Treze Restaurante Teatinos — Restaurant in Málaga

Inaugurado hace poco más de un mes, es un sitio muy bonito, con terraza y un salón interior muy atractivo y agradable y nos ofrece una carta muy variada. Acudimos tres personas para cenar y nos decidimos por ostra en tempura, vieira a la huancaína, media ración de croquetas de cocido, dos tostas de pastrami con mahonesa de trufa, queso curado y pepinillo, wok de ternera y tartar de atún rojo. De postres pedimos dos space lemon y una tarta de zanahorias, y de bebidas una botella de agua y tres cervezas, para una cuenta de 102 € para tres comensales. De la comida no tenemos queja, en general muy bien, aunque los platos en algún caso son escasos; el tartar de atún fantástico; en cuanto a lo demás, todo muy deficiente. Lo primero que me llamó la atención es un artilugio que hay en cada mesa que en teoría sirve para llamar al camarero, pedir la cuenta, etc., pero que no funcionaba, ni en nuestra mesa ni en las otras; si en un mes ya no funcionan, no me imagino más adelante… Nada más llegar nos sentamos e inmediatamente nos preguntaron por las bebidas, que trajeron enseguida, pero para tomarnos nota de la comida, después de varios intentos, a los 25 minutos, conseguimos que acudiera un camarero; en un santiamén llegaron mis entrantes, cuando me los había comido, llegó mi plato principal; como era frío, esperé a que al menos trajeran los entrantes de mis acompañantes, pero nada… a los veinte minutos los reclamamos y ya llegó todo de golpe, entrantes de mis acompañantes y principales. Cuando pedimos los postres, los dos primeros no los tenían así que tuvimos que elegir por descarte. Lo más surrealista quedó para el final; cuando acudí al W.C. las puertas no estaban rotuladas, con lo que cada cual entraba en el que le parecía, y a la salida, dos lavabos, con una caja de servilletas de papel que se habían agotado y una toalla de bidet en cada uno de ellos, totalmente empapadas porque eran para uso de todos los clientes. En fin, todo esto me parece alucinante, que un negocio recién abierto cometa estos fallos no me parece mínimamente normal. Lo de los baños es increíble, no he visto esa falta de higiene ni en el bar más cutre de barrio. Tengo claro que a un restaurante en el que te dejas 100 € hay que exigirle un mínimo, al que éste desde luego no llega, así que tengo claro que ni volveré ni puedo recomendarlo. Lo mejor de la noche fue la chica que nos atendió para los postres y la cuenta, que fue la única diligente en todo el restaurante. Lo demás, dejando aparte la comida,...

La experiencia en este lugar tengo que clasificarla en varias partes: En primer lugar, en cuanto a COMIDA se refiere, estaba bastante buena, los platos estaban bien elaborados y la consecución de ellos fue adecuada. He de resaltar que la mini burguer y la tosta de pastrami, estaban espectaculares. En cuanto al postre, pedimos una especie de tarta con limón (no recuerdo el nombre) que estaba muy bueno.

Con respecto al AMBIENTE, la decoración es muy moderna y elegante y el espacio está muy limpio. Está todo muy cuidado al detalle. La ubicación es bastante buena y muy cerca de la zona de bares, por si después quieres ir a tomar algo. Una sugerencia: cambien el papel para secarse las manos del WC.

El SERVICIO, he de resaltar el trabajo de Marilyn, la cual es muy educada y eficaz, y está no sólo para atender las comandas sino también para servirlas, recoger las mesas e incluso cobrar. Pero el servicio de este restaurante en sí, no es bueno. Nos encontramos con dos individuos, los cuales parecen ser camareros de mesa o de barra, pero que se dedicaban a "pelar la pava" o invitar a sus amigas y charlar, mientras que su compañera hacía prácticamente todo el trabajo de todas las mesas interiores y exteriores. Nuestra estancia en el lugar fue aproximadamente dos horas, y durante ese periodo de tiempo, trabajaron bastante poco. Veo muy bien que el personal coma o cene en el restaurante, pero no me parece correcto que lo hagan en pleno servicio, en la barra y a la vista de todos los clientes, algunos de ellos sin atender aún. Con respecto a la señorita de la puerta, creo que es totalmente prescindible su labor, puesto que puede ser realizada por alguno de los caballeros anteriormente mencionados (pueden sustituirlos a ellos también), o si por lo menos no se quiere prescindir de su puesto de trabajo, al menos que no miré redes sociales mientras que haya mesas sin atender.

En sí, la experiencia es bastante buena, recomendable y para repetir, pero un restaurante que pretende dar la imagen de un lugar moderno con una gastronomía cuidada y diferente, esta clase de servicio desmejora mucho la experiencia. Con respecto al precio, no me pareció nada caro, fueron casi 90€ para dos personas, pero pedimos dos entrantes, cinco platos, cinco bebidas y un postre; con lo que...

Mi experiencia en Treze ha sido regular, con luces y con sombras. Por una parte destacar que la comida está buena, sobretodo el croissant y sus croquetas de rabo de toro y pulpo. Sin embargo, no tuve una agradable experiencia en cuanto al servicio. Para empezar, la mesa estaba reservada para cuatro personas y cuando llegamos al restaurante solo había tres sillas y tres cubiertos, teniendo que esperar entre 5 y 10 minutos para que nos trajeran la silla y el cubierto que faltaban. Es cierto, que a la hora de hacer llegar los platos eran eficientes, lo normal en un restaurante. No obstante, a la hora de pedir un segunda ronda de bebidas durante la comida, apareció el descontrol. Se las pedimos a un muchacho que ni siquiera apuntó la comanda. Después de haber pasado unos 10-20 minutos sin tener noticias de nuestras bebidas, insistimos a una de las camareras, apuntando está vez la comanda. Pasaron otros 10-20 minutos sin que trajeran ninguna bebida, así que decidimos terminar de comer SIN BEBIDA para marcharnos lo antes posible. Una vez terminada la comida pedimos la cuenta y para nuestra sorpresa pasados unos 5 minutos o más desde que pedimos la cuenta, nos traen las bebida que habíamos pedido hacía media hora o más. Por supuesto las rechazamos como es lógico. Ya habíamos terminado de comer. Por lo menos tuvieron la decencia de acceder a nuestra petición de quitarnos la segunda ronda de bebidas que NO NOS HABÍAN TRAÍDO.

Falta pulir la coordinación del personal y tener conciencia sobre la capacidad de comensales que uno mismo puede gestionar ofreciendo un...