Vandelvira Restaurante — Restaurant in Baeza

Mi reciente visita a Vandelvira resultó, por desgracia, una experiencia muy por debajo de las expectativas que acompañan a un restaurante galardonado con una estrella Michelin.

A pesar de haber realizado una reserva confirmada con antelación, al llegar al establecimiento se nos informó de que, según su sistema, la reserva aparecía como cancelada. Este tipo de incidentes puede comprenderse en un restaurante de gran afluencia, pero lo que resulta difícil de aceptar es la falta de rigor y profesionalidad en la gestión de un proceso tan esencial. En este nivel gastronómico, donde se exige al comensal planificar su visita con semanas o incluso meses de antelación, se espera que el restaurante cuente con sistemas de reservas y atención al cliente IMPECABLES.

Tras aclarar la situación, el personal accedió a reubicarnos, pero lamentablemente la experiencia no mejoró. La mesa asignada se encontraba en una zona de paso y trabajo del personal, lo que derivó en un ambiente ruidoso y poco relajado, impropio de un entorno que debería invitar a disfrutar de la propuesta gastronómica. En varias ocasiones tuvimos que solicitar agua, incluso cubiertos, que no estaban dispuestos cuando llegaron algunos de los platos. Errores normalmente inaceptables en restaurantes con estrella Michelin.

Lo más decepcionante fue la ausencia de cualquier gesto por parte del equipo, especialmente teniendo en cuenta que el error inicial no fue nuestro. En un restaurante de esta categoría, el servicio debe ser tan refinado como la cocina, y es precisamente esa coherencia entre ambos lo que define una verdadera experiencia Michelin.

En definitiva, Vandelvira ofrece una cocina interesante, pero un servicio que no está a la altura de su reconocimiento. Un recordatorio de que la excelencia gastronómica no se mide solo por el plato, sino por la experiencia completa que se brinda...

Abbiamo scoperto quasi per caso Vandelvira, ma senza dubbio torneremo a visitare questa perla della gastronomia andalusa, la cui proposta culinaria é stata premiata giusto quest'anno con una stella michelin. La nostra personale esperienza é stata superlativa, grazie anche alla fortuna di aver trovato posto alla "barra", con la possibilità di dialogare con lo chef Juan Carlos e il Jefe de cocina Jorge, sempre disponibili nel raccontarci ogni portata.

La proposta gastronomica é di altissima qualità e mostra una profonda conoscenza delle materie prime (soprattutto locali): il menù è un crescendo di sapori e ogni portata invita alla scoperta della successiva. Apprezzatissima la composizione dei piatti, con reminiscenze della cucina asiatica, a volte apertamente dichiarate, altre volte più implicite.

Il servizio é impeccabile, con una cura e un'attenzione per i dettagli: dal benvenuto nella corte del convento, fino ai panni caldi per pulire le mani prima di iniziare la degustazione del menù. Nota di merito a Laura e a tutto el equipo di sala per la cortesia e il servizio eccezionale.

Consigliatissimo anche l'accompagnamento di vini per addentrarsi ancora più in profondità nella scoperta della proposta gastronomica!

Spoiler: il pan con aceite é pericolosissimo, dà assuefazione. Andateci piano!

Torneremo presto a trovarvi! Complimenti a tutta la...

Valdenvira es 1* Michelin de manual y, aunque aún no la tiene, estoy casi seguro que en nuestra próxima visita (porque la habrá), dispondrá ya de dicha distinción.

El entorno es impresionante, ubicado en un espectacular convento del S. XVI. A la llegada, te reciben en medio de un “patio” central con una copa de manzanilla, que es el preludio de una experiencia gastronómica genial.

Un menú bastante denso (impactado me quedo con algunos comentarios sobre la supuestamente escasa cantidad de comida) que empieza con unos aperitivos menos “intensos”, pero que dan paso a un menú sencillo pero complejo a la vez, con un muy buen producto y sabores equilibrados. Me resulta incluso complicado quedarme con algunos pases, porque hay mil: el pañuelo de calamar, la acelga, el mole, el eclair de perdiz, el boquerón (plato que está en “pruebas” y que es formidable), la corvina (locura fuera de carta), el flan de avellanas y shitake, el canelé… Casi todo el menú es maravilloso, incluyendo un pan con un aceite para chuparse los dedos.

Mención especial también para un servicio extraordinario y unos vinos con los que mi pareja salió encantada. Esta fue mi única pena de toda la comida, no poder beber vino por tener que conducir.

Recomendadísimo.

Nos vemos en 2024, esta vez con...