El Italiano — Restaurant in Jalisco

We decided to try this place after googling restaurants with a play area for children. It even advertises they have nannies, too. It seemed ideal. However, it can’t be further from what we expected. They have two girls who must be in their early twenties in a very nice room full of toys and a TV. The problem is, they are not friendly. In fact they don’t seem at all interested in looking after the kids. They don’t try to engage with them, they are busy looking at their phones. The first time was a Sunday and the room was full of kids so I thought they may have been tired already and couldn’t care less about them, but the second time, there were no kids at all and when I arrived with my boy they didn’t even say hello. My son didn't want to stay and they seemed relieved. We even wondered if they are not paid well or even at all. That would explain...

La atención fue rápida al inicio. Muy amables las señoritas de la entrada. Nos asignaron una mesa junto a la cocina, la verdad me hubiera gustado una mejor mesa ya que el lugar no estaba muy lleno, llegamos a las 6:30 pm, hora de nuestra reservación.

El mesero súper amable y atento. El lugar, quiero creer, se especializa mucho en vinos y/o bebidas alcohólicas porque ordenamos una bebida sin alcohol y es de las cosas más horrendas que me han dado a tomar. Pedimos agua simple para poder continuar.

Pedimos las entradas y la verdad que no tardaron tanto. Pedimos Bruschetta y Portobello, ambos muy buenos. El portobello, muy "carnoso", muy bien logrado con una textura firme, las verduras que le acompañan están ahí justamente para complementar el sabor y lo hacen de maravilla. La Bruschetta es igualmente excelente, el pan es increíblemente suave pero resiste la humedad del tomate/jitomate. El tomate está especiado en su punto, una de las mejores entradas que he tenido.

Tristemente esto fue lo último bueno de la noche (que triste, de verdad que sí) tan caro y TAN MALO.

Ordenamos Risotto con hongos, bueno, solo de recordarlo me causa molestia, es HORRIBLE, punto, la cocción no es la correcta. No hay salvación de este desafortunado intento, los hongos son DE LATA, por el precio DEBERÍAN ser naturales. Es asqueroso y ya.

Pedimos pasta, poca y mala. No merece descripción. Continuamos con un filete con hongos, bueno, los hongos, una tristeza. El filete lo pedimos en 3/4 y estaba casi crudo. Amablemente nos ofrecieron cocinarlo un poco más y la 2da vez ya quedó bien. Cabe mencionar que hasta que lo pedimos y eso porque mi esposa se quedó mirando a un mesero con una porción de pan, nadie nos ofreció pan para acompañar los platos fuertes. Las demás mesas sí que estaban recibiendo pan y complementos.

Para terminar, quisimos darle una oportunidad a los postres, uy no, gran error. El crème brûlée es más bien una natilla de la abuela, pero no en el buen sentido, esas quedaban 10 veces mejor. El huevo es muy prominente en la mezcla, no debería ser el protagonista, la vainilla y la crema sí deberían pero no aparecen. Las frambuesas sí son deliciosas y en su punto.

Igualmente ordenamos Strudel de Manzana. El hojaldre muy flojo, nada consistente y demasiado húmedo. El helado que lo acompañaba por el contrario, muy bueno.

2 de 10 porque mi esposa eligió este lugar para ayudarme a disfrutar la comida italiana pero la decepción fue tal que jamás volveremos.

No vale la pena el sabor, el lugar es hermoso y el servicio...

Primero decir que la comida es deliciosa, la sopa de cebolla, la carne a los cuatro quesos y la pasta al Italiano, son platillos excepcionales.

Dicho esto, el problema está en que si no tienen capacidad para atender al restaurante lleno en sábado, pues no lo llenen.

Desde la llegada, con reservación, nos hicieron esperar 15 minutos y la hostess nos dice “solo tenemos arriba, ¿quieren?” Si no tienen la organización para respetar la reservación, no acepten reservaciones.

El mesero que nos atendió en la planta alta parecía no tener experiencia, nos repitió la orden tres veces “para estar seguro”; el primer tiempo (dos sopas y dos pastas) tardaron 40 minutos. Al preguntarle a otro mesero (Axel), curiosamente las llevó en tres minutos.

Al poner cucharas y cuchillos para cortes en la mesa, se atraviesa frente a los comensales y puso las cucharas del lado izquierdo. Puede sonar ridículo, pero los precios y el ambiente son para meseros con mejor atención y capacitación.

Terminamos el primer tiempo y veinte minutos después le preguntamos a nuestro mesero por el segundo tiempo y nos dice “ya les dije que lo traigan”… pues ¿a quién? Todavía tardaron cerca de diez minutos más y los platillos llegaron tibios.

El mesero no hizo un esfuerzo por componer la situación, solo se defendió diciendo que el restaurante estaba muy lleno y tenían muchos pedidos de cortes. Le dije que en qué era ese un problema mío y se incomodó respondiendo que “él ya había presionado y ya estaba todo bien.”

Le pedimos un agua mineral al llegar el segundo tiempo, que trajeron (y regresamos) cuando ya habían terminado.

Otra persona trajo la terminal para pagar, al negar la propina, solo puso cara de molesto en lugar de tratar de entender el problema.

El Italiano es, sin duda, la mejor comida italiana, pero el servicio en esta ocasión fue deplorable.

Claro que regresaremos, la comida es deliciosa, pero será entre semana a media tarde, cuando no esté lleno y con menores expectativas...