Alto Mar by La Gatita — Restaurant in Concón

Monday at 1 pm, not much else open. This is s big operation but they are doing a good job . Many seating options, outside , inside in three levels, the choose tables are 4 tops outside inside these geodesic domes. There are only 5 . Extensive fish menu . No eel right now but the corvina margarita was rich and more than enough for two people . Plan in sharing and you really only need one main dish. Our server was quick and we got our food promptly . The place is not intimidating , very down to earth and real, just what I want in a local fish resto. And clean . Prices are very reasonable, 14-18. CLP for mains The parking down at the end of the road charges 2,000 CLP , try...

Ayer viernes fui con mi señora e hijo a almorzar al restaurante que varios me habían recomendado. Soy de Concón y también vivo en Santiago, así que he probado varios locales de la zona... pero esta fue, honestamente, una de las experiencias más incómodas que he tenido.

Desde el principio se notó que el garzón estaba estresado, con mala disposición, como si uno le molestara al pedir algo. No recuerdo su nombre, pero estábamos almorzando en el segundo piso, con vista a Playa Amarilla.

Partimos pidiendo una entrada de camarones apanados, que se le olvidó. Nos pidió disculpas, ok, pero ya partimos mal. Luego pedí un chupe de locos, jaiba y camarones, no estaba malo, pero para lo que cobran el plato es chico y no sorprende. Mi señora pidió una paila marina que honestamente estaba bien malita… 4/10 siendo generoso, me comentó que le encontró cero sabor y que los mariscos parecían sacados de tarro, ni hablar el jugo de limonada jengibre era el peor que había probado, pura agua y azucar.

Como quedamos con hambre, pedimos la entrada que el garzón se le había olvidado: “La gatita”, que es el restaurante tanto recomienda. Estaba fría. Y la macha a la parmesana venía con una cantidad exagerada de queso rallado, tanto que tapaba completamente el sabor de la macha… que ya es rica por sí sola, no necesita tanta parafernalia.

Y para rematar, cuando terminamos de comer, el garzón llegó apurado a cobrar, sin siquiera preguntar si queríamos agregar propina. Le pedí primero la boleta para saber qué estábamos pagando, pero ya a esa altura la experiencia estaba arruinada.

En resumen: mala atención, comida regular y precios medios-altos para lo que entregan. No volvería, y menos lo recomendaría. Una lástima, porque el lugar...

Reseña Mejorada:

Después de una espera inicial de una hora y con mucha paciencia, logramos entrar a este peculiar restaurante. Una vez en nuestra mesa, tuvimos que esperar media hora más para ser atendidos por uno de los cuatro garzones que claramente estaban sobrepasados con la cantidad de mesas a su cargo.

La falta de delicadeza del personal se notó especialmente en el constante golpeteo de platos y cubiertos, lo que, sumado al eco de las conversaciones de los clientes que hablaban en voz alta para poder escucharse entre sí, hizo que nuestra experiencia fuera más estresante de lo esperado. En lugar de sentirnos en la tranquilidad de Concón, la atmósfera nos recordó al bullicio del centro de Santiago.

Lo único que redime esta experiencia es, sin duda, la cocina. Felicitaciones al chef: la albacora estaba jugosa y el pastel de jaibas delicioso. Además, el plato de la casa, Gatita, un mix de frutos del mar hermosamente presentado, es altamente recomendable para compartir.

Al finalizar nuestra comida, tuvimos que buscar al garzón para pedir la cuenta, y luego esperar 20 minutos más para recibirla. Es importante mencionar que el restaurante no cuenta con una barra schopera y tampoco acepta pagos con tarjeta de crédito.

Finalmente, un llamado de atención a la organización: no puede ser que haya 4 o 5 garzones en el segundo piso y que los asistentes de sala no sean proactivos para apoyar. ¿Acaso no están para facilitar el trabajo de los garzones y mejorar la experiencia del cliente?

En resumen, aunque la cocina es excelente, el servicio y la organización deben mejorar considerablemente para estar a la altura de la calidad...