Chinini Beach — Restaurant in Chipiona

We were really looking forward to trying this place as we've heard loads of good things. We quickly found a lovely table just inside the main building and were greeted by friendly and helpful staff. One young lady even called her brother over as his English was better than hers. Everything was shaping up for a great lunch. Suddenly a rather terse woman with an iPad in hand came over and insisted we move to a different table at the back of the restaurant. She said the table was booked although there was no sign (4 other tables had reserved signs on them). Now I understand that Spain has issues currently with tourists and that some Brits are less than great when abroad. We ordered a few tapas as we needed to eat, but frankly, we felt like second class citizens. So no. I wouldn't recommend it. No joy. No respect and no. No one sat at the lovely table all the time...

¿Me gusta? Sí. ¿Me encanta? No. ¿Es el mejor chiringuito en el que he estado? Tampoco. Bien, situado entre Chipiona y Rota, el Chinini se ha ganado el respeto de muchos turistas y habitantes de la zona. Su ubicación y su estilo hacen que sea uno de los chiringuitos más apetecibles de la playa de las tres piedras.

No puedo opinar sobre su comida, ya que ni he comido ni cenado allí. Aunque me fío de las opiniones de mi gran amigo José G. Además, está siempre lleno por las noches para cenar, por lo que intuyo que debe estar bien. Suelo acudir al atardecer, justo cuando se va a esconder el sol. Ver la puesta de sol desde el Chinini es todo un espectáculo. La playa luce preciosa y ofrece un paisaje maravilloso.

La situación de este chiringuito es excelente. Tiene una buena bolsa de aparcamiento gratuita. Desde allí se puede acceder al local, aunque recomiendo hacerlo por una escalerita que sube desde la propia playa. Tiene una zona exterior con mesas altas y bajas muy agradables y otra interior de estilo modernito. Su decoración es un punto muy a su favor. Apetece estar allí en ese entorno.

Me gusta pasear por la playa y terminar la tarde en Chinini con un refrescante mojito o una cerveza bien tirada. Tiene una buena carta de cócteles. Por las tardes la música es un poco más tecno, en la cena, chill-out y más tarde, discotequeo. Acompaña sin estorbar. Deliciosa.

El servicio es educado y amable. Lo que no son es muy rápidos. A veces resulta desesperante conseguir que se acerquen a tu mesa a pedir. Suelen atender antes a la gente que ha reservado para comer o cenar, los que van a soltar más pasta, vaya. Es, sin duda, su punto más débil. Nada que no se pueda mejorar, claro.

En cuanto al precio, bien. Bueno, normal. Lo típico de estos chiringuitos. Unos 6 euros los cócteles y 2'5 los tercios de cerveza.

Una opción muy interesante para disfrutar de una de las playas donde mejor se combate al Levante. Eso sí, mira si la marea está subiendo antes de ir, puede que te...

Hemos sido fieles clientes de este sitio desde sus inicios y nunca nos habia decepcionado. Dicho esto, voy a pasar a enumerar algunas cosas que nos desagradaron la pasada noche. De todas formas, considero y supongo, que siendo un sitio con tan buen nombre, podrán subsanar estas cosas y que no sean un símbolo de un decaimiento propio de los restaurantes de la zona dado a su masificacion y alta demanda.

Como buen comensal, uno sabe que la buena comida se riega siempre con un caldo adecuado. Estábamos cansados de beber vino blanco los días anteriores y decidimos pedir una comida adecuada para poder cambiar a un vino tinto. La botella nos la sirvieron ya abierta a la mesa, grave error y para colmo la trajeron directamente de una cámara en donde guardan todos los vinos. El Rioja estaba tan frío que no se notaba sabor alguno. Comprobamos que todavía queda profesionalidad y nos la cambiaron por otra del tiempo (que tristemente estaba demasiado caliente). Arreglaron el problema dándonos un cubo con hielo para así atemperar el tinto un poco. Creo, que un restaurante con tan buena fama se debería permitir una nevera de vinos donde puedan guardarlo a su requerida temperatura (en el caso del tinto entre 12 y 14 grados). Solucionada esta nimiedad continuamos con la cena comprobando que la calidad había bajado en comparación con lo que estábamos acostumbrados. A excepción de las maravillosas croquetas de rabo de toro, lo demás que pedimos resultó 0 sorprendente y la temperatura de algunos platos no era la adecuada.

Espero que esto no se halla convertido en la norma, ya que nos...