Cake & Coffee

La verdad que esta anécdota que viví en este café lo define por completo: ridículo. Estábamos con mi mamá y nos trajeron el pedido a la mesa. Sin querer volqué mi vaso con jugo de naranja y la camarera muy amablemente me dijo que iba a hablar con la encargada para ver si me podía traer otro vaso con jugo (ella tenía toda la intención de hacerlo). Al hablar con la encargada, volvió y me dijo que no la habían autorizado. Le pedí que me trajeran aunque sea el poquito de jugo que había quedado en el vaso sin tirar, y me trajo una tacita bien chiquita con el sobrante.

No lo podía creer!!!! Casi me levanto a hablar con la encargada, pero preferí no cargarme de malas energías porque al fin y al cabo los que pierden son ellos. Pierden clientes, pierden reputación, pierden una valoración positiva y pierden negocio.

Ir a tomar un café es mucho más que el café en sí mismo. Es la atención, es el gesto que tengan si cometés un error, es la amabilidad de hacerte sentir bien. Este café no aprendió nada de eso! Una pena!