Hoy hemos ido mi pareja y yo por casualidad a probar La Brasa de Pirineicas en su día de inauguración… ¡y qué gran acierto! Como fiel amante de la cocina catalana y seguidora de los restaurantes del dueño de Pirineicas, sabía que no me iban a defraudar… pero esta vez han superado todas las expectativas.
Para empezar, pedimos unas croquetas de fricandó y otras de pollo rustido a la catalana que fueron simplemente sublimes: crujientes por fuera, cremosas por dentro y con un sabor intenso y auténtico. Las acompañamos con el clásico pan de coca con tomate, aceite y ajo (que nunca falla) y unas brochetas de pincho moruno con patatas al caliu —quizás el único plato con el que teníamos las expectativas más altas, pero aun así muy sabroso.
Como principales, optamos por una hamburguesa al plato con patata al caliu, con una carne jugosa y con un sabor espectacular, y un solomillo que literalmente se deshacía como mantequilla. Lo acompañamos con salsa a la pimienta, que elevaba el conjunto a otro nivel. Y para rematar la velada, una tarta de queso de textura cremosa, sabor equilibrado y final suave que fue la guinda perfecta de la cena.
Las fotos hablan por sí solas: producto de calidad, cocinado al punto perfecto y presentado con sencillez y cariño.
El local es bonito, acogedor y bien ubicado, con ese encanto que caracteriza a todos los espacios del grupo. Se nota el mimo en cada detalle y el amor por la cocina catalana bien hecha.
Mención especial merece Gisela, la chica que nos atendió, cuya atención fue impecable: cercana, amable, profesional y siempre pendiente de cada detalle. El servicio fue sorprendentemente rápido y eficiente: pedías algo y en cuestión de minutos lo tenías en la mesa, lo primero incluso llegó incluso mientras terminabamos el pedido, algo que muy pocos restaurantes consiguen.
En definitiva, La Brasa de Pirineicas ha llegado para quedarse. Calidad, sabor, ambiente, servicio… todo redondo. Sin duda volveremos, y lo recomendaré a todo el mundo. ¡Enhorabuena al equipo por este nuevo proyecto que apunta...
Read moreA Barcelona friend recommended La Fonda, but we ended up at their brand-new spin-off, La Braza de Pirenaicas, and it was a great surprise. The service was warm and attentive — our server calmly explained each dish suggesting the best options.
The food felt homely and authentic. We tried macarrones, pan de coca con tomate, librettos, butifarra with romesco sauce, and judías ganxet DOP. To finish, we had a dessert of cheese with honey and nuts on top — simple and delicious.
A relaxed spot with genuine local flavours and...
Read moreVam sopar a "La brasa de pirenaicas" Només puc dir que estava tot sorprenentment boníssim. I dic sorprenentment perquè tan la carxofa com la botifarra al forn Jasper estaven espectaculars. Ens van atendre amb català i el personal és de 10. No pots reservar però quan arribes l'encarregada (per cert, molt trempada i eficient) t'apunta en una llibreta i et van cridant per ordre. Nosaltres al ser només dos va ser ràpid. El lloc és petit però ben aprofitat. Taules rodones petites. Si busques intimitat no és el millor lloc però si busques menjar bé i en un bon ambient no ho dubtis. Sopar per dos compartint 4 plats boníssims, una cervesa i una copa de vi uns 50€...
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