El palacio de Monterrey es un bonito edificio de la ciudad española de Salamanca, y uno de los mejores exponentes del estilo artístico plateresco en España. Fue edificado por el tercer conde de Monterrey. Actualmente el inmueble es propiedad de la Casa de Alba, que es la titular de dicho condado, y está situado en una de las mejores zonas del casco histórico de la ciudad, muy cerca de la Catedral. Fue un edificio muy admirado e imitado en el siglo XIX, por lo que dió lugar al llamado estilo Monterrey o neoplateresco, estilo arquitectónico que retomaba la estética del plateresco. El palacio lo hizo edificar don Alonso de Zúñiga y Acevedo Fonseca, III conde de Monterrey. Rodrigo Gil de Hontañón y fray Martín de Santiago esbozaron los planos del palacio, y Pedro de Ibarra y Pedro de Miguel y Aguirre empezaron la construcción el 18 de enero de 1539. Desde entonces se convirtió en una de las obras más representativas del renacimiento español. Su imagen, con las torres y una decoración suntuosa, simboliza la gran nobleza del Siglo de Oro español. El proyecto inicial se trataba de la construcción de un edificio de planta cuadrangular de tres pisos y un patio central, con torres en cada esquina y en el centro de cada ala. Finalmente, sólo llegó a construirse el ala del sur. En las esquinas, leones y animales oníricos, diseñados por Fray Martín de Santiago, sostienen escudos con las armas de los Zúñiga, Acevedo, Ulloa, Sotomayor y Fonseca, son los detalles más significativos del exterior. La galería del último cuerpo tiene arcos renacentistas. Los balcones y ventanas están adornados con decoración plateresca. Tras un año de restauración, en mayo de 2018 el palacio se ha abierto a las visitas turísticas como espacio musealizado, gracias a un convenio suscrito por el Ayuntamiento de Salamanca y la Fundación Casa de Alba. Merece la pena llegar paseando desde la parte posterior de la Universidad Pontificia por la calle Compañía y disfrutar de las magníficas vistas de este...
Read moreBeautiful historical palace of the Duke of Alba, one of the most relevant noble lineages in Spain. It serves as a family house, but it can be visited (check the schedule because it varies). Normal ticket (7.5€ w/o kitchen, Dec 2022) includes a taped guided tour, there are also tours with a guide some days per week (Tue, Thu afternoon). The palace's exterior is magnificent. The interiors are very impressive too and worth the visit, although not ranking among Spain's best. No pics inside, except from the top of the tower. It takes ~45 min listening to the guide, otherwise much less. Lots of stairs, although not...
Read moreDesde niño lo he visto al pasar y me parecía imponente con su altura y sus torres en una encrucijada bastante estrecha de la ciudad. Era un palacio habitado (supongo que pocos días al año) y no se visitaba. Todo ello daba para imaginar a sus habitantes y su intimidad: el Gran Duque de Alba, una de nuestras grandiosas leyendas militares, terror de los flamencos, la Duquesa de Alba y su marido con su aura de cosmopolitismo elegancia y cultura.....todos ellos aquí, en Salamanca, una pequeña y sobria ciudad castellana donde el mundo parecía lejano y se observa desde las cátedras de la Universidad como un científico observa los microbios con el microscopio, sin tener nada que ver con el. Por todo ello el interior del palacio me ha conmovido. No permiten hacer fotos del interior aunque no creo que sean necesarias para plasmarlo. Supongo que no es ni será nunca el palacio favorito de La Casa de Alba. Es un palacio pequeño, sin jardines ni patios, en el centro de una ciudad, al borde del tumulto de sus estrechas calles. Las habitaciones son pequeñas y coquetas. No tiene grandiosos salones, ni amplios ventanales o altísimos techos. Todo emana intimidad, sosiego, recogimiento. El propio de una vida familiar. Los muebles son joyas de gran calidad representativas de todos los siglos pasados. Los tapices y pinturas también. Impresionante, por cierto, el retrato del Gran Duque de Alba. Habrá quien, por todo ello, no le impresione el palacio. Para quién, como yo, su presencia era una rutina diaria se ha convertido, al conocer su corazón, en una especie de refugio de eremita, ese espacio sobrio e íntimo donde se alimenta la grandeza del espiritu que lleva a conseguir las mayores hazañas. En mi opinión es una de las visitas obligadas...
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