La Farola de Dorrego — Restaurant in Autonomous City of Buenos Aires

En total 3 estrellas. Estuve el día de ayer para el horario del almuerzo, me fui con mi madre. El ambiente es un 4, no es grande ni chico, el tamaño justo para ser un bar de barrio. El único detalle es que sus mesas y sillas son tan gruesas que te chocas con otras mesas, simplemente que casi te rosas con otro comensal. Entonces corres el riesgo de que te puedan robar tu cartera o incluso prendas. Uno está intranquilo en ese sentido. La comida muy rica, una lastima que los precios no estén en la carta, tenés que escanear en el cuadrito con el QR. Hay personas mayores que por ejemplo eso no saben cómo utilizar y puede ser bastante estresante a la hora de ordenar alguna comida de su preferencia. Se comprende que por lo que ocurre en el país es difícil andar con precios fijos. Pero aveces es mejor ganar la confianza de un cliente que tener un menú sin precio. Volviendo nuevamente al sentido de la comida. Muy sabrosa, nos pedimos una milanesa chica de ternera, excelente punto de carne y rica en sabores. El puré muy rico en el momento; bastante manteca, se sentia más la manteca que la propia papa, tenía una pisca de pimienta, entonces con la gigante porción que tiene, te agarra una sed que da calambre. El valor de una Coca-Cola chica sale un fortuna, estaría bueno que puedan aplicar la opción de una bebida más en litros grandes. Los mozos parecen andar siempre molestos, te reciben con una muy mala manera y te hacen sentir que les debes un favor. Ya ni siquiera querés pedirle algo más porque te hacen sentir con culpa. Es una situación incómoda. Son detalles que mejorar, pero en cuanto a su comida muy buena. Volveré la próxima para probar otros platos más. El valor en promedio para dos personas. Uno podría llegar a...

La comida es rica y la atención es buena, pero demoran muchísimo en traerte los platos. En mi trabajo tenemos una hora para almorzar, cuando pedimos el menú del día (el cuál incluye comida, bebida y café y es súper económico lo cual no me quejo) estuvimos esperando 40 MINUTOS, o sea, 40 minutos por un pollo con papas fritas, no obstante cuando vamos a pagar no nos permiten pagar por separado (tres personas, tres tarjetas de débito distintas) alegando que solo se admiten dos formas de pago por mesa (1 tarjeta + un efectivo), cosa rarísima que nunca escuché en mi vida. Cuando se dignan a aceptar la forma de pago ya veníamos demorados 10 minutos, por lo tanto nos quemamos la garganta tomando el café para volver rápido al laburo. La comida rica, la atención de la moza divina, el tiempo de demora regular. Finalmente nos aceptaron el pago con las tres tarjetas distintas así que de eso no me voy a quejar pero sí voy a decir que fue un momento incómodo ya que teníamos la voluntad de pagar y nos ponían trabas y nos hicieron demorar en retirarnos porque, según indicaron ellos "en ningún lugar de comidas te aceptan que en una mesa se pague en tres distintas formas de pago"; LEÁSE; TRES distintas formas de pago. O sea DISTINTAS FORMAS DE PAGO sería si te pago UNA CON EFECTIVO, OTRA CON TARJETA Y OTRA CON CHEQUE. En este caso éramos tres personas distintas pagando cada uno con su respectiva forma de pago particular, no eran tres distintas formas de pago. Pero bueno, la comida muy rica, el café también pero la demora y la burocracía del lugar seguro que me haga pensarmelo dos veces antes de volver, una lástima ya que nos hicieron perder mucho tiempo...

Pésima experiencia. Pedido: Suprema de pollo con puré mixto, tarta de acelga y buñuelos de verdura. Era tarde a la noche y eran minutas que no deberían tardar mucho ni fallar. La milanesa de pollo tenia forma, textura y sabor a chikenitos. De verdad. El puré mixto totalmente ácido, por suerte era una guarnición mínima. Los buñuelos de verdura los hizo alguien que no sabe de buñuelos. Dos masas flojas, grandes, nada crocantes y aceitosas. Es algo que deberían sacar del menú. La tarta, lo único que más o menos zafaba. Para esperar el pedido pedí una pinta de cerveza que nunca recibí. Cuando me acerqué a la barra, me dijo uno de los dos encargados: "Ya te la llevan". Me quedé esperando que "llegue". Terminé pidiendo que me devuelvan la plata. El problema no es que no hubiera quien la preparara, sino el desinterés. Hay mucho cacique contando plata o charlando entre si, y poca persona interesada en el cliente, si pidió algo, si está esperando hace mucho. Si la idea de La Farola es matar la marca haciendo franquicias de dudosa calidad y mala atención, este es el mejor ejemplo. Para lo único que recomiendo ese local es para ir de paso y comer las promos de empanadas o pizza que vienen con bebida o pinta. Son baratas ($700 las dos de muzzarella con faina y bebida), salen rápido y llenan. Y el pizzero no demora nada, aunque tenés que reclamar la...