Comida muy buena, servicio, muy mejorable. De hecho, no volveremos. Y, a continuación, explico por qué.
Hoy, domingo, teníamos reserva. Acudimos puntual 8 personas a las 14:30. Lo primero que nos encontramos es una cucaracha viva debajo de mesa. La matamos sin hacer escándalo para no alertar a las otras mesas y avisamos al camarero. Entendemos que son cosas que pueden pasar.
Bueno, seguimos. A las 14:45 ya marchamos la comanda, que incluía dos arroces para dos personas cada uno. Nos comentan que puede tardar un poco pero entendemos que es algo razonable (unos 30-40 minutos máximo) y aceptamos.
El primer arroz sale a las 15:50 (más de una hora después) y nos dicen que el segundo vendrá inmediatamente. El segundo arroz sale a las 16:20 (más de una hora y media desde que se ordenó la comanda).
El resultado es que, de los 8, los 2 niños comieron los primeros; un adulto, a mitad; los dos adultos del primer arroz junto a otro adulto, cuando llega el primer arroz y, finalmente, mi pareja y yo, los últimos, a partir de las 16:20, después de llegar a las 14:30. Un desastre si lo que querías era disfrutar de una comida en familia.
En mitad de todo esto hablamos con los camareros para exponerles nuestro malestar.
Llega el momento de pagar y nos incluyen un servicio para 9 personas (las que íbamos a ser inicialmente) en lugar de los 8 que somos. Lo advertimos. Lo corrigen. Pagamos y solicitamos una hoja de reclamaciones por la mala gestión del servicio.
Es entonces cuando sale el dueño, quien nos dice que quiere hablar con nosotros y nos mantiene esperando. Esperamos hasta que volvemos a pedir la hoja. Nos la dan y empezamos a rellenarla. Sale el dueño y empieza a excusarse con una actitud altiva e incluso chulesca.
Nos dice que ellos sirven para que la comida dure "dos horas" y que no puede sacar los dos arroces a la vez porque "había muchas mesas" y porque "es su forma de servir la comida". Le decimos que el problema ha sido que no nos han avisado del tiempo excesivo que iban a tardar y pedimos que mejoren el servicio para que la experiencia de los clientes sea positiva. Pero el dueño insiste, con la misma actitud prepotente, en que el problema es que "nosotros queremos comer de una forma que ellos no trabajan".
En resumidas cuentas, una experiencia nefasta a nivel de gestión de tiempos. Pero lo peor, sin duda, ha sido la actitud casi pandillera, de un dueño/gerente que, en ningún momento, ha asumido la autocrítica. Por el contrario, ha lanzado balones fuera llegando a culparnos por querer comer todos a la vez, como creo que todo el mundo querría. Un mal sabor de boca en un lugar que nos encantaba, en un día señalado que nos hará no volver nunca más y advertiros a todos de la actitud de este tipo...
Read moreEn un mundo ideal, todos los restaurantes nos proporcionarían experiencias memorables por las razones correctas. Desafortunadamente, nuestra visita a este establecimiento fue memorable, pero por las razones equivocadas.
Para empezar, quiero recalcar que la comida, cuando finalmente llegó, era excelente. Los sabores estaban bien balanceados, los arroces estaban buenos, y se notaba la habilidad del chef en cada plato.
Sin embargo, la logística y el sistema de trabajo del restaurante empañaron totalmente la experiencia. Como grupo de comensales, tuvimos que soportar un retraso considerable en el servicio. Dos de nuestros miembros recibieron su comida una hora y media después que el resto de nosotros. Esto creó una atmósfera incómoda y decepcionante. Nada arruina más un ambiente de celebración que ver a dos de tus familiares sentados sin comida durante 60 minutos (tiempo que pasó entre los entrantes y sus platos principales) mientras el resto de la mesa ya ha terminado de comer.
El dueño del restaurante justificó esta falla atribuyéndola a su "sistema de trabajo". Pero me parece que un sistema de trabajo efectivo debería adaptarse a las necesidades de los clientes, y no al revés. Los clientes van a un restaurante esperando un servicio coherente y oportuno, y este restaurante falló en ambos aspectos.
Por si eso no fuera suficiente, nos topamos con otro problema poco después de sentarnos a la mesa: una cucaracha emergió de debajo de la mesa. Aunque logramos matarla discretamente y la reportamos al personal, este incidente solo añadió otra capa de malestar a nuestra experiencia.
Comprendo que incluso los lugares más limpios pueden tener problemas ocasionales de plagas, pero como cliente, no esperas tener que lidiar con ellos durante tu almuerzo. Fue una sorpresa desagradable que añadió más descontento a nuestra visita.
En resumen, aunque la comida estaba buena, la mala organización del servicio y el incidente con la cucaracha nos dejaron un sabor amargo en la boca. Espero sinceramente que este restaurante tome medidas para mejorar su "sistema de trabajo" y su control de plagas, ya que su cocina tiene potencial. Pero, hasta que se produzcan estos cambios, no puedo...
Read moreCuriosamente, llegamos a este restaurante, atraído por un video de Tik Tok. Llegamos a un sitio sin terraza, pero poco importa. Nos llevamos una grata sorpresa, cuando al entrar nos guiaron a un precioso patio interior.
La atención inmejorable, guiándonos por los platos dentro y fuera de carta.
Nuestra elección se dejó llevar por lo que más nos entró por los ojos.
Pedimos unos churros de papa, con alioli y salsa brava. Una tapa abundante y sorprendente, por lo novedoso y sin embargo funciona a la perfección.
De segunda tapa, pedimos unos niguiris fritos crujientes con tartar de salmón, mayo de sirhacha, coronados con caviar rojo. Es una de las tapas fuera de carta, que bajo nuestro punto de vista, deben incluirla fija. Texturas y sabores exiquisitos. Recomendamos pedir dos tapas de esta, ya que una unidad por cabeza te va a saber a poco.
En varias ocasiones he pedido Pan Bao, con diversos rellenos, pero os confieso que el que pedimos de pulled pork, es de lejos el mejor que recuerdo. El pan estaba tan esponjoso que acariciaba el paladar, al igual que el pulled pork, que era suave como un algodón. Cilantro y lima, te llevan de cerca a pensar que estas delante de unos tacos, cosa qué se agradece.
Seguimos con un tartar de atún, que si bien estaba muy rico, me pareció la tapa mas escasa, aunque comprensible por el producto que te ponen delante.
Coronamos con un postre. Unos donuts braseados, con helado de caramelo salado y unos topoings de huesitos, mini nubes y nata. El punto dulce que nos pedía el cuerpo. Todo correcto.
En general, un sitio muy a tener en cuenta en la escena gastronómica Alcalareña. Algo distinto, donde sorprenderte y disfrutar mucho.
En relación calidad-precio, me parece más que correcto.
4 cervezas, 2 copas de vino blanco, tapa de churros, 2 de niguiri, 2 de pan bao, tartar de atún y donuts braseados, por unos 70€.
Buen producto, bonito ambiente, trato excelente, que hay que poner en...
Read more