Es una pena leer tantas buenas recomendaciones y que nuestra experiencia haya sido tan poco agradable. Cuando llegamos, Maria la camarera, nos había tomado la orden y hasta ese momento bien con ella. Pedimos una ensalada templada de verduras, unos callos y una carne roja de 400grs supuestamente con 45 días de maduración. Todo para compartir. La ensalada llegó primero y yo pedí si podíamos esperar a la carne para acompañar como guarnición. Maria de mala manera me dijo que no, que porque la ensalada era templada. Y sin más asentimos y nos la hemos comido tontamente porque si nosotros queríamos acompañar la carne con las verduras pues debíamos de haber esperado y punto, pero para no liar más, lo dejamos pasar. Después llegaron los callos los cuales tenían buen sazon pero tenían demasiada harina al grado de que a la hora de comerlos dejaban una sensación de pastosidad y no de melosidad como son los callos. Pero así nos lo comimos. Y por último llegó la carne que lo primero que nos ha llamado la atención fue el tamaño pues no llegaba ni a los 200grs, después al primer bocado nos dijimos que sabía mal cómo a pescado y no a una carne con ese sabor intenso que tiene una buena carne madurada. Llamamos a la camarera, una segunda muy maja y atenta ella, que nos hizo favor de decirlo en cocina para ver si podían solucionarlo. El cocinero ha salido y con un mal tono empezó a decir que no era cierto lo que decíamos que la carne estaba bien hecha, y nosotros dijimos que si seguramente pero que la habían cocinado en una plancha donde antes habían hecho pescado porque ciertamente la carne no sabía a carne sino a pescado. Y con muy mala gana nos dijo que entonces no lo cambiaría, yo dije Ok perfecto muchas gracias y él me dijo pero por otro plato y no una carne. Así que comimos lo que él quiso. Después de que nos trajeron un lechal asado, el cocinero nunca más volvió a la mesa a preguntar si estábamos bien, y mucho menos la camarera hasta que la llamamos para pedir un postre, queriamos ver con ese tendríamos éxito pero no tampoco fue así. Ya cuando nos íbamos el cocinero/dueño estaba en la puerta y yo con un buen gesto le he estrechado la mano para darle todavía las gracias pero él hombre se me quedó mirando y después de un largo momento estiro la mano sin quedarle otra. Hasta ese momento seguia sin disculparse y tampoco sin preguntarnos nada sobre el otro plato que nos había enviado. Sinceramente es una pena que no le haya sentado bien nuestra queja acerca de una carne que sabia mal y que tampoco nos estaban regalando. Además de no tener ninguna atención hacia nosotros para saber si estábamos bien o no con el otro plato. Nada, de nada. Todo ha sido de muy mal gusto. Como lo dije al principio, es una verdadera pena porque ibamos con bastantes buenas expectativas. En fin, por mi parte NO recomiendo el sitio, ni el servicio,...
Read moreMuy buen sitio donde sirven una comida espectacular. Llegamos ayer a la aventura, y tras echar un vistazo a varias opciones nos decantamos por este lugar. Este lugar, a priori no destacaba sobre el resto por su apariencia, ubicación o extensión de la carta (que nos pareció un tanto escueta). También tenían alguna que otra cosa fuera de carta, aunque finalmente no pedimos nada de esto.
Tomamos antes de nada unas cervezas, y de aperitivo nos pusieron un tomate natural partido al centro. Yo nunca como tomate con este tipo de presentación, pero ayer hice una excepción y estaba realmente bueno, el sabor era delicioso. Pedimos tres platos, todos ellos para compartir y tuvieron el detalle de servirnos lo todo dividiendo en dos, con las molestias adicionales que conlleva, sin ningún tipo de reparo. El primer plato fueron unos guisantes con papada de céreo y vichyssoise de trufa. Este plato fue espectacular. Los mejores guisantes que he tomado nunca. Tenían un color verde muy vivo, se veía de lejos que la materia prima era de excelente calidad. La carne, se deshacía solo con rozarla, y el toque de trufa, pese a no ser muy intenso, era el idóneo. Con diferencia, sin desmerecer al resto, el mejor plato que comimos (y pensamos que serían unos “simples guisantes”). Seguimos con un arroz meloso con pollo y verduras, que estaba realmente bueno. Mi acompañante es reacia a comer verdura y nunca había comido alcachofas, y salió encantada.
Después, nos llegó la carne en un plato de barro muy caliente en el que se terminaba de hacer al gusto. Vino acompañado de una serie de añadidos; patatas, cebolla, coliflor, zanahoria, y una especie de ajetes. Todo ello estaba muy muy bueno. La coliflor me sorprendió para bios, venía tostada y no tenía nada que ver a como la como habitualmente, la carne estaba jugosa, tierna, y la cantidad era correcta, teniendo en cuenta que compartimos entre dos.
Finalizamos con el postre, que decidimos pedir dos tartas de queso. La cantidad era bastante generosa (aun así pedimos dos), con una presentación muy buena, en la que se podía apreciar que el postre era casero. Venía adornado con una gran frambuesa con un sabor exquisito, y una mermelada de arándanos que estaba al mismo nivel. Mi acompañante tampoco suele tomarlo, y ayer no dejó nada en el plato.
La tarta estaba muy muy rica. En general, estaba todo de diez. El trato fue muy profesional por parte del servicio. Al rato de llegar nosotros empezó a acudir gente, por lo que igual es con el ente reservar (nosotros esta vez fuimos bastante pronto, y no tuvimos problema).
El precio, puede parecer un tanto caro, pero, hay que tener en cuenta que estábamos en terraza, la cantidad de los platos no estaba mal, y la calidad de todo lo que comimos, era excepcional. Todo estaba genial, por lo que no me queda más que...
Read moreLa acústica de la sala resultó especialmente desagradable. Además , estaba sobrecargada. Nos hicieron esperar media hora porque los anteriores clientes no se habían levantado y eso que teníamos reserva. También entraron antes diferentes personas que ni siquiera habían reservado. De hecho, habíamos reservado con varios días de antelación la mesa para las 15h y nos dijeron que podíamos llegar antes. Pero habían doblado turnos, claro, y empezamos a comer casi a las 16h. Como había tan poco espacio entre las mesas, no nos dejaban tener cerca la cubitera con el vino. Conclusión: nos tuvimos que tomar las coquinas con el vino blanco sin enfriar y, si te terminabas la copa, llamar a la camarera para que te trajera tu botella. La comida estaba bien elaborada, comí carrillera como principal. La tarta de queso con pistacho, muy recomendable. Los camareros hicieron lo que pudieron ante la sobrecarga de trabajo impuesta por doblar turnos y por sacar espacios para las mesas donde no se debería. Un lugar que podría ser estupendo, se convirtió en una experiencia desagradable por la...
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