Sublime Restaurante — Restaurant in Guatemala City

Coming into the restaurant the personell was welcoming and placed us at a different table because we requested it, which was perceived positively. As it was my first experience in a fine dining „tasting menu“ establishment in Latin America, and the restaurant is constantly climbing the top 50 ranks of Latin Restaurants, my hopes were quite high. We chose the 12 course menu plus the small maridaje. Starting, the evening the dishes were not 100% balanced for me, for example I felt like the cured bass with coconut had a nice texture but the proportions of the liquid to the rest did not have harmony and the protein got lost in the sauce. Going further the dishes were interesting, unique ingredients, flavor wise though I did expect more refined balances of sweet sour acidity and umami. At least for a couple more dishes. The main dishes improved in harmony and flavor especially the spiny lobster dish was highly appreciated. The desserts we’re unspectacular for me, also to say, not the biggest dessert person. The maridaje had good wines, but I felt like the Rioja did not match the two dishes perfectly that it was paired with (pork belly yes, fish dish not so much). The French white (cote du beune, if I’m not mistaken) was a really good pairing. So if you go, take that dish. Service was inconsistent as we were asked if we wanted it in English or in Spanish, chose English, and had 90% presented in Spanish. Maybe justified by personell situation, but needs to be communicated. Four different servers with very inconsistent quality (very friendly Gentleman in service from Dominican nationality, on the other hand a very inexperienced young woman who couldn’t pass on the vibes of the dishes). Dishes were mostly explained very basically and you did not fully get the Guatemalan connection besides the ingredients. All in all a pleasant experience, considering the high price though, I was really not satisfied:

If I come back, the a la carte choices would be the only thing I would give another...

Sublime lives up to its name. This was one of the most memorable dining experiences we’ve had in Guatemala City. We would rate them 4/5 stars.

From the moment we walked in, the service was absolutely incredible. Service was warm, attentive, and knowledgeable without feeling stiff. The space itself is elegant and intimate, with beautiful design details that set the tone for a refined, cultural experience.

We did the 12-course tasting menu, which is a culinary journey through Guatemalan history — from pre-Columbian influences to modern, high-concept expressions. Each course was beautifully presented and backed by thoughtful storytelling that made the experience feel immersive and meaningful. The presentation was consistently stunning throughout the night.

Sublime also has a great cocktail and wine program. While drinks from their sister bar in the back (Cocktail Lobby) were good, we actually preferred the cocktails served at Sublime — more balanced, more refined, and clearly crafted to pair with the tasting menu. The wine list is extensive and well-curated, with options for pairing or a la carte. We just grabbed cocktails though.

It was pretty conceptual at times. But that’s part of the charm — you’re not just eating food here, you’re engaging with culture, memory, and artistry. We left full and happy. The full menu was around $110 - $115 USD per person (before drinks and tip), which felt very fair for the level of detail and care in each course.

Bottom line: Sublime is a special-occasion restaurant that absolutely deserves a Michelin star. The story, the service, the plating — all top-tier. Highly recommend if you’re visiting Guatemala City and want to experience something truly unique...

Mi visita al restaurante Sublime fue un viaje culinario que superó todas mis expectativas y me permitió experimentar la excelencia gastronómica de uno de los 50 mejores restaurantes de América Latina. Desde el momento en que entré, quedé cautivada por la decoración elegante y acogedora del lugar, que creó un ambiente perfecto para una velada memorable.

A pesar de estar en el restaurante número uno de Guatemala, la atención del personal fue excepcionalmente cálida y acogedora, lo que me hizo sentir como en casa desde el primer momento. Pero lo que realmente hizo que esta experiencia fuera única fue la presencia del chef principal, quien se acercó varias veces a mi mesa para compartir su pasión por la comida y explicar cada plato con detalle. Esto no solo añadió un toque personal, sino que también enriqueció mi comprensión de la cocina guatemalteca.

La comida en Sublime es una verdadera obra de arte culinaria. El chef toma platos tradicionales y les infunde su toque personal, incorporando sabores auténticos de Guatemala. Cada plato es una sorpresa para los sentidos, y mi paladar fue llevado a un viaje de descubrimiento.

Comenzando con "Cancuén", quedé impresionada por el atún perfectamente cortado y fresco. El alimonado de achiote elevó los sabores a nuevas alturas, mostrando la destreza del chef en la mezcla de ingredientes.

"Zapotitlán" fue un espectáculo en sí mismo. Las paletas de atún con hidrógeno eran una experiencia única y deliciosa. El sabor del atún y la pepitoria se combinaron de manera sorprendente, y el espectáculo que acompañaba al plato lo hizo aún más impresionante.

"Puerto Santo Tomás de Castilla" fue un festín de mariscos. Yo tengo preferencia por los mariscos fritos , entonces disfruté de este plato en especial de la salsa de tapado y el puré de plátano que crearon una sinfonía de sabores que me dejaron sin palabras.

"Nebaj" se destacó como mi favorito personal. Los agnolotti rellenos de pato eran exquisitos, con toques dulces de saúco y la seductora salsa de queso que se complementaban a la perfección.

"Los Cuchumatanes" eran una oda a los sabores guatemaltecos. Los gnocchi de maíz me recordaron a los sabores de los chuchitos y tamales de Guatemala, y el cordero con sus sabores intensos fue una delicia.

"Cotzumalguapa" presentó un lomito perfectamente preparado y la mezcla de langosta, cebolla y salsa roja fue impactante y memorable.

"Little Korea" fue una sorpresa encantadora. La carne del bulgogi se destacó, y la incorporación de sabores guatemaltecos como el kimchi guatemalteco y el loroco añadió una capa adicional de complejidad que me dejó impresionada.

Y para hacer nuestra noche aún más especial, recibimos un pastel de cumpleaños, gracias al Sous Chef Julio Xoyon, exquisito con un bizcocho de chocolate relleno de chocolate, acompañado de una jalea de frutos rojos con el logotipo de Sublime, hecho en chocolate y con un sello dorado. Las copas de champagne que nos sirvieron realmente nos hicieron sentir muy especiales y complementaron a la perfección cada detalle de esta experiencia memorable. Además, los mocteles que pedimos fueron deliciosos y añadieron un toque adicional de sofisticación a nuestra velada.

Sublime es mucho más que un restaurante: es un destino gastronómico que cautiva todos los sentidos y celebra los momentos especiales de la vida de manera inolvidable. Cada plato es una obra maestra que combina la creatividad del chef y un excelente equipo de trabajo, con las raíces guatemaltecas. Si buscas una experiencia culinaria excepcional que te lleve en un viaje de sabores y emociones, Sublime es el lugar al que debes acudir. Mi visita aquí fue una experiencia inolvidable y altamente recomendable para cualquier amante de la buena comida y la hospitalidad...