Bar Ri Sarrià — Restaurant in Barcelona

Celebré mi cumpleaños en este restaurante con una reserva para 15 personas. Lamentablemente, la experiencia no estuvo a la altura de lo esperado. Al llegar, vimos que la mesa preparada era solo para 12, y tuvimos que buscar nosotras mismas más sillas. Además, nadie se acercó a atendernos ni a ofrecernos la carta, así que también tuvimos que buscarlas por nuestra cuenta.

Mientras tanto, una mesa al lado con también 15 personas (que llegó después que nosotras) fue atendida con rapidez: les tomaron nota, les trajeron bebidas, entrantes y platos principales sin problema. A nosotras nos informaron que nuestra comida tardaría más porque esa mesa "había pedido antes" —algo lógico si a ellas las atendieron enseguida y a nosotras no.

Pasaron 40 minutos y ni siquiera habían llegado las bravas que nos insistieron en pedir para “ir picando”. Mientras tanto, la mesa de al lado —que había llegado después— ya estaba con los postres sobre la mesa, tras haber recibido sin demoras sus bebidas, entrantes y principales. Nosotras, en cambio, seguíamos sin absolutamente nada. Finalmente, tras una hora, llegaron nuestros platos… menos dos, que ni siquiera habían sido enviados a cocina. Cuando reclamé, la respuesta fue “bueno, solo faltaban dos platos”, como si no fuera grave.

Agradezco el gesto de ofrecernos esos dos platos y un tiramisú por mi cumpleaños, y reconozco que los camareros fueron amables dentro de lo posible. Pero como persona que también ha trabajado en hostelería, considero que un restaurante debe estar preparado para gestionar reservas grandes y mantener un criterio de servicio justo. La diferencia en el trato fue evidente, y honestamente, da la impresión de que se debió a que éramos un grupo de chicas jóvenes, mientras que la otra mesa era una familia. Al final, pagamos lo mismo.

Si hubiéramos recibido el mismo trato, habríamos consumido más. Pero con esa experiencia, muchas decidimos no pedir nada más. Una lástima, porque el sitio tiene potencial, pero no volveré.

Un abrazo al equipo de sala, pero espero sinceramente que quién tomó esta decisión revise estos aspectos, por que pierden una clienta, y no recomendaré este...

Una experiencia horrible. Fuimos con grupo de más de 20 personas. Reserva hecha con mucha antelación para menu del grupo a 35 eur. El día antes les comunicamos los platos principales que han escogido cada uno del grupo. Al llegar nos informaron que había un cambio en el menu de los entrantes y que cambian uno de ellos por otra cosa... La cantidad de entrantes era minúscula (1 croqueta, 1 loncha de berejena, 1 cucharrita de ensaldailla un poco de pan con tomate y patatas bravas por persona...!!!!) Llegando el plato principal (entre ellos un entrecot) no han preguntado a nadie como quiere la carne hecha. Cuando llegó la carne resultó que era pasada de coción y mala (de sabor mal y pareció mal / descongelada....de verdad nadie podría comersela) se lo comentamos al camarero, lo comprobaron y nos han dado una excusa (se ha mezclado lo de pescado con lo de la carne...??)y han propuesto albóndigas para remplazar al entrecot... Pasado estas incidencias nos han servido el postre - Tiramisu- A COMPARTIR - han servido un tiramisu por dos personas!!! estaba halucinando! Un tiramisu (eso sí muy bueno) pero servido en un plato sin ninguna decoración y pues a compartir con otra persona!!! En una cena de negocios! Fuimos a quejarnos otra vez (con el manager quien a ningún momento ha venido disculpar por cualquier cosa) finalmente como un gesto para disculpase nos han propuesto una bebida gratuita a cada uno (sabiendo que los cafes/infusiones etc entraban ya en el precio del menu...) El pobre camarero estaba muy amable y ha intentado salvar la situación pero fue una experiencia muy mala y mal gestionada desde el punto del management y cocina. No...

Probamos este restaurante de forma espontánea para celebrar el día de la madre en familia. Nos atrajo la terraza soleada en plaza tranquila con grandes sombrillas y guirnaldas luminosas. La carta también nos resultó atractiva. No obstante, la experiencia no ha sido la deseada. Nos sentamos en una mesa totalmente desgastada y coja, cubierta con unos manteles de cuero también deshilachados. La sombrilla también tiene un roto enorme y los camareros llevaban sus uniformes blancos muy sucios. En cuanto al servicio, lento, pero eso para nosotros no fue problema porque no teníamos prisa y queríamos disfrutar el día. Lo malo fue que no entendíamos a nuestro camarero, y trajo el doble de varias de las tapas: comimos de tapeo, y cada vez que era una tapa en masculino, le decíamos ‚los saquitos de brie‘, y él entendía ‚dos saquitos de brie‘. Sobró bastante comida por eso y porque los chipirones no nos gustaron nada. Le dijimos que no habíamos pedido dos raciones de tapas, y nos contestó que a él le constaba así y que así se lo había anotado. Así que pagamos por comida que no habíamos pedido y que en parte, dejamos. Creo de verdad que el sitio podría ser estupendo si se prestara atención a algunos detalles (uniformes limpios, mobiliario en buen estado de conservación etc), y si mejorase la calidad de algunos platos (de lo que nosotros pedimos, los chipirones nos los dejamos prácticamente enteros, y los nachos caseros tampoco nos gustaron (sus salsas sí). Una lástima que se descuiden ciertos aspectos que creo que no son muy costosos, y que conseguirían que el restaurante fuera mucho...