Restaurant Andra Mari — Restaurant in el Campello

Absolutely the worst meal I’ve ever had. Weirdly indifferent service from the waiter, who seemed not to care in the slightest about his job or our experience. The room we were seated in was boiling hot, and silent. When a couple of other tables cams in it was very close and awkward. The menu was accessed via a laminated QR code on the table; it’s a jumbled mess of different menus, it seems compulsory to choose a set menu, several of which apparently need to be ordered in advance.

We chose the tasting menu as we reasoned this would have the dishes on it that the kitchen were proudest to cook. We were gravely mistaken. Weird greasy plate after weird greasy plate arrived. These were removed having been tried and abandoned by us; the disinterested waiter seemed unsurprised.

I’ve no idea what we ate, the stuff that appeared didn’t seem to match the menu we’d chosen. There were deep fried brown spring roll looking things with grey gunge, a greasy tuna salad, some raw mincy floury pork things, steak and chips drowned in beige sauce, the saltiest cod I’ve ever tasted (no it wasn’t bacalao, it was fresh), and finally a bizarre rubbery desert with balls of kiwi doused in cinnamon and ringed with golden syrup.

Not even worth it for a funny story, just pop into Lidl on the way and get some nice...

Andra Mari, ¡aquí no hay tatakis!

Después de muchísimo tiempo y sin ninguna razón para justificarlo, volvimos a visitar el restaurante Andra Mari en El Campello, un restaurante de toda la vida, donde comimos estupendamente bien.

Pagamos 💶 El coste de esta comida fue de 53€ por persona todo incluido y de 38€ por persona sin incluir las bebidas (vino, agua, cafés, cervezas, refrescos, copas…).

Comimos 🍴 Aperitivo: almendra 🍴 Lengua estofada 🍴 Manitas con boletus 🍴 Kokochas pilpil 🍴 Bacalao Club Raniero 🍴 Paixaneta 🍷 Marqués de Riscal reserva

Apuntes 🗨 Restaurante de cocina vasca en El Campello con un bagaje a sus espaldas importante, no sé cuando abrió, pero fue de los primeros restaurantes que visité cuando vine a vivir aquí y de eso hace 25 años. 🗨 Cocina que se mantiene fiel a sus origines y donde encuentras platos que no encuentras en casi ningún sitio: lengua estofada, manitas con boletus, bacalao club ranero. Asi que cuando vamos aprovechamos para pedir esas cosas que no solemos comer…. 🗨 Bodega muy tradicional pero de precio controlado. Pedimos un Marques de Murrieta reserva por 27€ realmente excelente, Rioja sigue demostrando que sabe hacer grandes vinos. 🗨 Nos gustaron todos los platos, ninguno nos flipó, pero en un restaurante así nada debe fliparte, tiene que traerte a la cabeza y a la memoria los platos de la juventud, los que hacia tu madre si tenias esa suerte… y lo hace. Si hay un plato que volvería a pedir con los ojos cerrados sería la lengua, ya se que en estos tiempos tan “finos” eso no se lleva… 🗨 Buen servicio, buen comedor y Joseba tan amable...

Hace unos días estuvimos en este Restaurante después de leer las numerosas reseñas q tenía. Íbamos a celebrar un cumpleaños y queríamos un sitio donde poder disfrutar ya q nos gusta el buen comer. Nada más llegar ya nos llevamos el primer disgusto no habian cocoxas y era lo q ibamos a pedir. Pero bueno nos explicaron q no llegaron ese día. Pedimos las almejas de carril y la quisquilla. Decepción total. La quisquilla caliente e insípida le faltaba sal. El vino blanco caliente y nos dijeron q la nevera no enfriaba bn. Después nos trajeron los chipirones en su tinta y más de lo mismo insípidos y no sabían a nada. Seguidamente probamos el bacalo de las 3 maneras pil pil, vizcaína y club ranero y sorprendentemente tuvimos q pedir un salero porque todos estaban sosos y secos no parecían ni frescos. Vizcaína super dulce nos dijeron q ponen una especie de bizcocho en la salsa. Al quejarnos de la pésima comida nos dijeron q nos resalciriamos con el postre ...leche frita y pantxineta y no nos gustaron nada. En resumen comida de poca calidad y q nos hizo no disfrutar del día. Aunque en el precio no escatimaron nada 106.30€

Nota: no fuimos los únicos en...