Casa Domingo — Restaurant in Jaén

Actualización 06.11.2022

Da alegría ver a Jaén rebosando de gente en cada esquina, pero más alegría dar encontrar un bar con mesa no reservada para poder cenar. Llegamos a las 20.30 y nos fuimos al salón que hay en frente al local de toda la vida. 🔴 Punto negativo, y no por culpa del camarero que nos pidió perdón varias veces. Justo terminamos de cenar y pedimos la cuenta, viene a pedirnos que por favor no nos demoráramos mucho ya que la mesa tenía dueño ya. Ni nos pusimos las chaquetas cuando los siguientes comensales estaban llegando a la mesa. Creo que estas son las cosas que hacen que saques a un bar de la lista de posibles. 🟢 Ensaladilla ucraniana (que no rusa) con un huevo frito en lo alto y jamón 🍳: la primera vez que ves este plato te choca tal combinación aunque hay que reconocer que es todo un acierto y todo el mundo trata de coger esa pequeña cuchara con un poco de yema. A destacar que lleva gambas enteras. La presentación, sin embargo, es un poco siniestra. La apariencia de araña no se la quita nadie. Precio: 13,00. Valoración: 7/10. 🟢 Carne a la suegra carne 🤶: no es que esté mala, para nada; pero se encuentra más cerca de ser unos pinchitos que de una carne con su salsa elaborada. La carne muy tierna. Precio: 13,00 €. Valoración: 7/10 (porque sé que pueden mejorarla). 🟢 Cebolletas 🧅: plato estrella de la casa. Plato de cebolletas fritas con su sal gorda por encima. Como dicen los modernos, es un must de cada vez que vengas a este sitio. 🟢 Cerveza 🍺: ya no se pregunta si caña o copa; y se da por hecho que es la segunda opción la que prefieres. Cerveza Cruzcampo. Precio: 2,50 €. 🟢 Radler (en tercio): Supongo que aplica a todos los tercios de cerveza. Precio 2,60 €.

Cumplieron con la primera tapa, pero la segunda hubo que recordarla; ya que a priori había más prisa en despachar y largar a los clientes más que asegurar la comodidad y el servicio de los que estaban sentados.

Espero poder volver a dar las 5 ⭐ más pronto que tarde! Empezar diciendo que es uno de los mejores sitios en los que he estado últimamente. Llevaba años sin haber vuelto, y desde luego todos los buenos recuerdos que tenía no cayeron en decepción. 🟢 Un punto muy positivo es que tienes la cocina adaptada a la celiaquía. Pudimos disfrutar de todas las frituras sin GLUTEN. Por supuesto, las cebolletas fritas no faltaron en la mesa. 🟢 También disfrutamos mucho de la comida porque mantienen la tapa con cada una de las rondas. Independientemente de que te pidas una ración sabes que algo va a venir acompañando a tu caña. Respecto al Covid, todos los camareros llevaban puesta su mascarilla. Sin embargo, no nos pidieron el pasaporte Covid tal y como exige la ley ahora mismo.

La comida estuvo riquísima. Para cuatro personas pedimos una ración de cebolletas frita, una ración de alcachofas fritas, una ración de carne a la suegra, una ración de sesos al pilpil y una ensaladilla rusa coronada por un huevo frito. De tapa nos pusieron un plato de patatillas fritas con anchoas, un pequeño platito con gambas, un Surtido de embutido (salchichón, fuet y tocino...

Qué pena. Ha pasado de ser un referente de la zona al que íbamos a menudo durante los últimos 15 años a decidir no volver a ir jamás. Hace un par de semanas fuimos a cenar. Pedimos el típico revuelto de cebolletas y no se parecía en nada a lo que hasta ahora venían sirviendo. No sabemos si han cambiado de cocinera o qué ha pasado. Plato con mal sabor, parecía que la verdura había estado congelada… Nada que ver con lo que estábamos acostumbrados. También pedimos unas crestas de pollo, otro plato típico del lugar, y aquello parecían cortezas. Súper pasadas de fritas, quemadas. Aquello no sabía a nada. Un desastre. Se lo comentamos al camarero y su respuesta es que siempre las ponían así, ¿? Nos quedamos helados porque es un plato que solemos pedir casi siempre que vamos y jamás lo habían servido tan mal. Hoy hemos vuelto a ir y, como no nos fiamos de volver a pedir las crestas, hemos pedido sangre frita y unos pinchos de cerdo. La carne de los pinchos estaba dura a no poder más. En esta ocasión se lo hemos comentado a los camareros y su respuesta nos ha dejado helados: “El cerdo es que es una carne dura. Hubieseis pedido unas setas o algo más blandito”. Todo ello en un tono como de estar indignados. Nos hemos quedado helados por esta respuesta porque hasta le presente el trato había sido bastante cordial y además nos parece que la excusa de la dureza de la carne es bastante infantil.

Han retirado el plato (éramos 4 comensales y habíamos cogido dos trozos cada uno que no se podían masticar) y al pedir la cuenta hemos comprobado que nos han incluido los dos pinchos. Y yo me pregunto, ¿para qué retiras un plato porque está incomestible y luego me lo cobras? ¿Para hacer el paripé? Al menos no me cobres uno de los pinchos o deja el plato en la mesa y punto. Pues nada. Nos hemos hecho los locos, hemos pagado la cuenta sin rechistar y adiós. No merece la pena entrar en discusiones por tan poca cosa. Lo dicho. Una pena porque era un referente en la zona y a mi modesto entender ha bajado un montón en cuanto a calidad y trato al cliente, los dos pilares en los cuales se sustenta un negocio. Una vez puede ser que tengan un mal día y te toque la china pero dos veces seguidas y sin apenas comensales en la sala… da...

El día de hoy fui a comer a este lugar junto a mi pareja por recomendación de nuestros jefes, fuimos vestido de forma normal posterior a una jornada laboral, desde nuestra entrada al lugar el mesero nos miró un poco extraño paso de nosotros en varias ocasiones y posterior con muy mala actitud nos dio una mesa, al pedir nuestras bebidas nos pone una tapa que no fue tan elaborada un poco decepcionante para la fama del lugar, procedimos a realizar una orden de croquetas mientras terminábamos de comerlas el al ver que aún no habíamos pedido nada más nos ha retirado el pan de la mesa en una muy mala actitud sin preguntar cómo si nosotros no fuéramos comensales, nosotros al ver esto decidimos que no queríamos comer en el lugar y al pedir la cuenta fue aún más borde si fuera esto posible. Buenas croquetas pero el trato a los demás pésimo, humanismos pésimo y respeto a los demás pésimo. Aparte de enseñarles a los meseros de cómo servir bien las mesas estaría bien que también tomaran clases de cómo tratar a los clientes sin importar su forma de vestir, raza o género de lo contrario la cara que nos llevamos los turistas es que Jaén no es una cuidad...