Típica comida manchega muy rica la verdad pero no puedo darle más de dos estrellas por como se desarrolló nuestra visita. Llegamos sin reserva sobre la 13:30 h., el personal estaba comiendo, preguntamos y nos dijeron que en el patio, muy bonito por cierto, estaba todo reservado, que tenían mesas de dos que le venía muy mal juntar, que podíamos comer en una mesa al lado de la barra, les dijimos que bien y que sin problema terminaran de comer. Dos cartas, la del salón y la de la barra, para las niñas le pido dos pepitos de ternera, no hay...luego un sándwich mixto, tampoco hay, nos dice que tiene que cambiar la carta por que ha quitado cosas que no salen, pero nos da alternativa para las peques, vale, ok. Nosotros pedimos gachas, pisto y entrecot, todo muy bueno. Comemos, con tranquilidad y llega la hora de marcharnos, a esas alturas se les ve agobiados por la cantidad de gente, me levanto para pedir la cuenta al camarero, nos la trae, pagamos y nos vamos levantando para irnos...entonces empiezo a oír gritos de la dueña, en la misma barra preguntando a la camarera y luego al camarero, "los de la mesa de fuera..¿han pagado???".."¿que si han pagado los de fuera???", les miro al mismo tiempo que nos mira a nosotros toda la gente que había en la barra. Daba la impresión de que quisiéramos marcharnos por la cara...un momento bochornoso sin mas motivo que su su agobio y sus malas formas, y ni una disculpa cuando les miré, la dueña simplemente apartó la mirada y siguió a lo suyo. Comimos muy bien, todo rico, pero la sensación final que nos quedó fue muy desagradable. No volveremos.