DECEPCION TOTAL. No recomendable para celiacos
Al hacer la reserva, se indicó que uno de los comensales era celíaco y nos dijeron que era un tema que controlaban y no había problema para la cena
Aunque en la consola de la entrada hay un cartel que indica que tienen “información disponible referente a alergenos, la realidad es que NI TIENEN CARTA DE ALERGENOS, NI TIENEN PAN SIN GLUTEN, NI PUEDEN ADAPTAR ninguno de los platos y por supuesto, tampoco el menú degustación.
De entre toda la carta, SOLO CINCO PLATOS son libres de gluten y todos ellos (excepto la ostra) llevan de acompañamiento diversos tipos de pan (con gluten por supuesto). El celiaco, no tiene derecho al plato completo y debe conformarse con los platos cojos.
Quizás fuimos con las expectativas altas sabiendo que el restaurante iba de la mano de Paco Pérez, chef galardonado con cinco estrellas Michelin.
Esperábamos una carta bien elaborada y un servicio profesional y el resultado fue: DECEPCION TOTAL
De entrada, el servicio se muestra totalmente inexperto, carente de profesionalidad y, según entendemos, falto de formación. PESIMO para un restaurante al que se le presupone cierto nivel.
Estuvimos casi 10 minutos de pie esperando en la entrada para que nos asignaran mesa y eso que cuando llegamos únicamente había dos personas sentadas en una mesa
El personal deambulaba como pollo sin cabeza, sin entender que su primera prioridad debe ser la atención son los clientes.
Desde la hora de la reserva en que llegamos al restaurante hasta que sirvieron el primer plato caliente, una hora de reloj sin exagerar lo más mínimo.
Como restaurante, FLOJITO, MUY FLOJITO:
Elegimos el único albariño que tienen en carta y casualmente acababan de servir la ultima botella en otra mesa.
Pedimos pan normal para la salsa del bogavante y no tienen mas que unos panecillos que ya habían sacado de acompañamiento y no nos habían gustado.
Hablemos de las JOYAS CULINARIAS. Prácticamente todas las que pudimos pedir para compartir.
SNACK de Edamame. Cortesía del restaurante. Parecía hecho a la brasa y tenia buen sabor. La pena fue la técnica utilizada por el camarero para traerlo y servirlo.
OSTRA (para el comensal celiaco) sin ningún aderezo, tamaño normal (numero 2 como mucho). Por 11,50€ (precio de la ostra más cara a pesar de que la servida no tenia aliño alguno) podemos encontrar 2 unidades de ostra Gillardeau nº 1 de primera calidad en otros restaurantes de la zona.
BAOS DE WAGYU.- Para los comensales no celiacos. Los anotaron como servidos pero no llegaron a la mesa
PINCHO MORUNO.- Formato mini-pincho, dos unidades, bien de sabor pero la carne no muy jugosa. Se acompaña de unas bolas, especie de croquetas de puré de patata (que por supuesto el celiaco no podía tomar) Ni fu, ni fa, pero se agradecería que la ración fuera un poco mayor sobre todo si te lo venden como un plato para compartir.
CHILI BOGAVANTE. Un plato en el que el bogavante pierde todo protagonismo. Apariencia de batiburrillo con una salsa picante y un montón de cascaras que imaginamos seria para que las chupáramos. Se acompañaba de unos panecillos insulsos y un pequeño bol de arroz. No pudimos sacar la carne de las pinzas del bogavante porque no tenían utensilios para romper las cascaras. (50€ muy mal aprovechados)
MINI BURGER.- 3 unidades, mini, mini. Acompañadas de unos cuenquitos de aliño y de unos mini panecillos amarillos que el comensal celiaco tampoco pudo tomar. La carne estaba muy buena. El resto, mas postureo que otra cosa
COSTILLA DE MUMBAI. Muy buena de sabor y servida con un pequeño pan de aceite, también con gluten.
Esta es una crítica sin ningún tipo de acritud, que refleja una opinión totalmente personal y cuyo fin es aportar...
Read moreWe have frequented Marao several times, and each visit leaves an indelible impression. The restaurant’s panoramic view greatly enhances the dining experience, perfectly complementing their exquisite dishes. Inspired by Paco Perez’s culinary genius, their offerings beautifully merge traditional flavors with a unique Asian fusion. On our latest visit, we indulged in the teriyaki wings, Thai chicken curry and a delectably prepared cod, with the noodles and Thai salad remaining as perennial favorites. The dessert, a dumpling filled with nougat cream, was the cherry on top. While I’m not entirely certain about her name, I believe it was Clara who served us, and her impeccable service deserves praise. Lastly, the non-alcoholic gin tonic is a top pick for those seeking a refreshing drink without the buzz. Wholeheartedly recommended for its ambiance and...
Read moreCon profunda decepción y amargura les escribimos esta carta tras nuestra cena de aniversario de boda, celebrada el 17 de julio a las 22:00 horas en el restaurante Marao by Paco Pérez. Lejos de corresponder a las promesas de un establecimiento de este calibre, la experiencia en su totalidad resultó ser una verdadera decepción gastronómica y un servicio deplorable, dejándonos con la sensación de haber sido víctimas de una estafa culinaria. Desde nuestra llegada, el elegante entorno y la impresionante vista al mar Mediterráneo se vieron rápidamente eclipsados por la incompetencia y la flagrante falta de profesionalismo del personal. Un servicio caótico y plagado de errores graves: • Un sumiller incompetente: Nos sirvió los vinos sin ninguna atención ni consideración, antes incluso de que llegaran los entrantes y sin darnos tiempo a degustarlos, ni siquiera a presentarlos. Además, carecía de coordinación con el resto del personal, contribuyendo a una experiencia desorganizada y caótica. • Negligencia en el mantenimiento de los baños: A pesar de nuestro aviso a la camarera, los baños permanecieron sin toallas de papel y mal mantenidos hasta el final de la noche, lo que demuestra una flagrante falta de higiene y respeto por la clientela. • Falta de modales: El camarero cometió el error de servir al hombre antes que a la mujer. Muy sorprendidos, se lo comentamos a la camarera Claudia. Ella trató de justificar este comportamiento evocando una práctica supuestamente común en España, lo que nos sorprendió profundamente. • Los cubiertos nunca se cambiaron entre platos y la mesa sin mantel nunca se limpió. • Platos decepcionantes y sin originalidad: Los entrantes, compuestos principalmente por ensalada y una magra gamba ("Ceviche nikkei pasando por Cantón"), no tenían ninguna originalidad y eran muy similares en cuanto a sabores. El segundo plato, inicialmente previsto ("Bunelos de bacalao, espuma de miel y miso"), fue sustituido por rollitos de primavera y más ensalada con salsas de sabores muy similares a los entrantes. Los platos, que no reflejaban en absoluto el precio exorbitante de las mismas, no satisfacían nuestro hambre, ni en sentido literal ni figurado. Un único rayo de sol: la camarera Claudia Solo la camarera Claudia, cuya amabilidad y profesionalismo saludamos, intentó salvar como pudo esta desastrosa velada ofreciéndonos una copa de vino espumoso en la terraza. Lamentablemente, sus esfuerzos no pudieron enmascarar la magnitud de las deficiencias y la sensación de haber...
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