Ya habíamos ido antes al restaurante Martina, también del grupo Candela de La Roda. Jimena está ubicado en la muy céntrica calle Mayor, en el local que durante muchos años albergó al Zana kebab.
Se trata de un local largo y algo estrecho, con barra y comedor en dos alturas. Fuimos recibidos muy cordialmente, prólogo del excelente servicio que disfrutaríamos toda la noche. La decoración es agradable, con alguna «mentira» heredada de ser un local bastante antiguo, pero en absoluto tan notable como para que sea evidente en quien no las busque. Los aseos estaban en un estado un poco por debajo de lo que esperaba, aunque pudo ser algo circunstancial.
La carta de vinos es amplia y variada, pero fuimos directamente a por cervezas. Pedimos croquetas de jamón y de setas con gambas, huevos revueltos con bogavante, panceta ibérica y salsa de menta y, para rematar, un cachopo. Mientras esperábamos la comida, nos sirvieron un aperitivo de macarrones fritos con lactonesa de pimentón que nos encantó. Las croquetas tenían un sabor suave y textura consistente. Los huevos no me convencieron: todos los ingredientes eran de calidad, pero no me gustó la combinación ni percibí la salsa de menta. El cachopo sí fue una sorpresa agradable: no suelo pedirlos, porque sueles exponerte a tener que comer un filete como la suela de un zapato o a una ruina aceitosa. Este estaba tierno, con un interior rosita y jugoso, con su pimiento y un rebozado sin apenas aceite, crujiente y que ganaba el plato por completo. Eché en falta el queso cabrales, por ser lo esperado en un cachopo, pero el manchego que emplearon redondeaba de forma magnífica el plato. Un plato sencillo, pero que pocas veces lo he comido tan bien ejecutado.
Para el postre me decanté por la milhojas de nata con salsa de chocolate caliente. El hojaldre me gusta crujiente y este, aunque fresco, estaba un poco blando (más todavía con la salsa por encima) y, aunque la combinación hojaldre, nata y chocolate nunca falla, en otra visita probaría otro postre. Mi amigo pidió un brownie deconstruido, o más bien cortado en taquitos, que era solvente, si bien al igual que la milhoja tal vez le faltaba «un poco más» para ser de sobresaliente.
Con los dos carajillos quemados, perfectamente elaborados, nos sirvieron unos Lorencitos de cortesía, de chocolate blanco con un hojaldre muy crujiente (¡así esperaba la milhoja!).
Nos vieron cómodos (somos de buen sentar) y nos ofrecieron la carta de cócteles, así que fuimos a por un Moscow mule y un whisky sour. El mule me pareció bastante bueno, servido por supuesto en la jarra de cobre y, en cuanto al sour, agradablemente ácido pero algo aguado: tal vez habían omitido la clara de huevo o tal vez salió así en esa ocasión.
Para terminar, recalco otra vez lo estupendo del servicio. Apenas tuvimos que sufrir una copa vacía, ni espera entre platos y el trato fue exquisito en todo momento, de primer nivel. Hubo música pinchada en vivo durante la cena, alta, pero no tanto como para impedir la conversación y creando ánimo para salir luego de la cena a dar una vuelta.
En conclusión, una experiencia de cena muy placentera. Volveré seguro, a probar otros platos, pero espero que sea lo...
Read moreA stylish place with a lot of potential. We had dinner in the back of the restaurant where they apparently charge 3.50 euros just to sit there. This came as an unannounced surprise on the bill. The staff is friendly but a bit disorganized. We ordered a sparkling water that never arrived. My mojito was made in their own style which is something I wasn’t expecting. When ordering just a mojito I’d expect a classic mojito to be served unless otherwise advertised. The food was good, well prepared and well served with garnish. The DJ was liking his work a bit too much and got too excited with the volume button from time to time which interrupted our conversation. A decent playlist would have sufficed in a...
Read moreHemos ido a cenar mi pareja y yo de san Valentín, todo muy rico la comida y el trato del camarero pequeñito y rubiete (espero no ofender, es para destacar quien nos atendió, en la zona de arriba) súper majo y atento, la noche transcurrió muy bien hasta el momento en el que estábamos terminando ya, eran las 00:10, no sabíamos a qué hora cerraban porque no nos lo habían comunicado, todavía había comensales dentro, como 3 mesas terminando como nosotros, bueno al no ver al camarero que nos atendía, le pedimos a uno que se acercó a la mesa una copa rápida, no queríamos quedarnos ahí, no bebernos más que una copa, se lo pedimos al camarero, y procede a ir a ponernos la copa(o eso pensábamos) hasta que vemos a otro subir derecho a la mesa y decir no que no que cierran a las 00:00 de una maneras en la que nos dio a entender que nos teníamos que ir, eran las 00:10 y a la mesa de al lado de 6 personas le ponen unos chupitos al rato de decírnoslo, nos quedamos con una cara, no nos queda más remedio que pedir la cuenta, se lo pedimos y él se va, luego vuelve y me echa una mirada desafiante, súper incómoda nunca me habían tratado así en un sitio, después de habernos gastado 173€ dos personas, que menos que nos pongan una copa que nos lo bebemos en 5 min, la gente de alrededor seguían sentadas en sus mesas, bueno pasan 20 min y hasta que no sé lo pedimos a nuestro camarero, no nos lo trajo, el mientras fue a hablar por teléfono, y se lo hicimos saber; no son formas de tratar a unos clientes, entendemos que la hosteleria cansa y se querían ir a sus casas pero que nos lo digan a nosotros así, y a los demás NO. me parece NEFASTO, y menos en un sitio en el que se paga bien lo que se come y se bebe, ni un mínimo detalle, por cierto el chico era uno con los pendientes de aro, y el pelo rizado, con la cara que tenía ya se sabía de qué palo iba, no soy de escribir reseñas, pero este chico se lo ha ganado a pulso, espero que seas algún enchufado y te puedas dar el lujo de tratar así a los clientes,...
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