Santa María la Real de las Huelgas está considerado como el monasterio cisterciense femenino más importante y prestigioso que ha habido en España. Se encuentra fuera del casco histórico de Burgos, a unos 25 minutos andando de la catedral. Este monasterio se levantó en unas tierras de prados cerca del río Arlanzón, llamadas 'Las Huelgas del Rey', que era la denominación que recibían aquellos terrenos de cultivo que no se podían trabajar y que eran dedicados a pastos para el ganado. Fue mandado construir en 1187 por orden de Alfonso VIII de Castilla y su esposa Leonor de Plantagenet, hija del rey de Inglaterra Enrique II y Leonor de Aquitania. Doña Leonor tenía la intención de que este cenobio cisterciense llegara a albergar a determinadas mujeres, tanto de la nobleza castellana como infantas o esposas de reyes, que pudieran llegar a tener un poder y autoridad equiparable a la de los hombres. Tal hecho se llegó a conseguir con el tiempo, ya que esta abadía nunca llegó a estar bajo la tutela o autoridad de la curia española, estando únicamente sometida al mandato directo del Papa en Roma. La monarquía donó al monasterio un gran número de posesiones y tierras, llegando a tener un fuero jurídico propio. La abadesa de este monasterio podía, además, dictar leyes en temas civiles que afectaban a las gentes que vivían en las tierras pertenecientes al monasterio. Tenía, también, la potestad para nombrar abadesas de otros monasterios que dependían de Las Huelgas. El monasterio de las Huelgas es uno de los edificios medievales más importantes de España, en cuyo conjunto se entremezclan distintos estilos: románico, gótico, mudéjar y renacentista, convirtiéndolo en un monasterio de extraordinaria belleza y con un gran patrimonio en su interior. Es un monasterio amplio y con un aspecto robusto más parecido a una fortaleza. El recinto monacal estuvo amurallado durante siglos, conservándose hoy dos puertas de aquella muralla. En el exterior y al poco de entrar en el recinto se puede ver la gran torre cuadrada con vanos apuntados en su parte más alta y a los pies una galería porticada lateral, el 'Pórtico de los Caballeros', bajo cuyas bóvedas hay varios sepulcros de caballeros muertos en la batalla de las Navas de Tolosa. En el interior la zona más antigua es el claustro de las Claustrillas, de estilo románico, con arquerías de medio punto levantadas sobre columnas pareadas, con capiteles decorados con motivos vegetales. La iglesia se comenzó a construir en el siglo XIII en un estilo protogótico, que anticipa los cambios tras el románico. Tiene planta de cruz latina con dos naves laterales y una central más alta. El crucero tiene un muro que servía de separación con la zona de clausura. En el interior de la iglesia cabe destacar los sepulcros reales de Alfonso VIII de Castilla y su esposa Leonor de Plantagenet. El claustro de san Fernando se construyó en el siglo XIII durante el reinado de Fernando III el Santo, pasando a ser el claustro principal del monasterio y desbancando al románico. Es de estilo gótico, con bóvedas de cañón y con restos de yeserías mudéjares policromadas. Al final del recorrido se encuentra el museo de telas medievales, con algunas piezas únicas, entre las que destaca el Pendón de las Navas, un gran tapiz que formaba parte de la tienda del califa An Nasir y que fue tomado como botín de guerra tras la victoria cristiana en la batalla de las Navas de Tolosa en 1212. La entrada cuesta 8 euros/pax. Se puede comprar en las taquillas del propio monasterio o reservar con antelación a través de la web patrimonionacional. Abre de martes a sábado de 10 a14 y 16:30 a 18:30 y domingos de 10:30 a 15. Miércoles y jueves por la tarde la visita es gratuita. Las visitas son guiadas con un guía de Patrimonio. No está permitido hacer fotografías en el interior del monasterio. La visita dura alrededor de una hora. Nuestro guía fue muy bueno, con un gran conocimiento sobre la historia del monasterio, dando explicaciones muy interesantes y amenas. Visita imprescindible por su valor histórico, artístico y arquitectónicos