La Cocina de Melkart | Restaurante en La Barrosa — Restaurant in Chiclana de la Frontera

Guiados por las buenas valoraciones, acudimos con expectativas altas, pero lamentablemente la visita resultó un desencanto.

Servicio y ambiente

Al reservar por teléfono, en ningún momento se nos indicó que la mesa sería en terraza. Al llegar, vimos mesas libres en el interior, pero no nos permitieron ocuparlas, alegando que estaban reservadas. Lo cierto es que una de ellas permaneció vacía durante toda la comida. En la terraza, además, los mosquitos hicieron que la experiencia fuera poco agradable.

La propuesta gastronómica • Wok de presa: lo que debería ser un salteado terminó siendo más una sopa de verduras con apenas tres pequeños trozos de cerdo. Desconcertante. • Brioche de cerdo: pan reseco y carne escasa de salsa, sin jugosidad ni armonía. • Batalla de croquetas: correctas, sin brillo. La camarera, al preguntar por los sabores, respondió que no lo sabían porque las freían todas juntas. Detalle poco profesional. • Tosta de atún: el atún, de calidad muy justa, con hebras desagradables en algunos bocados. El pan elegido (tipo molde, grueso y blando con semillas) no cumplía el papel de “tosta”, ni aportaba textura ni contraste. • Taco andaluz: relleno sabroso, aunque la tortilla de camarones resultó gomosa y poco hecha, sin el crujiente esperado. • Torrija de brioche: el mejor plato de la velada. Aunque algo seca, la acompañaba una interesante salsa de arroz con leche que elevaba el conjunto.

Conclusión

La carta resulta atractiva a primera vista, con propuestas que llaman la atención, pero la ejecución no está a la altura. Platos mal definidos, técnicas poco cuidadas y combinaciones que no terminan de funcionar. Quizás reducir la oferta y concentrarse en especialidades mejor trabajadas sería un acierto. Por ahora, no repetiría ni lo recomendaría. Una auténtica pena, porque la idea tiene potencial, pero la experiencia quedó muy lejos de...

Sin lugar a duda, unos de los mejores sitios de la zona!! Hemos estado en dos ocasiones, y las dos hemos comido espectacularmente bien.

La batalla de croquetas, como su nombre indica, es una batalla entre cual de todas está más rica…

Las puntillitas fritas con salsa de trufas y huevo, es una mezcla que no puedes dejar de probarla, una salsa de trufa sabrosisima.

El taco andaluz crujiente con camarones, es un taco hecho de tortillita de camarones con un relleno súper sabroso de aguacate, brotes,camarones… riquísimos!!!

Las rocas de atún de almadraba, puede que fuera uno de los platos que más me impactó por su textura y sabor,una explosión de sabor.

El pan bao de atún rojo de almadraba, es para mí el mejor plato que comí en mucho tiempo. Un relleno de atún rojo súper sabroso y explosivo.

Después de todo no pudimos no probar algún postre, nos decidimos por la Torrija de brioche con sopa de arroz y helado de vainilla, si los platos que habíamos probado estaban ricos, este postre, casero 100%, estaba espectacular. Una torrija bañada en sopa de arroz con leche, algo que no había probado nunca y que unido al helado de vainilla, hacen que estw postre sea el colofón perfecto a la experiencia que te sirven en este restaurante.

Si hablamos del personal, un 10 para todos. Super amables y profesionales. No teníamos reserva y nos explicó la situación y nos dijo que si queríamos esperar y valió la pena.

Sin duda que volveré. Muchas...

Desde el instante en que cruzamos la puerta, lamentablemente nos dimos cuenta de que nuestra experiencia iba a ser todo menos especial. Aunque el lugar tenía una decoración con potencial y una historia que parecía prometer una velada memorable, pronto nos dimos cuenta de que lo que brillaba por su ausencia era precisamente lo más importante: el servicio y la calidad.

A lo largo de nuestra visita, nos sentimos como meros fantasmas. A pesar de nuestras educadas solicitudes, el personal nos ignoró repetidamente, prometiéndonos en al menos cuatro ocasiones que atenderían nuestras necesidades, pero nunca cumplieron. Llegamos al punto de tener que hacer casi una ola para que nos prestaran la mínima atención, un gesto desesperado que reflejó la falta total de profesionalismo y consideración por parte del equipo.

La comida, aunque comestible, fue simplemente anodina. No hubo platos que despertaran una verdadera emoción, y si algo merece una mención, serían el bao y el croissant, más por la calidad del pan que por cualquier otra cosa. El resto de los platos carecían de la creatividad y el sabor que uno esperaría en un lugar con semejante presentación y ubicación.

Es una verdadera pena que, con una ambientación tan prometedora, el servicio y la comida no estén a la altura. La falta de atención y la mediocridad de la oferta culinaria hacen que este lugar sea fácilmente olvidable. No puedo recomendarlo, y...