Restaurante Horno de la Cruz — Restaurant in Albacete

En primer lugar, para entender mejor el contexto, fuimos un grupo de 7 personas, justo el día previo (sábado) a que diera comienzo la Feria de Albacete.

Contando con eso y con posibles contratiempos por las fechas que eran, la verdad que nuestra experiencia en el local pudo ser muy mejorable, siendo bastante benévolo.

De primeras, llamamos para reservar con bastante antelación y consultamos por la disponibilidad de arroces por mesa y nos dijeron que se podían pedir varios tipos de arroz por mesa siempre y cuando fueran para, al menos, dos comensales. Con esas instrucciones, pedimos dos tipos de arroz al llegar y el camarero nos dijo que no, que solo un tipo por mesa porque la cocina estaba muy saturada. Para colmo, el arroz caldoso de pollo de corral no podía estar más insípido. No estaba malo, pero era un alimento sin más, nada disfrutable. Para llenar el estómago y punto.

Previamente, como entrantes solicitamos, entre otras cosas, una ración de chipirones y otra de calamares a la andaluza. La anotaron sin problema, pero nos trajeron las dos raciones de lo mismo.

En cuanto a la calidad de la comida, muy muy muy normal tirando a mal. Las croquetas de jabugo, un mazacote de harina sin más. El arroz, lo anteriormente comentado y, para terminar, la joya de la corona: la tarta de queso. El señor que nos atendió nos dio una lista de postres entre los que estaba esta tarta de queso, de la que dijo que era "casera" y que había de "hoy". No pudo ser peor, la pedimos por ver si eso mejora el chasco anterior y le puso la guinda a nuestra decepción. Ni era de hoy, ni parecía casera. Lo que seguro es que estaba descongelada, acuosa y sabía a frigorífico. Asqueroso.

Lo único que estuvo rico fueron las papas arrugas con mojo picón, el queso frito y el manda huevos. Del pan por el que nos cobraron 7 euros no puedo hablar porque por la mesa no apareció.

Unos amigos habían comido allí hará como unos dos/tres años y por eso fuimos. Un error que no...

Reservamos mesa (en el tren), de las 14,15h a las 14,30h y cuando llegamos (a las 14,30h) estaban todas ocupadas. Nos ofrecieron sentarnos en una mesa que hay en la entrada, les dijimos que no, por el frío que se pasa ahí y porque habíamos reservado en el "tren" (zona frente a la barra).

Entonces nos comentaron que teníamos que esperar 5 minutos. A los 40 minutos (15,20h), hartas de esperar y de ver que ninguna de esas mesas se quedaba libre, nos quejamos al dueño (no nos dio ninguna explicación, solución, ni compensación; solo dijo "lo siento" sin mirarnos a la cara) nos fuimos a buscar otro sitio donde comer, sin reserva (en Albacete ya es difícil).

No volveremos. Es una pena porque la comida está muy bien y los camareros son profesionales; pero, el trato y la indiferencia de este sábado hacia nosotras fue deleznable.

(Tienen mi correo y mi teléfono; y como tampoco han hecho uso de ellos.....aquí está la valoración...

Fuimos a comer entre semana un arroz meloso con bogavante, poca gente y nada de agobios.

El arroz estaba muy muy salado y del bogavante sólo vimos la cabeza y trozos de cáscara. Por 16 € cada plato me pareció un robo. Nada de presentación, te lo sirven desde una caldereta.

El local y la vajilla anticuada. Los manteles te cubren todas las piernas, así que es imposible que estén desinfectados. Las sillas están cubiertas con unas fundas de tela negras descoloridas. Para rematar el conjunto decorativo le han puesto un zócalo de metacrilato azul en la zona de la pared donde se apoyan las sillas.

Puede que en su momento tuviese chispa y buen hacer, pero ahora no lo recomiendo. Más de 30 € por cabeza por: ensalada mixta, el dichoso arroz, vino y sólo un postre y un café. Si nos hubiésemos tomado dos cafés y dos postres.... pues según postre.... cerca...