Restaurante de amplio renombre en la isla por su trato con las carnes. Todo el mundo habla maravillas de este lugar y se diría que es todo un referente en la gastronomía insular. Es que, además, resulta imposible acudir a cenar sin reserva previa (visitamos Azores en julio) como si un tal Adrià o un Roca anduviera tras los fogones. Nada más lejos de la realidad y me van a comprender rápido. ¿Recuerdan los lugares playeros en los que se ofrecían platos combinados, menús de precio moderado, macarrones "pa" los niños y luego los "mandabas" al camarero para que éste les diera el Colajet, Drácula, Frigo Dedo/Pie, Choc Bana o Minimilk de turno? Primero, tienen ustedes más de 50 y segundo, este es el lugar, pero vayamos por partes. Una vez acomodados das un vistazo rápido a la carta. Se agradece su recortada extensión y aprecias que su oferta está basada en las carnes, con algún entrante o pescado suelto por ahí. En nuestro caso solicitamos de entrada un queso fresco (muy típico en Azores) junto a su salsa de pimiento picante que le otorga un contraste magnífico. Resulta goloso y adictivo. A mayor calidad y frescura del queso más acertado resulta el contraste, y en esta ocasión estaba muy rico. En segundo lugar, no se asusten. Hago desde aquí una llamada a la moderación por si notan en sus "cannes" un pellizco cuando vean la morcilla servida (y compartiendo espacio en el mismo plato) junto a la piña. Vamos a ver, ¿Qué les ha hecho la morcilla? ¿Se trata de un trauma en la infancia, un resquemor, un reconcome o una anomalía en la transferencia cultural de por estos lares? Nunca se maltrató tanto un producto como la morcilla, sacrosanta especialidad de nuestra gastronomía, como he podido comprobar en esta ocasión. Quise deducir que era su forma de "ingeniar" un plato, como el melón con jamón, versión isleña, pero con traumático resultado. Los experimentos con gaseosa y para investigar están los laboratorios. Por favor, no hagan esto y menos con las cosas del comer con las que no debe "jugarse". Por cierto, la morcilla frita, "picantona", alegre y pizpireta, pero muy tostada para mi gusto. Y la piña autóctona es buenísima, pero ni Quevedo le encontraría un atisbo de rima con este, para muchos (entre los que me incluyo), manjar y referencia de nuestra cocina. Por último la carne. Era un plato combinado de "Bife" (filete, solomillo de ternera o cerdo) en salsa, huevo y patatas fritas en plan "Cuéntame", de los de toda la vida vamos. Y la carne es de calidad, que conste, pero el plato ya está inventado. Claro, luego entiendes por qué esto es una referencia gastronómica en la isla. No han probado vaca, ternera gallega/castellana o productos ibéricos del cerdo español y creen que lo suyo es gloria. "Va a ser que no". Un par de postres de tarta "empachosos" remataron la cena. Hay que decir que este caso la relación calidad-precio es buena y más que correcta. La oferta no es una maravilla, la cocina tampoco, pero es de agradecer que el riñón no te moleste al salir, más allá de la desazón que provoca la relación de lo que esperas al llegar frente a lo que encuentras al salir. No comprendo las loas, vítores y parabienes que reciben éste y otros restaurantes de la isla.
PD: Por lo que más quieran, por su salud, por su estómago, su cavidad orofaríngea, por volver a disfrutar de sus seres queridos, no pidan el vino de la casa. Te los sirven en una copa chata, baja y profunda con una cantidad desmesurada (sin conocimiento) de un caldo caliente, un brebaje que pasaría por un "digestivo" tipo Grappa, un mejunje producto de vaya usted a saber qué extraña combinación de "algo" cuyo sabor no alcanzas a delimitar. Una copa de esto se lo das a un cura católico para que dé una misa y se pasa al Islam. Dios qué cosa más mala. No jueguen con su salud y piensen que han de volver a España. Se lo ruego: si se la quieren jugar compren un cupón. Como reza en los anuncios de la DGT, pero aplicado a este caso: "Por su seguridad, no beba vino"....
Read moreI heard about this restaurant from a friend. I circled the block a number of times and when I finally was able to find it, I spent another 10 minutes trying to find a parking spot. Got in the door around 730 or so and I couldn't tell if it was just a pick up counter or not so I asked the man behind the counter. He was speaking to another man in a reflective vest. I asked if this was the entrance to the restaurant and he said yes. So I said can I just walk in and he said, no you can't we are full. I said I tried to make reservations online but I didn't think you took them. He told me no, only by phone. No website, no mention of how to reserve. I was made to feel pretty small for the first time on my first trip to the Azores. He never said would you like to try us tomorrow or something. Just straight face and when I turned to leave he said arrogantly bye. I own several restaurants and my success is to never make the customer feel like you don't want his business. Good luck sir and i am glad you don't feel the need to please your customers. Business must...
Read moreFood not great but OK at least for the beef. Service is terrible. I never felt so unwelcome in a restaurant. From the start, staff made clear that we had to leave at a certain time and made us feel like barely tolerated strangers. Accordingly, service was rushed. We were seated at the first table next to the kitchen and were granted the hammering of the beef. Of course, the steak was tender but of peculiar texture due to the « preparation » it had received. Tuna had an extremely strong taste, almost unpleasant. We never received the ordered salad, which was nevertheless counted twice in our bill. To top everything, the noise is deafening and to hold a conversation is almost impossible. If the owner doesn’t like tourists, he’d rather decline their reservations. Out of the 12 restaurants that we visited since in the Azores, this one is definitely the worst and doesn’t...
Read more