We visited on a weekday, so it was really quiet and there weren’t many people around. I really love it. It’s very well-kept, the surrounding area (garden) is very well-maintained. It’s free entry, you can access the path towards the pantheon and visit the surrounding grounds. You can also enter the pantheon, though you’d need to buy a ticket for that. Sadly they only accept cash.
The grounds around the pantheon is beautiful; strolling around the garden and spending the day there with a book in one hand is a good idea whenever you’re around the area. Recommended to go on weekdays for sure, to really absorb the...
Read moreEl panteón de la Condesa de la Vega del Pozo y Duquesa de Sevillano es un monumento construido entre 1882 y 1916 en la ciudad española de Guadalajara, por encargo de doña María Diega Desmaissières y Sevillano, condesa de la Vega del Pozo y duquesa de Sevillano, en honor de su padre y familiares fallecidos años antes para ser enterrados en el mismo. Forma parte del conjunto monumental de la fundación de San Diego de Alcalá. Fue edificado por el arquitecto burgalés Ricardo Velázquez Bosco, muy conocido en su momento por las obras que llevó a cabo en la restauración de la mezquita de Córdoba y por otras muchas obras de renombre como el Palacio de Cristal del Retiro de Madrid. La decoración exterior de la cúpula, realizada con tejas de reflejos metálicos en forma de escamas es obra del ceramista Daniel Zuloaga, miembro de una ilustre familia de artistas a la que perteneció también su sobrino el pintor Ignacio Zuloaga. Daniel Zuloaga realizó la obra desde 1893 hasta 1906, y trabajó con Velázquez Bosco en varios edificios más, entre los que destacan el Palacio de Velázquez, la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Minas de Madrid y el Palacio de Cristal, todos ellos en Madrid. Cuando falleció dicha señora, no dejó descendencia directa, teniendo que hacerse cargo de dicho edificio y anexos la congregación de las Hermanas Adoratrices fundada por su tía Santa María Micaela del...
Read moreEl edificio es magnífico. Bello, equilibrado, espectacular… Pero hay varios “peros” si quieres visitar el interior.
Es de gestión privada y el coste es de 3€ para, teoricamente, el mantenimiento pero, me temo que eso no se declara a Hacienda.
Los horarios son inconvenientes en fin de semana para un turista convencional.
En ningún sitio se informa de que los grupos tienen prelación sobre los visitantes privados. Me sucedió que llegando antes de un grupo de 54 personas, tuve que quedarme en la puerta y esperar media hora en mitad de la nada.
Sería importante e imprescindible hacer saber que hay "numerus clausus" y sería bueno poder hacer reservas online.
La persona que estaba al cargo de la entrada (una estupenda profesional) tenía que cumplir unas normas impuestas y estrictas que no son razonables.
Lo dicho, antes de ir (no está en el centro histórico) asegurate de que no te quedarás fuera.
Por cierto, no fotos en el interior por decisión de la familia que, al parecer, no es consciente del poder de atracción de las redes sociales y de que Patrimonio Nacional, por ejemplo en el Escorial y demás palacios que dependenden la institución, desde abril deja que se hagan fotos sin ánimo comercial (recomiendo a los gestores del panteón que lean las explicaciones de Patrimonio Nacional sobre el asunto)
En resumen, una experiencia...
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