A pesar de lo que muchos pueden llegar a creer, Gijón es territorio hostil para la hostelería. Una ciudad exigente como pocas en la que no todas las cocinas saben y logran triunfar debido a un público no tan joven como les gustaría. Ese no es el caso de Gloria, que tras convertirse en EL HIT con mayúsculas de la vetusta Oviedo, ha sabido replicar este éxito a escasos metros de la playa de San Lorenzo. En el número 3 de la plaza Florencio Rodríguez para ser más exactos.
El secreto no es otro que la fiabilidad que aporta una familia de hosteleros con tres estrellas Michelin a sus espaldas como es la de los Manzano. Familia que a través de este concepto de local, ha logrado perpetuar sus grandes clásicos combinándolos a su vez con bocados más informales para así poder atraer a todo tipo de público. Es decir, que puedes disfrutar de este restaurante en diferentes formatos: tapas, raciones a compartir, tradicional o a la francesa (1ro, 2do y postre). Una poli valencia que garantiza flujo de negocio dentro de un marco decorado con acierto y enfocado para el público más trasnochador y de primera copa.
En mi visita nos decantamos por la siempre atractiva cara tradicional de Gloria, ya que días más tarde visitábamos la casa madre en la aldea de La Salgar. Croquetas de jamón, revuelto de la casa sobre torto de maíz, ensaladilla rusa, fabada, arroz con pitu de Caleya, arroz con leche, torrija y tarta de queso. El camino hacia el éxito con bocados de siempre y ya conocidos que a pesar de no rendir igual que los originales, se le acercan mucho y por bastante menos cuantía, que es dónde está la gracia de las versiones más económicas de los grandes cocineros que no siempre terminan de funcionar. No es el caso, claro está.
Quizás la ensaladilla y el arroz con Pitu fueron los platos más discretos. Mucho más sosos que en anteriores visitas. Por el contrario, los postres me enamoraron más que nunca a excepción de un arroz con leche pasado en exceso. Grandísima torrija y en especial, una inmejorable tarta de queso que para un loco de este postre como yo, puedo decir que es una de las mejores del país sin querer caer en listas o rankings. Protagonismo queseril por doquier y un membrillo directamente para perder la cabeza ¡Sombrerazo!. Es un fijo en mi cuenta siempre que me he dejado caer por este local y sin duda lo seguirá siendo al igual que las croquetas. Aunque no deben desdeñar los platos de "temporada”, la fabada o su controvertido cachopo ya que siempre rinden a buen nivel.
Pero el atractivo de Gloria transciende mucho más allá de su propuesta gastronómica gracias a una carta de vinos francamente interesante con una línea de precios igual de contenida que la comida. Referencias que avalan por el mucho por poco para no desvirtuar un ticket que jamás debe pasar de los 40€ y que de media casi con total seguridad debe rondar los 25€. Relación-calidad-precio imbatible para una de las ofertas más regulares que conozco en la ciudad y que seguiré visitando fielmente siempre que pueda para no perder el contacto con una familia que a parte de ser grandes empresarios, son unos cocineros de cojones. No hay otra forma de expresarlo...
Read moreEstupendo. No esperaba menos de Nacho Manzano, pero aún así me sorprendió. Cosas tremendamente sencillas, pero muy bien resueltas, como esas alcachofas a la plancha con un punto de sal, que no son ma que eso, sin florituras, pero con tan buen punto, que son exquisitas. Cosas ingeniosas, como los pimientos del padrón con queso y olivada: parece una simpleza, pero nada más lejos, estupendos. O cosas contundentes (no sales con hambre) y sabrosísimas como los canelones con pitu de caleya y bechamel de hongos, que la ración de tres es bien generosa, si no vas a compartir pide media (que deben ser dos) o tapa (que será uno). La trucha ahumada, exquisita, acompañada con unos encurtidos sorprendentemente sabrosos (con un toque japonés... creo que mirin y posiblemente vinagre de arroz). O las lascas de bonito, entre las sugerencias del día, que se comió mi mujer, también espectaculares. Y a mi alrededor vi también una tortilla de patatas bien generosa y con una pinta espectacular, y unas croquetas que todo el mundo parecía degustar con placer absoluto. Y los postres... fantásticos, riquísimos y nada empalagosos. Eso aplicable incluso al tocino de cielo (¡gracias, Nacho!), que al acompañarse con nata montada de verdad, unos gajitos de naranja, y sobre todo un sorbete de naranja bien ácido, perdía la pesadez que en otros casos puede tener, y estaba delicioso, tanto el tocino en sí como la combinación. Y la tarta de queso... al fin una tarta de queso que sabe a queso. Maravillosa. El servicio, exquisito, y el ambiente bien cuidado. Ni una pega. ¿Caro? Según lo mires y quieras pedir. Nosotros comimos incluso de más, aunque como todo estaba tan bueno (incluso el pan destaca) no nos arrepentimos, y con postres y media botella de vino, 100 € hoy en día no me parece nada exagerado para cenar bien. Pero es que el nivel era bastante más alto, la verdad. Sin duda, para volver cada vez que venga de nuevo a mi ciudad, que por desgracia no es con...
Read moreRecientemente cenamos y fue una experiencia absolutamente maravillosa.
Empezamos con el boniato asado, una combinación perfecta de sabor dulce y textura suave. Las croquetas, crujientes por fuera y cremosas por dentro, fueron un éxito instantáneo en la mesa.
El plato fuerte fue el canelón de pitu caleya, una verdadera joya de la cocina asturiana. La carne estaba increíblemente tierna, y la salsa era rica y sabrosa, destacando la calidad de los ingredientes. Para finalizar, la tarta de queso fue el final perfecto.
Además, el servicio fue impecable: atento, profesional y siempre dispuesto a ofrecer recomendaciones acertadas. Queremos destacar especialmente la amabilidad de la camarera que nos atendió. A pesar de que en la carta no aparecían indicados los alérgenos, se tomó el tiempo de explicarnos detalladamente cuáles platos podíamos consumir de forma segura, algo que valoramos enormemente.
El ambiente del restaurante, cálido y acogedor, completó una noche perfecta. Gloria no solo destaca por la excelencia de su cocina, sino también por la atención al detalle en cada aspecto de la experiencia.
Cada plato reflejaba un cuidado meticuloso en la selección de ingredientes y en su preparación. La presentación fue impecable, haciendo que la experiencia fuera tanto visual como gustativa.
En resumen, nuestra cena en Gloria fue un verdadero placer, una velada donde se combina la tradición asturiana con un toque moderno y una ejecución impecable. Es un lugar que no solo cumple, sino que supera las expectativas. No cabe duda de que Gloria se ha convertido en uno de nuestros restaurantes favoritos en Gijón, y estamos deseando volver para seguir explorando su deliciosa carta.
¡Totalmente...
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