Pues una experiencia agridulce..... hacía mucho que quería ir y ha sido una experiencia complicada. Éramos 6 personas, hemos llegado a las 15h y poco y había varias mesas libres. Hemos pedido añadir otra mesa ya que dos mesas altas son para 4 personas, de hecho había unas pareja con dos niñas y no había espacio en la mesa para un solo plato más. No nos han dejado añadir otra mesa, yo algo indignada he ido a hablar con el chico de la barra para decirle que no cabíamos y me decía que sólo estaba justificado si éramos 7 u 8 personas.... ya nos íbamos a marchar y el encargado nos ha dejado juntar otra mesa alta en la que hemos cabido justos. Nos han dicho que nos diéramos prisa por pedir porque cerraba la cocina, hemos pedido y la comida estaba buena con música indie genial pero la camarera no se enteraba mucho aunque era muy simpática. Hemos tenido que pedir platos un par de veces ya que traían hamburguesas al centro y no teníamos donde apoyarlas.... Nos hemos quedado con hambre pero nos decían que no podíamos pedir más porque estaba cerrada la cocina sin embargo seguían saliendo platos de la cocina para las mesas de fuera. Nos ha dado rabia y nos hemos ido a otra parte a tomar los postres y cafés. La atención deja mucho que desear, mi hermano dice que cuando está el hermano del jefe no tiene nada que ver, atienden mucho mejor. Una pena porque el local está bien, la comida es buena y la música genial. Sintiéndolo mucho no volveremos ni lo podemos recomendar...... si fallas con el servicio y la atención pierdes a los clientes.....