⭐ Un viaje al pasado… sin boleto de regreso.
Si lo tuyo es revivir experiencias de la infancia tal cual como eran —sin mejoras, sin cambios, sin filo en los cuchillos— este restaurante es para ti. Literal, nada ha cambiado desde los años 90, ni el menú, ni los utensilios, ni el nivel de decepción.
La carne asada, por ejemplo, es todo un reto dental: perfecta si te gusta masticar suela marinada en sal. Y para cortarla, no te preocupes: el cuchillo tiene la eficacia de una cuchara vieja. Y si te rechinan las bisagras no hay problema tienen aceite de sobra para quedar bien lubricado 🥹.
Los vasos no son de vidrio (porque eso sería demasiado moderno), sino de plástico mas retallados que los de mi casa.
Y si te emociona que el paquete incluye “agua”, prepárate para la sorpresa: es agua con azúcar a nivel “me dio sed y ahora tengo diabetes”, servida con cariño en una pequeña ollita de juguete. ¿Querías agua simple? No, esa no se ofrece, te dan la dan otra ollita mas pequeña y sin refill 😵💫.
Las sopas… oh, las sopas. Tienen ese sabor nostálgico en el pasillo del hospital. 🏥 De hecho, he probado caldos más reconfortantes en una sala de urgencias.
Antes, te daban un postre sencillo —gelatina, frutita— ahora solo te dan falsas esperanzas y, al final, el verdadero postre: una propina obligatoria del 10% que te mencionan solo después de haber comido. Porque claro, si lo pusieran en la entrada, uno podría pensarlo dos veces. Pero no. Te avisan ya que estás rumiando la suela. Y no, estimado restaurante, los comensales no somos responsables del salario de su personal. La propina es opcional y voluntaria, no una trampa sorpresa.
¿El servicio? En fin… a ratos lentos, a ratos tan rápido que parecía que ya querían que te fueras. Y eso que el lugar estaba vacío. ¿Será porque la gente ya captó la indirecta? 🤔
Ah, y no olvidemos los detalles mágicos del baño: uno sin papel y otro con un regalito fecal que decoraba el piso con esmero. Toda una experiencia multisensorial.
Y como broche de oro, cada cinco minutos un vendedor ambulante interrumpiendo tu charla. Porque si algo le faltaba a esta experiencia era sentir que estabas comiendo en la banqueta, pero pagando como si fuera en la terraza del centro.
En resumen: si eres amante de la incomodidad, los recuerdos rotos y los precios inflados por la nostalgia mal envejecida, este es tu lugar. Pero si quieres sabores reales, opciones saludables o simplemente respeto a tu paladar, mejor sigue caminando unas cuadras más.
Porque hay lugares que te invitan a volver… y otros que te dan las gracias...
Read moreLa atención es excelente y la comida es aún mejor. Aquí si puedes confiar que si te dice el mesero q no es picante... Realmente no lo es.
Pretty good attention and the food is even better. You can trust if the waiter tells you that is not 🔥 🌶 it really isn't. Good options for a good meal and also they sell jar of...
Read moreGreat service, the food comes fast to your table the daily menu varies every day and the À la cart dishes are exceptional, the food is delicious, fresh and typical from Puebla, the prices are great. Have some cash on...
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