres según un estudio realizado recientemente (fuente: Museos y mujeres:la desigualdad en arqueología de Querol,2014). Aunque un porcentaje del 33% nos pueda parecer bajo y no debamos de conformarnos con él, puesto que no representa la realidad histórica, debemos de tener en cuenta que el Museo de Almería es uno de los museos arqueológicos/ históricos con mayor representación...
Read moreVisitar el Museo Arqueológico de Almería ha sido una experiencia reveladora que superó todas mis expectativas. Este museo, un verdadero tesoro cultural, ofrece una inmersión profunda en la rica historia y el patrimonio de la región de Almería a través de sus impresionantes colecciones arqueológicas.
Desde el momento en que entras, te encuentras rodeado de una atmósfera que te transporta a través del tiempo, desde la prehistoria hasta la época medieval, destacando la importancia histórica de Almería en el Mediterráneo. La disposición y presentación de los artefactos son excepcionales, permitiendo a los visitantes comprender fácilmente el contexto y la importancia de cada pieza. La calidad y el estado de conservación de los objetos expuestos, que incluyen cerámicas, herramientas, joyería y restos óseos, son testimonio del meticuloso trabajo de conservación del museo.
Lo que realmente distingue al Museo Arqueológico de Almería es su capacidad para hacer que la historia cobre vida. Las exposiciones interactivas y los medios audiovisuales enriquecen la experiencia, haciéndola accesible y atractiva tanto para aficionados a la historia como para el público general, incluidos los niños. Es particularmente admirable cómo el museo logra equilibrar el rigor académico con una presentación amena y educativa.
La arquitectura del museo en sí es digna de mención, con espacios modernos y bien iluminados que complementan perfectamente la majestuosidad de las colecciones. Además, el personal del museo es increíblemente amable y bien informado, dispuesto a compartir su pasión y conocimientos con los visitantes.
Recomiendo encarecidamente una visita al Museo Arqueológico de Almería a cualquiera que busque profundizar en el legado histórico de esta fascinante región. Es una experiencia educativa de primer nivel que ofrece perspectivas valiosas sobre el pasado y sus conexiones con el presente. Sin duda, este museo es una parada obligatoria para los amantes de la historia y la cultura que...
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