Steak and Grills — Restaurant in Mexico City

En un principio el mesero cuando llegue no fue tan cortés como en otros steakhouses pero parecía novato y decidí darle el beneficio de la duda. Después pedí la ensalada César solamente porque en el menú decía “PREPARADO EN TU MESA” y a mí me gusta ver como me preparan en aderezo y todo eso, también pedí un queso fundido. Llegó la ensalada César ya preparada y cuando le pregunté me dijo que yo no se la pedí preparada en la mesa, cosa que nunca había tenido que aclarar en otros lugares cuando en el menú especificaba que así era. El queso fundido llegó tibio, ni siquiera derretido, dejé pasar lo de la ensalada pero si regresé el queso. Cuando se acercó el gerente para ver cómo estaba todo (yo no lo llamé, seguía dando el beneficio de la duda y no quise reclamar) si le comenté lo de la ensalada e igualmente me dijo con una actitud muy equis “pues es que no pediste que fuera preparada en tu mesa” Al llegar la cuenta había un cargo extra de un pan artesanal y al preguntar me dijeron que eran las salsas para los taquitos del queso fundido, yo nunca pedí salsas ni las use, y dijo que aparte por el pan que me trajeron (normalmente en otros restaurantes te traen pan de cortesía y te lo presentan y te explican de qué son las salsitas y así) aquí no use las salsas, no vi el pan porque venía en una caja muy equis y la puso atrás de el servilletero y así donde nunca lo vi El gerente al reclamar el cargo extra no le dio importancia y dijo que así es y que nos dieron el pan y que se cobraba aunque no lo haya comido Pésimo lugar y para variar la comida...

Ah, Steak and Grills, la Disneylandia para adultos donde tus sueños de convertirte en un ejecutivo millonario de Wall Street se hacen realidad... aunque sea solo por unas horas. No sé qué es más falso aquí, si el "ambiente ejecutivo" o las sonrisas de las acompañantes.

La comida es como un telonero en un concierto de rock: está allí para calentar el ambiente, pero nadie pagó por verlo. La verdadera estrella del show es el alcohol. Pero cuidado, amigo, porque te emborrachan más rápido que un estudiante en Spring Break. Y mientras tú te sientes como el Lobo de Wall Street, ellos te sacan dinero como si fueras un cajero automático humano.

¿El ambiente? ¡Oh, sí! Se siente como si estuvieras en una película de James Bond. Solo que en vez de espías y villanos, hay camareras que, con un guiño y una sonrisa, te convencen de que necesitas otra copa de ese whisky que cuesta lo mismo que un riñón en el mercado negro.

Es como un casino: la casa siempre gana. Saldrás pensando que viviste una noche épica, pero al día siguiente, tu billetera te recordará que lo único épico fue el agujero que dejaste en ella. ¡Pásenle, señores, a este carrusel de ilusiones caras y decisiones...

Una política muy denigrante y elitista. PÉSIMO TRATO Veníamos de Puebla en el ebus y se nos ocurrió entrar s comer ahí, teníamos en la mano las botellas de agua pequeña a la mitad, y nos salieron con que no podíamos entrar con ellas, que las teníamos que dejárselas ahí en la entrada, le digo que las guardo en mi bolsa porqué no me da buena espina dejarías abiertas ahí, y que porque esa política que si pensaba que por entrar con un poco de agua no iba a consumir líquido en mi comida?, O cual era el problema, y me sale que sí porque ahí venden el agua, la verdad es que alucine obviamente no nos quedamos, no se con qué tipo de clientes están acostumbrados a tratar, en mi vida y he viajado mucho por el país y por el mundo he sacado alimentos en restaurantes y nunca me han tratado así y he estado en restaurantes de...