A fantastic culinary experience in Pedregalejo!
I arrived at Arrozeando just as they opened their kitchen and was warmly welcomed by the staff. They quickly found me a table, setting the tone for what turned out to be a great lunch.
To start, I ordered a beer and the croquetas de gamba pil pil. The portion came with eight croquettes, but I only managed four—I needed to save room for the main! The croquetas were absolutely delicious: crispy on the outside, creamy on the inside, with just the right amount of kick. A solid 10/10.
For the main course, I went for the arroz negro clásico, which arrived about 20 minutes later. It was beautifully prepared, featuring peeled prawns (gambas peladas), calamari, and two large prawns (gambones) standing guard on top 🤣. Rich in flavour and perfectly cooked, it was everything I hoped for.
A special shoutout to Alejandro, my waiter, who was incredibly attentive throughout the meal. He made sure I was well looked after and topped off the experience with a traditional chupito after the meal.
If you're in Málaga and craving great rice dishes in a relaxed, welcoming atmosphere, Arrozeando in Pedregalejo is a must-visit. Highly...
Read moreIba a ponerle una estrella, pero como todo está espléndido de sabor y el servicio es correcto, le pongo dos a la espera de una segunda visita que despeje dudas.
A ver, las razones. Los cuatro pilares básicos de cualquier restante entiendo que son: calidad, precio, servicio, ambiente.
El servicio, correcto. Un detalle no me ha gustado y otros me han agradado. A dos euros lo cobran, según consta en la factura.
Ambiente. El local está decorado con muy buen gusto y se nota de forma inmediata que es un calco del original de Santa Paula. Muy espacioso. Un salón grande (con proyector y pantalla para eventos), patio interior con mesas y otras dos salitas laterales. Se ve que han escarmentado del minúsculo espacio del otro. De momento, muy agradable la estancia. Una vez lleno de comensales, a saber el ruido, tan habituados que estamos aquí a hablar a voces.
Precio. Hombre, barato no es. A dos euros la caña de Victoria, con la copa a la mitad, es carillo. Igual que el arroz, aunque el caldoso (como suele ser) está generosamente servido. Tampoco son precios desorbitados; total, no vas a ir todos los días.
Calidad. Todo lo que hemos pedido tenía un sabor espléndido, pero alguien ha cometido un error muy gordo en la elaboración del arroz caldoso de carabineros. Imagino que habrán triturado cabezas de los carabineros para añadirle sabor al caldo. Sin embargo no está bien colado. Es también probable que no les hayan quitado las tripas a los gambones (que estaban pelados). El caso es que han convertido la perspectiva de disfrute inmenso de un plato exquisito en una tortura de bolo alimenticio rechinante en la boca. Es como degustar unas magníficas coquinas llenas de arena. El resultado: yo que (si me gusta) no dejo arroz caldoso en el plato aunque reviente, he dejado lamentablemente casi una ración más.
Siento tener que dar solo dos estrellas porque el otro Arrozeando es mi sitio preferido para comer arroz y porque las expectativas de este eran muy altas, pero no puedes gastarte 40 euros en un arroz para dos y que la experiencia sea tan desagradable. Porque, al fin y al cabo, lo más importante es que vas a comer.
En la próxima visita (porque el sitio merece otra...
Read moreLlamamos para reservar mesa para 10 personas, y nos ofrecieron elegir entre terraza o interior. Consultamos si la terraza estaba cubierta y adecuada para el frío, y nos insistieron en que había estufas y que el espacio estaba techado. Confiando en esta información, optamos por la terraza.
Al llegar, el servicio fue atento y amable al principio. Los entrantes nos parecieron excelentes, aunque el arroz dejó mucho que desear: los sabores estaban desbalanceados (la paella de magro y trufa sin mucho sabor y la de calamares demasiado intensa). Además, los precios nos parecieron elevados en relación a la calidad del arroz.
El problema principal fue el frío en la terraza. Las estufas, que nos aseguraron que estaban disponibles, nunca se encendieron. Preguntamos varias veces y nos dieron largas, hasta que finalmente nos dijeron que estaban rotas. La respuesta, además, fue poco amable.
Para rematar, al llegar la hora del postre, quisimos pedir opciones como cafés con leche sin lactosa, ya que algunos del grupo son intolerantes, o un simple Cola Cao. Sin embargo, nos dijeron que no disponían de ninguna opción especial, ni leche sin lactosa, ni alternativas básicas como esta, limitándose únicamente a lo más elemental.
Aunque el servicio inicial y los entrantes fueron agradables, la experiencia quedó marcada por la incomodidad del frío y una gestión deficiente del problema. Es un lugar con potencial, pero, por ahora, no lo recomendaría...
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