Fuimos en familia a almorzar. La verdad es que cada cierto tiempo vamos porque la comida es buena quizás no tanto para los precios que cada vez suben más. Platos abundantes y que llegan en su temperatura justa. La verdad es que el servicio es bastante cordial, sin embargo no me termina de convencer. Debo comentar que la salsa tamarindo estaba fermentanda, sabor y olor a vinagre, pido que se me cambie ( lo cual encuentro que debe ser responsabilidad de los meseros percatarse del estado de los alimentos que traen a la mesa). Al hacer cambio, se me entrega una muy parecida, que me hace creer que ni siquiera se cambió, solo rellenó con otra que evidentemente también se encontraba en proceso de fermentación. Me hacen un tercer cambio de salsa y está se encontraba con buen color, olor y sabor. A pesar de que se solucionó, no deja de ser una situación desagradable y que siento yo no debiese ocurrir si el encargado de la salsa está atwenso a su estado y presentación. Quizás también debiesen ambientar mejor el lugar, llega a ser un lugar aburrido y soso. Los baños además estaban bastante sucios y hediondos. Falta zona para mudar o quizás un baño familiar ya que es ese principalmente el público objetivo de este restaurant.