Ezequiel Roa de la Vega

Pues es una experiencia agridulce, la calidad de la comida es buena/ muy buena,hasta aquí lo positivo.

Es fiel reflejo de si no vas a anteder a tus clientes, cierra, 35 minutos para que te mire la camarera,morena con gafas, que anda esquivando tu mirada durante todo el rato, aunque previamente le habías dicho que si te podía sentar en esta mesa a la que ella dijo sí., evidentemente con un trabajador más, esto no pasaría.

Tras ese tiempo, te llega otra chica morena, bastante amable en la que te indica si vas a cenar o tomar algo, te pone la bebida y los cubiertos y hasta 20 minutos más tarde no vuelve a preguntarte, si has elegido ya, esto son 55 minutos y a tu cuerpo solo han dado una tapa de embutido muy rico y una cerveza.

Eliges la comida,una ensalada de pimientos con anchoas muy rica y croquetas, 10 minutos más para la ensalada, te la comes y tarda unos 20 minutos en volver a decirte si te faltaba algo? 8 minutos más tarde llegan las croquetas.

Es el clásico bar, que seguramente ha trabajado muchísimo durante mucho tiempo y ahora está acostumbrado a facturar mucho y le da igual el trato al cliente y si le falta un trabajador más o no, porque comer durante dos horas y media una ensalada y un plato de croquetas es demasiado tiempo hasta para un jubilado.

Precio dentro de lo que es León.... así que si tienes unas tres horas y cuarto con postre incluido para comer, ese sitio idóneo. Si quieres comer rápido y descansar búscate otra alternativa.... Por cierto, esto fue el miércoles por la noche.