La catedral de Astorga está localizada en una plaza céntrica de la ciudad en donde hay numerosos locales de restauración y pastelerías típicas (lugares con encanto en los que se pueden comprar mantecados, tejas, hojaldres, tabletas de chocolate...)

Para visitarla debes comprar una entrada, que varía en función de la edad o recorrido [hay visitas guiadas y audioguías, incluidas en el precio]. Nosotros las reservamos por la web unos días antes y elegimos la de las 12 de la mañana, por lo que no tuvimos ningún problema para acceder; sin embargo, hubo gente que preguntó por la sesión nocturna de ese mismo día y ya no había plazas (tenían 3 entradas para la siguiente semana). Precisamente, mi recomendación es coger las entradas con anterioridad, ya que cuestan lo mismo, y así te aseguras la visita.

Además, con el ticket de compra te dan un código QR que podrás escanear y tener acceso gratuito a la audioguía. Para utilizarla solamente te tienes que fijar en los diferentes números localizados en las salas del museo y en la catedral, ya que te irán explicando poco a poco su historia o curiosidades.

En el caso de que no dispongas de un teléfono que pueda captar el código QR te darán, de manera gratuíta, un aparato que podrá servirte como audioguía.

El recorrido empieza en la fachada exterior y continua hacia el interior del edificio, claustro y, finalmente, en la catedral.

Personalmente la catedral no me pareció tan espectacular como otras españolas (por ejemplo la de Santiago); aunque, si bien es cierto, que merece la pena visitarla si estás en Astorga.

Al salir se encuentra la tienda del museo en donde podrás comprar recuerdos, libros informativos, artículos religiosos o de papelería.

⚠️Las medidas de seguridad COVID se cumplían perfectamente ya que, como dije antes, el aforo está limitado y el acceso con mascarilla es obligatorio.

El personal es muy agradable y está dispuesto a ayudarte en cualquier momento con todo tipo de dudas o preguntas.