Arsa Restaurante — Restaurant in Logroño

Hemos ido a comer dos personas, hoy, domingo 13 de abril de 2025 a las 14:30, previa reserva online. En realidad es la segunda vez que venimos a Arsa a comer, ya que estuvimos comiendo hace varios meses, cuando este restaurante llevaba poco tiempo abierto en Logroño y había otro menú de degustación. Nos apetecía volver y como me enteré de que habían cambiado el menú de degustación, pensamos que sería buena idea regresar para probar el nuevo menú.

Elegimos por tanto el menú de degustación y el maridaje, el cual incluye 6 copas de vino. Dudábamos entre pedir botella de vino (entre 30 y 50 euros) o maridaje para dos personas (80 euros). Pese a que el maridaje es más caro, sí que es verdad que merece la pena. Hay que tener en cuenta que Arsa, al ser un restaurante de raíces andaluzas, abarca un rango muy amplio de vinos, desde manzanilla, hasta Jerez, pasando por olorosos, por lo que el abanico de vinos es muy amplio, a diferencia de otros restaurantes "caros" con menú de degustación de Logroño, cuyo maridaje sólo oscila entre el tinto y el blanco.

El menú de degustación empieza con dos platos de aperitivos, acompañados con una copa de manzanilla. El primer plato contiene 3 aperitivos riojanos, que se inspiran en bares famosos de la Calle Laurel. Por ejemplo, recuerdo que hay uno del Tío Agus, otro del bar Blanco y Negro que replica el pincho "Matrimonio" y otro pincho de mejillones. El segundo plato se inspira en la cocina de Triana (barrio sevillano que está al otro lado del Guadalquivir) e incluía un pincho de espuma de caracoles, otro de zanahoria (el que menos me gustó) y otro que era un tartar de choco (el que más me gustó, por su sabor y textura).

De aquí pasamos a un salmorejo con trocitos de atún, que nos acompañaron con otra copa de vino, me parece que de La Rioja. Este plato estaba muy bueno, cremoso y sabroso. Después nos pusieron un puerro tatemado, el cual había que comer el interior, ya que la capa exterior estaba quemada a propósito. Un gran sabor.

Luego pasamos al plato que más me gustó, que era presa ibérica con queso de Cádiz y láminas de champiñón. Después el tercer plato que más me gustó, que llevaba trozos de anguila, bañados con gazpachuelo blanco y unas cucharadas de caviar que son opcionales (5 euros extra por persona). Y después, el segundo plato que más me gustó, unas gambas de Huelva con ñoquis. Sin duda muy original y arriesgado, una explosión de sabores en el paladar.

Y ya llegamos a los dos platos fuertes. El pescado: un rodaballo con tartar de tomate, y la carne: un cordero con remolacha confitada. Recuerdo que este último plato va acompañado por una copa de tinto (que es, por cierto, el único tinto que se sirve durante el maridaje).

Y por último, los dos platos que componen el postre. Una espuma dulce que no recuerdo qué llevaba pero que estaba muy buena, y otro postre con cacao. Muy buenos. Por último café con un "Final Four", algo típico en este tipo de restaurantes.

Todo muy bien, como la vez anterior que fuimos. Y una gran atención por parte de todos los que nos atendieron: la chef sevillana, el chico delgado y la chica delgada que llevaba extensiones de uñas. Todos/as ellos muy simpáticos y profesionales. Volveremos.

Adjunto fotos de casi todos los platos (creo que se me olvidó sacar foto a alguno de ellos) y...

Bienvenidos al nuevo restaurante @arsa.restaurante de Logroño. ¿Qué decir? Pues bueno, uns doble sensación, el menú degustación bien, sin ser algo que te quite el sentido y el servicio tiene que mejorar. Yo queria pedir un cocktail, ya que se lo vi a Manu @lariojatoeat pero no nos dieron ni opción, no nos ofrecieron nada. Primeramente nos cobraron 2 de agua (2 euros por una botella de agua no mineral) cuando sólo nos trajeron una, quizás fue porque tuvimos que pedirla varias veces. Nos sentaron en una mesa, éramos 4 personas y queríamos probarel menú degustación. Primer error, que puedo entender porque acaban de abrir, la sumiller llegó a nuestra mesa cuando ya nos habían servido los 2 primeros entrantes, se disculpó y lo entendimos, ningún problema. Los platos muy correctos hasta que tocaba el rodaballo, más de 25 minutos esperando, el pan tuvimos que pedirlo 3 veces y cuando llegó, ya no quedaban varios de ellos. Hasta el ciervo otros 20 minutos de espera, sin ninguna explicación ni disculpa Otros 15 minutos para el primer postre, se nos hizo eterno. Platos que no olvidaré el salmorejo de naranja con atún de la Almadrava, la berenjenas glaseado al palodul o la vieras en gazpachuelo. La sumiller iba mesa por mesa preguntando qué tal iba todo excepto a nuestra mesa a la que no se acercó en toda la noche, fuimos los últimos en salir, no quedaba nadie en el restaurante, sólo los 2 camareros se despidieron de nosotros. Más de 3 horas de cena para un menú que con 2 horas era más que suficiente. Resumen, 4 personas 332 euros y tampoco es un sitio al que esté deseando volver. El ambiente está bien (demasiado plástico en las flores, pero bonitas composiciones de bugambillas) la música nos gustó, el menú degustación bien, con sus más y sus menos, pero sinceramente esperábamos algo más 85 euros por persona es otro nivel, supongo que les falta rodaje, que es pronto, pero los precios no están a la altura de lo que ofrecen. Ánimo chicos, que todo llegará, pero de momento os falta...

Fuimos a cenar dos personas. Llamé para reservar y avisar que íbamos a comer menú degustación. El restaurante es bonito y peculiar, pero tiene unas mesas de plástico de chiringuito de playas las cuales no me parecen adecuadas para un menú degustación que cuesta 70 euros. Además las mesas muy juntas entre si, cuando buscas una experiencia de menú degustación buscas un poco de tranquilidad e intimidad, no tener una mesa al lado a medio metro. Estábamos mirando la carta de vinos y sin elegir ya nos sacaron los primeros entrantes. Creo que estos menús son para disfrutar y tomarlo con calma, y si no tienes nada para beber, esperar, porque empezar los aperitivos sin tener nada para beber no me parece nada profesonal. Lo primero que tienes que hacer a un cliente es darle algo de beber, aunque sea ofrece agua, pero algo de beber. La comida es correcta pero hay platos que les falta mejorar la elaboración: masas muy pesadas y poco delicadas, ahumados y sabores excesivos que predominan y enmascaran el resto de sabores.. la carne si que estaba buena, y el único postre muy simplón. No me parece un menú que cueste 70 euros, tanto por la comida como por ahí l servicio. Se que es un sitio que quieren dar un aire más informal pero un menú de 70 euros en una mesa de plástico de 1 metro me parece fuera de lugar. Se podían ver las manchas de grasa anteriores. La carta de vinos muy pobre, pocas alternativas y algo careros. Salí muy descontenta de la experiencia y con hambre, cosa que no me había pasado nunca en un menú degustación. Sin duda no volvería a este sitio a un menú...