Tulum Club&Restaurant — Restaurant in Chipiona

No puedo poner menos estrellas. Fuimos varios compañeros de trabajo a comer y a echar la tarde. La comida bien la verdad, buena atención, nos dejamos casi 300 euros. La sorpresa es que cuando pasamos a la parte donde cantan los grupos nos dicen que si no tenemos reserva no podemos estar, a lo que le decimos que acabamos de dejar una pasta en la comida y que queremos tomar una copa, había bancos de madera donde no ponía nada de reservado, la chica nos dice que no que paguemos 160 euros de una botella o nada, nos negamos y le decimos que no vamos a ponernos en ninguna mesa reservada que solo vamos a sentarnos en ese banco de madera. Finalmente a causa de la calor extrema que había fuimos a darnos un baño y a la vuelta nos niegan el acceso a la parte donde cantan alegando que no podemos entrar en bañador, la explicamos que hemos comido allí, que tenemos la copa en el banco esperando y aún así nos niegan el acceso. Hay que decir que no tienen derecho de admisión, ademas no basta con poner un cartelito en la puerta, que además de eso tiene que venir aprobado por la comunidad autónoma que asegura que ese derecho de admisión no es discriminatorio, y el cartelito tiene que medir 20x30 cm con el visado del ministerio del interior. Las sanciones por incumplimiento de esto van desde 1 euro a los 600.000 euros. Finalmente nos deja pasar como si nos perdonara la vida. No les importa si eres cliente o si no, no les importa la ley, son unos sanguinarios que solo buscan sacar lo máximo y cobrar 160 euros por una botella que vale 20. Nunca más. De vergüenza. Animo a todo el mundo que le pase esto en Tulum pedir la hoja de reclamaciones (están obligados a darla aún sin haber entrado ni consumido en el local) y si no hay que llamar a la policía local e informar que el establecimiento se niega a dar la hoja de reclamaciones. Sin vergüenzas. Si quieres un sitio de calidad, con comida buena, buen ambiente, música en directo, donde se respira libertad y donde os tratan con respeto te recomiendo ir...

Tulum es un chiringuito encantador que te transporta a un paraíso costero. Con su ambiente relajado y su ubicación frente al mar, es el lugar perfecto para disfrutar de una experiencia gastronómica inigualable. La comida en Tulum es simplemente deliciosa, combinando sabores frescos y auténticos con presentaciones creativas. Desde mariscos frescos y ceviches hasta platos tradicionales con un toque moderno, cada bocado es una explosión de sabor.

Pero Tulum no solo se destaca por su exquisita comida, también ofrece una experiencia única con conciertos en directo que animan el ambiente y crean un ambiente festivo y divertido. La música en vivo complementa perfectamente la atmósfera relajada del lugar, haciendo que cada visita sea memorable.

Los camareros de Tulum son amables y atentos, siempre dispuestos a recomendarte los platos más destacados y asegurarse de que tengas una experiencia satisfactoria. Su profesionalidad y amabilidad contribuyen a crear un ambiente acogedor y cálido.

Además, no se puede pasar por alto la presentación de mariscos expuestos en Tulum. Ver la frescura y la variedad de mariscos expuestos es todo un espectáculo visual que despierta el apetito y hace que quieras probarlo todo.

En cuanto al precio, Tulum ofrece una relación calidad-precio equilibrada. Los precios son razonables considerando la calidad de la comida, el servicio y la ubicación frente al mar.

En resumen, Tulum es un chiringuito encantador donde se come y bebe muy bien, con conciertos en directo que le dan un toque especial. Los camareros son amables, el lugar destaca por el marisco expuesto y el precio es razonable. Definitivamente, es un lugar recomendable para disfrutar de una experiencia gastronómica única en un ambiente...

Fuimos un grupo de 8 personas. Cierto es que hizo el día de más calor del verano y este local no está preparado para un día así. Es un sitio al aire libre que depende mucho de que la climatología no sea adversa. La atención de los camareros/as no es buena. Para un grupo de mesas (no sé cuántas) tienen a una persona que es la única que coge comandas y peticiones. Es decir, que hasta que te das cuenta de eso, has llamado a otros camareros sin que te cojan tu petición. Evidentemente, los tiempos de espera no eran rápidos. Además, no sé si motivado por el día de calor y otro motivo (lo cual no es excusa), la simpatía de los camareros/as, dejaba mucho que desear. Con respecto a la comida, el arroz que pedimos estaba pasado. El tartar de salmón estaba simple. Es cierto que las sardinas espetadas estaban buenas. Las croquetas se notaban que no eran hechas al momento. Entendemos que las tienen congeladas. Al finalizar y de postre pedimos una tabla de quesos. Cuál es nuestra sorpresa que nos traen un plato con una boloñesa con provolone en el centro y 9 porciones de queso alrededor. No nos gustó. Nadie nos informó de ello. De hecho no habiamos terminado y querian llevárselo. Tras una cuenta de casi 400€, no tuvieron con nosotros ni el más mínimo detalle. Fue una experiencia que catalogaría de normal. Es posible que fueramos con unas expectativas demasiado altas. Tras la comida, nos quedamos en un reservado con dos botellas contratadas cerca del escenario. El ambiente no nos gustó demasiado. Muchas despedidas de soltero, con lo que ello implica. Experiencia vivida, no para...